Dentro del lugar habían casas, edificios, estadios, estatuas y varias edificaciones más además de tener muchas áreas verdes en todo el lugar, la mayor parte de toda la ciudad era verde por la naturaleza.
Algunos animales y criaturas dóciles como monos rojos, perros y lobos de agua, entre otros habitaban entre la gente.
Al ingresar preguntamos a uno de los lugareños.
- ¿como se llama este lugar? - pregunté.
- ciudad salvaje - respondió el desconocido.
Y luego siguió caminando sin detenerse hasta perderse en uno de los parques.
El lugar, según pude notar estaba cubierto por una barrera creada por las plantas dentro, al parecer todas al juntarse y al distribuir la energía que tenían con una ayuda externa creaban una barrera natural contra las criaturas salvajes del exterior.
Eran un poco más que medio día al llegar al lugar, Valeria tenía las zapatilllas que usaba algo desgastadas además, así que fuimos a la tienda más cercana a comprar algo que le pueda servir. Afortunadamente encontramos algo y luego buscamos un lugar donde comer y pasar la noche.
Llegamos a un restaurante que también era un hotel para suerte nuestra.
Estando solos tanto tiempo, nunca me atreví a faltarle el respeto ni una sola vez, ella era muy inocente y yo sólo quería protegerla, como a una hermana menor.
Comimos algo típico del lugar y luego la llevé a la habitación el cual era para ambos y tenía camas separadas para que descansara. Pero ella estaba intranquila pensando en como estaría Heimdal, ya que a el tuvimos que dejarlo en los establos del lugar.
Yo siempre llevaba conmigo nuestras cosas, era muy desconfiado.
El día pasó muy rápido, caminando por la ciudad y comprando algunas cosas perdimos la noción del tiempo así que solo llegamos al hotel a cenar y luego a dormir.
La noche fue tranquila y dormimos bien, pero claro, siempre tomaba mis precauciones antes de dormir, como siempre.
Al siguiente día, desperté bastante tarde comparado con los días anteriores, y al abrir los ojos, noté que la cama de Valeria estaba hecha y que ella no estaba en el cuarto.
Me desesperé al ver que no estaba y pensé que quizás alguien la raptó mientras dormía.
- ¡Valeria! - grité desesperado.
Nadie respondía y como pude, tal y como desperté salí a buscarla.
Solo tenía puesto unos shorts, ni siquiera traía un polo, pero no lo noté cuando salí del cuarto el cual estaba en el cuarto piso del lugar.
Salí gritando el nombre de mi compañera pero no respondía, comencé a perder el control al pensar que el papa pudo haber hecho algo mientras dormía. Cuando pensé que ya la había perdido noté que al frente en una tienda de ropa estaba Heimdal parado tranquilamente y al poco rato salió ella vistiendo un nuevo vestido color crema, además de tener un nuevo peinado, algo lasio y un par de aretes en forma de aros que solo resaltaban lo bella que era.
- ¡donde estabas! - le dije algo exaltado sosteniendo sus brazos luego de haber corrido a ella.
- Salí a comer algo y luego a comprar algo.
- pero como llegaste hasta ahí sola.
- el dueño del hotel me dio indicaciones.
- ¡debiste avisarme! - grité.
- sentí que dormías y no quise molestarte, lo siento por preocuparte - dijo agachando la cabeza y con tono triste.
La abracé fuerte apenas terminó de decir eso y me sentí más aliviado al tenerla cerca.
- la próxima vez avísame. - dije
- bueno.
- siento que todo mundo nos observa- dijo Valeria cuando aún la tenía en brazos.
Algunos aplausos comenzaron a escucharse de distintos lugares a nuestro al rededor.
Levanté la mirada y observé muchas miradas centradas especialmente en mi, la gente comenzaba a rodearnos y varias chicas jovenes hablaban cosas en muy baja voz riendo y viendonos fijamente.
Con toda la euforia del momento olvidé por completo que no estaba vestido y que solo llevaba los boxers.
Me cubrí como pude tratando de que la gente ya no me viera, tomé la mano de Valeria y la llevé jalando al cuarto.
Luego de cambiarme y comer algo salimos juntos a pasear y conocer un poco el lugar.
Según Ángel, cada lugar al que tenía que llegar tenía un propósito el cual tenía que averiguarlo por mi mismo.
Algunas personas nos miraban sonriendo a cada paso que dábamos, quizás por lo sucedido horas antes.
