SYRO

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En uno de los barrios más pobres de Madrid, se encontraba un chico que se ocultaba en las sombras para evitar que descubrieran lo qué hacía ni sus motivos. Un auténtico ladrón de objetos valiosos, que luego los vendía en el mercado negro. Participaba en una banda que se encargaban de llevar a cabo asaltos y se distribuían el motín entre todos; la mayoría lo hacían por necesidad al no conseguir un empleo para sustentarse, sin embargo, el caso de Syro era más complejo y ocurrió hace algunos años, cuando tan solo tenía diecisiete años.

Él solía ser un joven tranquilo y dulce, siempre llamando la atención con su cabello castaño claro y sus espectaculares ojos grises que parecían dos cubos de hielo, y con el pasar del tiempo su mirada se torno más penetrante y tenebrosa, con rasgos de rudeza. Él vivía en una familia relativamente normal donde todos la querían, con una madre cariñosa y sus dos hermanos pequeños de ocho y seis años respectivamente, y su padre era bastante distante con ellos, sin embargo, empeoró cuando su empresa de pinturas comenzó a fracasar y terminó en una bancarrota financiera. Un día todo lo que parecía perfecto se derrumbó y las peleas en casa fueron en aumento, por lo que él prefería pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa con sus amigos. Una oscura noche al regresar a su hogar unos fuertes gritos lo alertaron, haciendo que corriera lo más rápido posible; al entrar en la cocina solo pudo observar la terrible escena de su padre completamente ebrio y enloquecido arremetiendo contra su madre, quien estaba arrojada sobre el suelo gritando desesperadamente por el ácido fuerte que su padre le había arrojado en la cara. No podía creer lo que veía, se paralizó hasta que vio cómo este desquiciado hombre se acercaba a sus hermanos para hacerles daño también, por lo que reacciono y sin pensarlo dos veces, sacó el bate de sus prácticas de béisbol que estaba guardado en el armario a su lado y con un fuerte golpe en la cabeza consiguió derribarlo al piso. Fue un golpe preciso, que instantáneamente le provocó la muerte. Jamás se le borrara esa imagen de aquel que solía ser su padre en ese suelo desangrándose, sin embargo, en su consciencia se repetía que lo hizo para salvarlos. Los vecinos ingresaron corriendo a la casa para socorrerlos y la policía estaba llegando al lugar junto con una ambulancia. Luego su madre y hermanos se quedaron en el hospital recuperándose del incidente y él estaba en prisión hasta que demostraran su inocencia; días después le dieron la libertad considerando que todo el asunto fue en defensa propia.

Después de eso nada volvió a ser igual. No permitió que los separaran a hogares temporales diferentes. Comenzó a trabajar en el bar de un amigo. Syro hacia hasta lo imposible por mantener su hogar, ya que su madre no podía hacerlo por el rostro tan desfigurado que tenía y la fuerte depresión que no la dejaba salir de cama durante meses. No conseguía dinero suficiente para costear las operaciones y tratamientos costosos de su mamá, ni siquiera trabajando todos los días a tiempo completo, a duras penas alcanzaba a pagar el colegio de sus hermanos. La desesperación le invadía completamente. Una tarde un desconocido se le acercó y le hizo saber que él sabía de todo su casó y qué podía ayudarlo con su problema a cambio de qué le ayudara a robar unas piezas valiosas. Con eso obtendría todo el dinero suficiente sin necesidad de tener varios empleos al mismo tiempo. Decidió aceptar con mucho temor y pesar, pues bien sabía que sería un trabajo peligroso. Una vez que realizó el primer robo con mucho éxito y obtuvo un gran porcentaje que era mucho más de lo que le pagaban mensualmente en el bar, decidió abandonar su empleo y dedicarse a esta, su nueva vida. Solo para poder darle lo mejor a su familia...

 Solo para poder darle lo mejor a su familia

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