ELYSHA

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Por las calles de Arabia una joven corría, atravesando los callejones para esconderse de aquellos hombres que querían matarla. Sabía qué solamente debía de resistir unas cuántas cuadras más y llegaría a la casa de su tío materno que la sacaría de ese país. Mientras corría asustada recordó lo qué había pasado hace un par de horas atrás qué la llevaron a esta situación.

Elysha era una de las mujeres más hermosas del lugar, con rasgos finos, nariz respingada, ojos café que resaltan su rostro, cejas y labios finos, y un cabello negro azabache largo que siempre estaba oculto por su Hiyab. Su padre un árabe tradicional, ya la había prometido en matrimonio a sus veinte años, unicamente para recibir beneficios e intereses con otro árabe multimillonario de treinta años, que había establecido qué la quería a ella como esposa con la condición de que le proveyera varios hijos. Ella no deseaba en realidad casarse y mucho menos con ese hombre mayor que detestaba. Cómo cualquier joven tenía sueños qué quería cumplir y casarse con quien amará de verdad, pero sabía que eso sería imposible en Arabia, por la simple razón de qué la mujer no es tomada en cuenta, solo quieren su sumisión ante el hombre y ser de utilidad para tener descendencia. No podía ni opinar y mucho menos negarse antes las escogencias de su padre.

Vivía básicamente encerrada en su casa, aprendiendo a hacer los quehaceres del hogar junto con su madre; detestaba su día a día, envidiaba a sus hermanos mayores que se dedicaban al comercio y podían independizarse libremente, cosa qué a ella ni en sueños se lo permitirían. Su única esperanza la hallaba en el hermano de su madre, quien vive en España y tiene varios negocios. Este le había ofrecido en reiteradas oportunidades qué le podía ofrecer empleo por sí deseaba huir de ese estilo de vida, y la idea cada vez le parecía más tentadora; cada cierto tiempo viajaba de visita a Arabia y justamente este verano estaba visitándolos, y al enterarse de que a su pobre y única sobrina la casarían con un hombre por obligación, tuvo compasión y en secreto le propuso que se escapara a Madrid con él, pues nadie la buscaría en ese lugar, sin embargo, ella no se encontraba muy convencida de esta decisión por el hecho de que esto implicaría perderlo todo y ser excluida de su familia para toda la vida.

Unos días después el prometido de Elisa pidió como condición para realizar la boda, qué le debían hacer a su futura esposa un examen previo para evaluar su porcentaje de fertilidad, debido a que lo más importante para él era poder procrear una gran descendencia, puesto a que su familia siempre se han caracterizado por ser numerosos. Ella sin tener más alternativas se dirigió con su madre a realizarse dichos análisis. Espero por más de una hora en la sala de espera hasta que el doctor que la atendió la mandó a llamar a su consultorio. Dentro leyó los resultados, confirmando que ella presenta un problema hormonal y además de eso su vientre presenta una extraña condición que no permite el buen desarrollo ni las condiciones para la formación de un feto, por lo que básicamente la decretó como estéril para toda su vida. Está noticia devastó a Elisa por completo y con esto le dejaba en claro que nadie jamás querría casarse con una mujer incapacitada como ella, que nunca podría dar hijos. Al llegar la noche sabía que Jahmil su prometido buscaría los resultados, pero su madre le dijo que lo mejor sería ocultar los resultados y mentirle para que no trascendiera a un escándalo total.

Al cabo de una hora este llegó junto con sus guardaespaldas con el propósito de formalizar la unión y al notar la tensión en el hogar preguntó a la joven sobre los resultados, y ella trató de convencerlo de que era un noventa y ocho por ciento fértil por lo que todo marcharía bien, más este no quiso creer en su palabra y le pidió ver la hoja de los análisis para constatar lo que decía. Ella se quedó en silencio observando sin saber qué hacer, hasta que uno de sus hombres entró trayendo a su madre de arrastras por un brazo y le explicó a Jahmil qué la había encontrado en el patio tratando de quemar cierto papel, el cual le arrebató de las manos al hombre y leyó con rapidez entendiendo toda la mentira que ellas habían inventado. Le propició un fuerte golpe en la cara a Elysha que la derribó al piso. La furia de él no podía controlarse; por ser una gran ofensa se debía de pagar con la muerte a pedradas en plena vía pública. Se encargaron de arrastrarlas a ambas por las piernas sin que sus hermanos y esposo pudieran impedirlo. Ella lloraba desconsoladamente sabiendo que este sería su fin y se quejaba del dolor que sentía. Empezaron a enterrar hasta la cintura a su madre para luego apedrearla, pero está le dijo a su hija antes de morir qué aprovechará la distracción de su muerte para escapar y correr lejos hasta conseguir a su tío. Con todo el dolor de su alma así lo hizo, cuando la primera piedra impactó en la cabeza de su madre. Salió disparada de ese lugar cómo pudo, corriendo por callejones y se robó un burka que estaba tendido sobre una ventana, así sería más difícil que la reconocieran. Entendía que la buscaban, veía hombres corriendo por todas las calles, casi la atrapan hasta que finalmente entró en la casa de su tío. Le explicó todo y lloraron juntos. Esa misma noche salieron en el primer vuelo a Madrid, dejando todo atrás para más nunca volver. Ya no quería esa vida y sabía que lo había perdido todo...

 Ya no quería esa vida y sabía que lo había perdido todo

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