Keira
Temprano por la mañana Loana bajo por las escaleras pensando que tendría que despertar a la niñera, sin embargo, se llevó una gran sorpresa al llegar a la cocina y ver que keira estaba sirviendo el desayuno para todos, lo cual le agradó bastante. Cada día se esforzó más, siendo eficiente e impecable en todo. La rutina solía ser la misma de cuidar a los niños y por las noches leer la Palabra antes de descansar. Al pasar una semana los niños empezaron a encariñarse con ella y lo hicieron aún más cuando se enteraron de que le dieron finalmente el empleo por lo que no se iría cómo lo había prometido y para celebrarlo se fueron a un parque juntos.
Una noche y mientras acostaba a Any en su cama, ella le enseñó un dibujo que había hecho dónde se podía apreciar a ella sosteniendo de la mano a una mujer parecida a la niña por el color de cabello.
-Any que lindo dibujo, pero ¿Quién es esta mujer?- pregunto keira mientras sostenía el dibujo.
-Es mi madre, así la imagino de nuevo conmigo - expresó la pequeña con un tono de tristeza.
-¿Dónde está tu madre?, nunca la veo por acá.-
-Ella está aquí, pero siempre está encerrada en ese primer cuarto. Muy pocas veces la veo y la extraño mucho.-
Con esta declaración ella supo inmediatamente que aquella señora tendida en el suelo del otro día, es la madre de los niños. Ahora todo tenía sentido, aunque le intrigaba mucho esta situación. ¿Que le había sucedido para terminar así?; ¿Un accidente?, quizás. Estás dudas rondaban en su mente y pensaba averiguarlo de alguna manera sigilosamente para no ser despedida, debía de hacerlo para ayudar a Thomás y Any.Unas semanas después mientras que Keira aseaba los uniformes escolares de los niños, Loana se le apareció para decirle extrañamente que la señora deseaba verla a ella para conversar. Inmediatamente se dirigió escaleras arriba y con muchas dudas toco la puerta hasta que esperó la aprobación para entrar. Cuando entró se encontró con aquella mujer de cabello rubio platinado y con esos ojos azules grisáceos que juró haberlos visto antes, estaba sentada en un mueble al lado de la ventana. La invitó a sentarse en una silla de madera junto a ella; no dejaba de apreciarla con su mirada, parte de su cabello le cubría la mitad del rostro para evitar mostrar sus heridas.
-Dígame señora, ¿ En qué puedo servirle?- Preguntó con suma curiosidad.
-Me he enterado de que los niños se llevan muy bien contigo, cosa que no sucedía antes. Me gustaría saber ¿cómo se encuentran?.-
-Bueno ambos son muy inteligentes y en general tanto en la escuela como en sus actividades les va de maravilla, sin embargo, ellos se sienten solos sin familia...-
-Eso no es un asunto en el que debas de entrometerte, tristemente su familia ya no existe.- expresó fríamente la mujer sin sentimiento alguno.
-Disculpe no es por meterme en asuntos ajenos... La otra noche Any me mostró este dibujo y me dijo con tristeza que deseaba que su madre pudiese estar a su lado.- comentó mientras le entregaba el dibujo en sus manos.-Cómo amaría poder volver a estar con mis hijos, pero ya no se puede. Soy un monstruo y ellos no merecen tener una madre así. - dijo con mucha depresión y con un par de lágrimas cayendo por su rostro.
-Perdóname el atrevimiento, pero acaso ¿Cree que es mejor dejarlos sin madre?, ellos la necesitan. Nadie puede suplantar el cariño de una madre. ¿Les ha preguntado lo que ellos sienten de todo esto?. No sé realmente lo que sucedió, solo sé que sus hijos la aman sea como este y que extrañan todo de usted. Qué es lo único que a ellos les queda y nada más que usted es la que puede decidir si quiere perderse cada momento de ver a sus pequeños crecer o los perderá para siempre. Piénselo antes de que sea muy tarde... Soy huérfana y sé lo que sienten estos niños. Sé lo difícil que es vivir sin tus padres y no tener una familia. La consecuencia es la enorme soledad que te supera y mata lentamente. No les haga daño. Solamente usted puede decidir cómo quiere vivir, si rodeada de felicidad y logros de sus hijos o muriéndose sola en este cuarto.- Exclamó Keira con una mezcla de tristeza, frustración y sinceridad que dejó a la mujer con la boca abierta. Fue lo último que le dijo antes de abrir la puerta para marcharse.
"vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. ( 1 Pe 3:8)"
Dos días después un sábado por la tarde ocurrió algo extraño que nadie se lo esperaba. Mientras veían televisión en la sala, escucharon unos pasos por las escaleras y al voltear la mirada observaron algo que no podían creer. La madre de los niños estaba caminando hacia ellos sin ningún tipo de ayuda. Ambos salieron corriendo a abrazarla y lloraron junto a ella. Keira aprecio la escena y se retiró para dejarlos a solas.
Por el resto de la semana la rutina era la misma pero mejorada, debido a que la madre de los niños ahora pasaba casi todos los días con ellos. Finalmente estaba recuperándose totalmente; también se sometió a diversos procesos para embellecer su aspecto, los cuales estaban dando resultados, solo le quedaban pequeñas cicatrices poco visibles. Todo marchaba de maravilla en casi tres meses que habían transcurrido con total normalidad, hasta que un día por la tarde todo cambió. Los niños se dispusieron a jugar béisbol en el jardín trasero, Keira los ayudaba y la madre estaba en la sala reposando. Thomás quiso mostrarle a Any como batear por lo que keira le lanzó la pelota, sin embargo, este no midió su fuerza y bateo contra la ventana que pertenecía al cuarto donde no se podía ingresar nunca. El estruendo indicó que la ventana se había roto en pedazos por el impacto de la pelota. El niño comenzó a lamentarse y no dejaba de decir que su hermano mayor lo mataría por haber hecho eso, por lo que la joven lo tranquilizó y les aseguro que ella se encargaría de arreglar todo, solo les pidió que distrajeran a su madre mientras ella limpiaba el desastre.
Con un poco de temor se acercó a la puerta que poseía un candado, cómo sabía que no podría conseguir las llaves busco herramientas para derribarlo, luego ella colocaría otro nuevo. Con mucho sigilo logró tumbar el candado, giro la manilla y puedo ingresar al lugar dejando la puerta entreabierta. Visualizo la pelota y los trozos de vidrio esparcidos por la alfombra. Procedió a barrerlos con delicadeza mientras observaba a su alrededor. Era un cuarto simple pero elegante en tonos de grises con negro. Todo parecía estar limpio a pesar de mantenerse cerrado. Su vista fue atraída por una foto sobre el escritorio. Ella la tomó en sus manos para verla mejor de cerca. Era una foto de hace un tiempo donde estaban los niños, su madre y otro chico que debía de ser el hermano mayor. Lo examinó con detalle y dio con esos ojos tan llamativos que nunca podría olvidar. Soltó la foto y se dio cuenta que corría peligro si él la llegaba a ver. Lo que no sabía es que alguien estaba de pie junto a la puerta detrás de ella observándola.
-¿Qué haces acá?- preguntó aquella voz masculina que ella reconoció al instante y la paralizó de miedo.
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Propósitos -(En Creación)-
SpiritualCuatro Jóvenes y cuatro vidas totalmente diferentes que se unen para salvar sus propias vidas del desastre. Tendrán que afrontar toda clase de peligros, dificultades, persecuciones y tormentas para encontrar el verdadero camino que los guiara al rea...