Un Mundo nuevo

las gemelas

Dormí apenas 2 horas a lo mucho y ya ha comenzado a amanecer. Aunque dentro de la cueva es difícil darse cuenta si era realmente de día o de noche. Escuché algunos ruidos, como de tablas rechinando y salí a revisar que sucedía, cuando alguien me tapo la boca y me obligo a permanecer dentro de la cueva.
   - shiiiii. No te muevas y no digas una sola palabra. -me dijo Nikole silenciosamente al oído.
Para ser honesto pensé que ella tenía otras intenciones conmigo y al ver que todos estaban dormidos irrumpió en la cueva. Así que dejé de luchar y me dejé llevar; ella al notar que dejé de resistirme me soltó.
   - ¿que planeas hacerme?- Dije también en voz baja.
   -¿que?, yo no intento hacerte nada. - replicó ella.
   - ¿entonces que es todo?- pregunté.
   - mira, lo que menos quisiera hacer es aprovechar que todos duermen para hacer algo inapropiado. Si vine aquí de esta forma es porque supuse que estabas pasando una mala noche por el incidente de ayer.
   - ¿y viniste solo por eso? - pregunté
   - no exactamente, sigueme y no hagas ruido.
Me llevó al borde de la cueva que parecía más oscura de lo que ya estaba. Me hizo una señal para guardar silencio y me indicó que mirara hacía arriba. De inmediato obedecí y vi como una criatura enorme bebia agua directamente de la cascada.
Parecía ser el doble del tamaño de un elefante adulto, aunque no se pudo ver exactamente como era ya que solo alcanzamos a verle el cuello y la cabeza.
Desde nuestra posición la criatura parecía ser un cuadrúpedo con el cuello ancho y ligeramente largo, la cabeza era del mismo grosor que su cuello y parecía tener una enorme boca aunque desde abajo solo se veía su sombra.
   - ¿y eso que es? - pregunté en voz baja.
   - probablemente sea un "höor". - dijo ella.
   - ¿un que?
   - höor es el nombre que la anciana le atribuyó a esa criatura.
Luego de eso me explicó que la anciana atribuía nombres a las nuevas criaturas de acuerdo a su aspecto físico y a la habilidad que tenían.
   - ¿y por qué höor? - pregunté impaciente.
   - höor básicamente significa "misterioso dios ciego" o al menos eso nos explicó la anciana Malala.
   - Malala, así que ese era su nombre- pensé.
   - la bestia allá arriba no tiene ojos, y por eso se le atribuyó ese nombre.