Valeria no podía ver el exterior, pero seguramente sentía las miradas y escuchaba los susurros de las personas.
Llegamos a un parque enorme que según algunas personas que nos recomendaron visitar dicho lugar, era el parque más resaltante y famoso de toda la zona.
Caminamos al interior observando todo, había un enorme lago verde pero trasparente; sobre el estaban enormes nenufares cuya estructura parecía distinta a lo que estaba acostumbrado. Me acerqué a observar bien la planta, su textura al tocarla era similar al concreto, pero cuando algo le caía encima su estructura cambiaba radicalmente volviendose blando y suave.
- Con algo así podría ser capaz de practicar mis saltos altos - dije sonriendo.
Con el entrenamiento que recibí de Malala, mies piernas eran capaces de elevarme varios metros en en aire al saltar, pero no lo hacía porque me aterraban las alturas, quizás no las alturas como tal, si no el miedo a caer, aún así no toleraba estar en lugares elevados y era algo que necesitaba superar.
Valeria luego de comprobar lo que eran los nenufares ideó algo.
- entrena en este lugar - dijo ella.
- jajaja, entrené por 3 años en un lugar alejado de todo, esto no sería más que eso - respondí.
- estoy consciente de que eres bastante fuerte y hábil, pero ... Te aterran las alturas.
Me quedé en silencio sin poder responder nada.
- no es algo malo que las alturas te afecten, ¿pero no crees que serías mucho más fuerte sin esa debilidad? - dijo ella - si superas eso ya no tendrás debilidades y serás muy fuerte.
- lo sé - respondí.
Pero lo que ella no sabía es que mi más grande debilidad no era mi miedo a las alturas, aún así solo le seguí el juego y acepté practicar en ese lugar.
Salté a un nenufar desde donde estaba y sentí como la planta pasaba de ser algo blando a algo duro como el concreto.
Comencé a saltar de un nenufar a otro elevandome por los aires varios metros y aumentando la altura y distancia con casa brinco.
El primer saltó fue algo terrorífico, sentí como el corazón se me aceleraba en el punto máximo de altura y al caer sentí como el estómago se me subía, fue una sensación muy extraña al que luego me fui acostumbrando.
Valeria me seguía muy de cerca sobre Heimdal quien volaba con las alas muy extendidas impresionando a todo aquel que lo viera. Por suerte fueron muy pocos los que lo vieron así.
Fui dominando poco a poco aquel proceso de entrenamiento y al final del día me sentía más aliviado de haber conseguido pasar esa primera pueba.
Los días siguientes también practiqué bastante, está vez manipulando el aire para mantenerme flotando por más tiempo, también buscaba elevarme mucho más alto para que el miedo desaparezca por completo.
Valeria me seguía a donde fuera con ayuda de Heimdal, me incentivaba a lograr ese objetivo, por muy difícil que sea.
A la gente del lugar no parecía importarles mucho, aunque de vez en cuando se detenían a observar lo que hacía.
En 15 días logré por completo dominar ese miedo, pero lo hice usando mis habilidades ya que no pude montar a Heimdal ni una sola vez, más bien, no quería.
Al final de ese período, ya por la noche, cuando Valeria estaba dormida, noté que la piedra del libro brillaba mucho, tan fuerte que iluminaba toda la habitación. Pensé que quizás lo hacía porque había cambiado de dueño, pero eso era imposible, ninguno de los objetos mágicos que traje conmigo había hecho algo así nunca.
Con algo de dudas tomé el libro y lo abrí.
La última página del libro brillaba casi tanto como la piedra de la portada, observé la página y estaba un mapa que no estaba allí antes con un punto indicando quizás al lugar donde tendríamos que ir ahora y también tenía algunas lineas enseñandome los lugares que recorrí a partir de la ciudad donde conocí a Valeria.
No estaba seguro, pero sentí que mi próximo destino era aquel lugar que el mapa indicaba.
Dejé dormir aquella noche a Valeria Y al siguiente día le dije lo que había pensando del mapa que apareció en el libro.
Desperté muy temprano y cuando ella abrió los ojos le dije:
- creo que tenemos que partir.
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Un Mundo nuevo
AcakDespués de perderlo todo en un mundo lleno de resentimiento, rencor, odio y muchas otras cosas negativas que habían casi acabado con la tierra misma; Alejandro, nuestro protagonista, tuvo un extraño sueño donde se le encarga la difícil tarea de salv...