CAPÍTULO XXVIII

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                     Cuándo finalmente había conciliado el sueño, se despertó de repente por el sonido de la puerta de metal abriéndose, dando paso a seis hombres vestidos de negro con capucha para no poder observar sus rostros. Estos empezaron a desatar a las mujeres y a colocarles cadenas en sus manos, reagrupándolas de seis en seis en varias filas. Para cuándo llegó el turno de la joven árabe, pensó qué al quitarle los amarres tendría una gran oportunidad para escapar sí lograba noquear al sujeto delante de ella, sin embargo esta idea la desplazo de su mente cuándo observó a una chica que ideó el mismo plan, empujando al hombre y corriendo por el salón, pero cuándo llegó a la puerta de metal, un disparo en su cabeza la derribó en el suelo, causándole la muerte al instante. Los gritos no se hicieron esperar, todas temblaban de miedo.


- ¡Silencio!, Esto es lo qué les sucederá a partir de ahora sí alguna de ustedes intenta escaparse, no dudaremos en dispararles. Así que manténganse obedientes y sigan las instrucciones y vivirán.- Dijo de forma amenazante el hombre que le había disparado segundos antes a aquella mujer; apuntaba con su arma a varias de las presentes para causar intimidación. Elysha estaba aterrada por lo sucedido y solamente se dejó poner las cadenas para luego consolar a la pequeña a su lado qué lloraba desconsoladamente.

Minutos después las obligaron a caminar fuera de la habitación, conduciéndolas por diversos pasillos hasta cruzar el puente que comunicaba con el muelle. Habían llegado a algún lugar lejano, pero no sabían exactamente su posición. Todo estaba muy oscuro, pues era bien entrada la noche. Pequeñas luces alumbraban el puerto; prácticamente no había otras personas ahí, únicamente ellos. Caminaron hasta unos camiones donde les hicieron subir a la fuerza, cerrando las puertas luego de eso. Estaban muy apretadas y sufriendo por el calor. Había pasado cerca de una hora conduciendo sin detenerse, hasta que el vehículo se detuvo, abrieron las puertas, las bajaron a todas bruscamente, y las guiaron por un camino de piedras, que llegaba a un establecimiento en medio de la nada.

Se trataba de una gran casa antigua que constaba de tres pisos, hecha en piedra y madera. Algunas luces iluminaban su interior un poco. Mientras mas se acercaban, mas iba en aumento el temor a lo desconocido que les deparaba. Unos hombres las esperaban en la puerta, quienes las empujaron para que se apresuraran a ingresar en el lugar. Dentro observaron a otro grupo de mujeres que estaban siendo maltratadas, todas eran esclavas. El ambiente era de mucha tristeza e injusticia. Las encaminaron hacia el ultimo piso por las escaleras, donde les esperaba un ático iluminado escasamente, con varias colchonetas para dormir.  Les soltaron los amarres y las dejaron tranquilas por un rato.

No paso mucho tiempo hasta que la puerta volvió a abrirse dando paso a varias mujeres de distintas edades que traían bandejas de comida para todos. Estas estaban con miradas tristes y con moretones visibles en varias zonas de sus cuerpos. Una joven de cabello negro y ojos claros se acerco a Elysha a dejarle la comida, se notaba una gran cicatriz profunda que atravesaba su mejilla derecha.


-¿ Existe alguna posibilidad de escapar de aquí ?-le pregunto a la joven intentando mantener alguna esperanza.

-Al menos no con vida, solo muerta. La última vez que casi lo intento me cortaron la cara así que no querrás tentar tu suerte. Ellos no tienen compasión por nadie...-

-Aunque sea, ¿puedes decirme en qué parte del mundo estamos?-

- En una zona muy cerca de Arabia. Mi mayor consejo es que sigas al pie de la letra todo lo que te pidan, en especial el jefe de todo esto, Deirck.-

Sin decirle mas se retiro del ático. Ella se quedo en shock pensando que estaba muy cerca de su antiguo hogar, temía que la reconocieran y la mataran a pedradas como le hicieron a su madre. Sabia que tenia que escapar pero desconocía la forma segura. 

Al día siguiente los rayos de luz que traspasaban las ventanas, despertaron a la joven árabe. Esta se quedo observando a su al rededor en busca de alguna salida, pero se encontró con rejas que evitaban cualquier intento de escape y una puerta de madera trabada por fuera. Estaba regresando a su lugar cuando de repente alguien irrumpió en el sitio, gritando que se despertaran para tomar el desayuno. Seguidamente se levantaron con dificultad con los músculos adoloridos.

De nuevo un grupo de mujeres ingresaron con bandejas de comida, que aunque no era lo mejor aunque sea les ayudaba a sobrevivir. Luego por turnos les permitieron ir al baño para realizar sus necesidades y regresar a su sitio. Era desesperante estar en ese encierro sin saber lo que podría suceder. Un futuro incierto.

Por la tarde, unos hombres ingresaron en el ático y se llevaron a un grupo de seis jóvenes forzosamente, nadie sabía hacia donde se las llevaban. Para cuando cayó la noche quince jóvenes y dos niños habían sido extraídos del lugar. Tenían miedo cada vez que esa puerta se abría, gritaban de terror y se perdían entre los pasillos de la casa. Ninguno regresó. Para ese momento Elysha sentía un pánico total de que la escogieran para venderla o matarla.

Un fuerte ruido la hizo levantarse de repente temprano por la mañana, donde unos hombres estaban escogiendo a varias mujeres y sin que ella se diera cuenta, un tipo la sujetó por los hombros levantándola, obligándola a caminar. Ella le grito a la niña desesperadamente haciéndole saber que regresaría por ella, que no la dejaría sola. Empezó a llorar amargamente cuando le hicieron bajar las escaleras. Las colocaron en una especie de sala adornada con simples sillas de madera. Les obligaron a arrodillarse mientras esperaban a un hombre de traje que paso por cada una examinándolas y leyendo sus expedientes.

Cuando le levantó el mentón a la joven árabe este le observó fijamente a los ojos, luego bajó su mirada a la carpeta que tenía en la mano y hizo un gesto de desaprobación. Les dijo a sus hombres de seguridad que habían traído a la chica equivocada del ático. Al no encontrar a la chica de la foto, se llevaron a Elysha de arrastras a una especie de despacho y la colocaron en un sillón viejo. Seguidamente entró el mismo hombre de la sala y la miraba de una forma desafiante. Ella temblaba de miedo en el asiento. Él se dedicó a servirse un trago de whisky y se sentó frente a ella.

-Me vas a decir quien eres y de donde vienes o te matare en estos mismos instantes....-Dijo aquel hombre de traje gris, con una voz muy grueso. Ella sabía que si no hablaba pronto las cosas podrían salir muy mal.


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⏰ Última actualización: May 26, 2019 ⏰

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