Hay aún mucho que desconozco de este nuevo mundo y no estaba dispuesto a quedarme a esperar en este lugar. Quería aprovechar que Leviatán no estaba y quería conocer más.
Esperé a que el monstruo se fuera y desperté a mis hermanos.
   - muchachos, tenemos que irnos. - les dije con voz a medio volumen.
   - ¿ya te quieres ir? - preguntó Nikole- ¿acaso es por que no pasó conmigo lo que esperabas en esta cueva?- preguntó nuevamente con una sonrisa y con voz seductora.
   - no... no ...no es por eso - dije tartamudeando y sonrojado. - es solo que tenemos que seguir un viaje largo para hacernos más fuertes.
   - ¿un viaje? ¿puedo ir? - preguntaba Nikole.
   - pues... no lo sé, no estoy seguro.
Cuando terminé de decir eso uno de los nativos vino a decirnos que el desayuno estaba listo. No voy a negar que desde que llegamos nos trataron bien y mis hermanos están cómodos aquí, pero no puedo borrar el hecho que tenemos una misión y debemos seguir.
   - luego de comer partiremos, dije con voz fuerte.
En el grupo todos compartimos nuestras ideas y conversamos las decisiones pero al final mis hermanos no tienen mucho carácter para dar órdenes, así que de eso me encargo yo.
Nos guiaron a la cueva principal, donde la anciana nos narró la historia. Todos estaban ya reunidos y con su plato hecho de barro en manos; comían avena según pude notar, nos sentamos en donde pudimos y nos sirvieron también. No tenían mesa ni sillas o al menos cubiertos, así que todos comían en su propio lugar como podían. No reproché nada por eso, es más, me sentí aliviado de que al menos pasamos la noche en un lugar seguro y que teníamos comida. Sabía que una vez iniciado el viaje, todo esto cambiaría.
Los nativos me observaban de forma extraña, como si sospecharan de mi y no me sorprendía, después de lo que dijo la anciana, hasta yo dudaba de lo que era, pero decidí no prestar atención a eso y me dediqué a comer.
Mientras comíamos observé como Nikole se reunió con su hermana y ambas fueron con la anciana a decirle algo, aunque no estoy seguro que fue lo que le dijeron.
Unos minutos después Xaori y Nikole se acercaron a nosotros y se acomodaron cerca nuestro.
   - ¿en serio tienen que irse? - preguntó Xaori algo triste.
   - no tenemos alternativa- respondí.
   - pero afuera es muy peligroso, quizás mueran. - dijo nuevamente Xaori.
   - estamos conscientes de eso, pero ya no hay marcha atrás. - dije yo.
   - no se vayan aún- dijo Nikole tomándome las manos con las suyas.
   - es que no pertenecemos aquí, solo llegamos por casualidad, el jefe nos dijo que nos darían comida y algunas otras cosas más, no pertenecemos aquí.
   - pero es que afuera hay muchas criaturas malas, antes de llegar a este lugar muchos miembros fueron envenenados por fenrir, varios murieron y otros apenas están siendo tratados con los huevos del ave de fuego. No sobrevivirán por mucho - dijo Xaori preocupada.
   - insisto en que no pertenecemos aquí. - dije yo.
   - nosotras tampoco perteneciamos aquí. Contestó Xaori.
   - eso no ... No lo sabía, lo siento. - dije.
   - descuida, en realidad es una larga historia. - dijo ella.
   - si quieres nos lo puedes contar.
   - esta bien. Cuando mi hermana y yo teníamos 3 años, nuestros padres murieron en un accidente de tránsito. Fue difícil para nosotras, ya que no teníamos más familia que ellos; solo nos refugiamos en una mujer que nos ayudaba a conseguir comida, viviamos en la calle pero al menos con ella nos sentíamos seguras. Con los años fuimos creciendo y la mujer que nos ayudó envejeció. Jamás notamos los esfuerzos que ella hacía por mantenernos con vida, incluso robaba comida de los mercados para nosotras; ella era como nuestra madre. Nos enseñó a escribir y a leer también con lo poco que podíamos encontrar en la calle. Muchas veces se encargaba de alimentar a otros niños de la calle, era un persona muy amable que siempre nos dijo que mientras ella esté con vida no nos faltaría un pedaso de pan. Siempre nos enseñó a ser amables y nunca nos dejó a nosotras robar o hacer algo malo, ella nos dijo que mi hermana y yo eramos muy puras y nobles para eso. Un día, hace como 6 meses, teníamos hambre, ya que no habíamos comido desde quizás 2 días, así que ella fue al mercado a conseguir algo de alimento para nosotras, pero nunca regresó. Buscamos por todas partes por horas y no la encontramos; pensamos que nos había dejado, quizás eramos mucha carga para ella y terminó por irse o tal vez se cansó de nosotras - pensé. Todo indicaba que nos había abandonado; pero al cabo de 3 días en los periódicos encontramos una noticia donde decía que una mujer había fallecido en un callejón cercano a donde estabamos. Sentimos una sensación horrible dentro de nosotros, ya que la mujer de la foto era Luz, la mujer que nos había cuidado, nuestra madre. Salimos rápidamente al lugar donde la tenían, ella estaba en una morgue y para poder llevarnosla nos pedían mucho dinero, dinero que no teníamos. Nadie nos quiso ayudar, esta vez si estabamos completamente solas. Al cabo de 15 días de su muerte, ya no teníamos que comer, así que buscabamos en la basura de la gente. Varias veces nos hechaban lanzandonos piedras o botellas. Era nuestro fin, así que intentamos algo; fuimos a robar comida. Desafortunadamente para nosotras, no sabíamos nada de robar y mucho menos teníamos experiencia. Apenas intentamos robar algo el dueño de la tienda nos golpeó. Intentamos en varios lugares, pero nunca logramos nada, solo conseguiamos estar más cansadas. Al siguiente día intentamos lo mismo, una y otra vez, pero nada funcionó. Los comerciantes, cansados de nosotras, quisieron lincharnos; aunque afortunadamente escapamos al desierto y caminamos por ahí por largo tiempo. Muertas de sed y hambre, ya solo esperabamos que la muerte viniera por nosotras; fue ahí cuando la anciana nos encontró y nos acogió en su tribu. Nos brindó comida, agua y ropa nueva; todo sin pedirnos nada a cambio. Desde entonces hemos vivido aquí en la tribu como miembros de ellos.
Su historia me conmovió bastante y solo me recordó lo mal que yo la pasé también antes de la gran explosión.
   - siento todo por lo que tuvieron que pasar.- dije muy amablemente.
   - descuida Alejandro, no fue tu culpa. - dijo Nikole con lágrimas en los ojos. - pero cuando conseguimos nuestros poderes la anciana comenzó a entrenarnos en el uso de ellos. Yo por ejemplo, mi habilidad es la invisibilidad, y puedo también desvanecer las prendas que llevo puesto; aunque el punto débil de este poder es que, durante el tiempo que llevo siendo invisible, mi visión se distorsiona y apenas puedo distinguir sombras y formas irregulares. El poder deriva del arcángel Chamuel según la anciana Malala.
   - suena difícil - dije sorprendido.
   - lo es si no se sabe como usar. Pero la habilidad de mi hermana es más útil. Ella puede atravesar cualquier superficie sólida al parecer modificando la estructura atómica de su cuerpo, o algo así dijo la abuela. La debilidad de su poder es peor que la mía, mientras ella atraviesa una superficie sólida, no puede hacer uso de ninguno de sus sentidos hasta que sale de dicha superficie.
Al inicio fue horrible tratar con las debilidades de nuestras singularidades, pero cuando la anciana comenzó a entrenarnos todo se hizo más sencillo.
   - aún así, estamos aquí para participar en una guerra, y si no nos volvemos fuertes, de nada servirán nuestros poderes y perderíamos inevitablemente la guerra.
Mientras decía eso Xaori agachó la mirada y no dijo nada más. Para este punto ya habíamos terminado nuestra comida.
Me puse de pie, agradecí la comida y caminé buscando alguna forma de salir de ese lugar. No noté cuando la anciana se paró detrás de mi.
   - ¿están listos? - preguntó Malala.
   - ¡santa madre! ¡que cree que hace anciana!, casi me mata del susto, pensé que era la muerte que venía por mi. - dije en tono de sorpresa.
   - ¿están listos si o no? - preguntó nuevamente la anciana.
   - ¿listos para que? - dije algo rudo.
   - para su entrenamiento obviamente. Contestó la anciana Malala.