- ¿puedes invocar bestias? - pregunté sorprendido.
- no bestias, amigos; pero ahora solo puedo invocar un perrito, no me sé más sellos como para invocar otras cosas.
Cuando dijo eso recordé que en el libro que encontré en las ruinas habían formas similares a sellos, además habían partes donde mencionaban invocaciones.
- entonces tu...¡tu eres la dueña de éstas cosas! - exclamé.
- ¿de que? - preguntó.
Me disponía a sacar los objetos que traía muy bien envueltos en una tela resistente. Entonces su mamá entró estrepitosamente al cuarto y soltó una taza que contenía algún medicamento o quizás una hierba curativa.
- ¡hija!, tu pierna, está curada. - dijo cubriendose la boca por el asombro.
- si madre, Alejandro me curó, al parecer también tiene habilidades especiales.
La mujer se acercó a mi y me abrazó como si de un hijo se tratase.
- gracias muchacho - dijo ella.
- no tiene porque dae gracias señora, solo lo hice porque ... e... Quería ayudar, si eso. - dije algo nervioso.
La señora me soltó y me pidió que me quedara a pasar la noche en su hogar luego de disculparse por el golpe que me dio.
- me gustaría señora, pero mi caballo, no puedo dejarlo solo - respondí.
- por el no te preocupes, está en el patio de atrás comiendo algunas manzanas.
La mujer me guió hasta ese lugar y vi que todo lo que decía era cierto. Acepté entonces quedarme a dormir sin antes no ayudar a preparar la comida y ayudar a la señora con el restaurant.
Ya en la noche me senté en el sofá donde me había quedado dormido, Valeria se sentó a mi lado y su madre en otro pequeño sofá ubicado a la derecha.
- disculpe señora ...
- no me digas señora Alejandro, solo dime Ana.
- es que, se perdería el respeto - le dije algo nervioso.
- para nada, si ya casi eres como de la familia.
Valeria se puso tan nerviosa que se atoró con el té que estaba bebiendo y yo obviamente también me puse muy nervioso, quizás porque en mi mente imaginé la razón por la que la mujer dijo eso.
- ejemm... bueno Doña Ana, en realidas me gustaría saber porque el pueblo trata tan mal a su hija. - pregunté - vi como en el mercado los vendedores la maltrataban y algunas personas la miraban con desprecio.
- es por culpa del hijo del papa. - dijo agachando la cabeza.
Me quedé perplejo, no sabía que el papa podía tener hijos, pensé que su religión le prohibía.
Valeria solo agachó la mirada y se puso triste.
- lo siento, mi intención no era ponerte triste, yo solo, haaa, ya ni sé que decir.
Valeria sonrió un poco y le dijo a su madre que me hable del pasado.
- está bien muchacho, te lo contaré, pero no quiero que juzgues a mi hija por esto, no fue su culpa.
- lo prometo - respondí rápidamente.
- bien, luego de la explosión mi hija con 16 años recién cumplidos se golpeó la cabeza duramente que perdió la vista. Para ese entonces no viviamos aquí, viviamos al otro lado del pais, nuestro hogar había quedado hecho pedazos y mi marido murió. No sabía como sacar adelante a mi única hija que para colmo había quedado ciega. Caminamos por mucho tiempo sin destino alguno, hubo un día incluso donde pensé que podiamos morir atrapadas en el desierto, pero por suerte dimos con un oasis muy hermoso, de nombre...
- Ábalon - agregó Valeria.
Si eso, allí bebimos un poco de agua y comimos algunas luciérnagas, no teníamos comida y esos insectos habitaban ese lugar en abundancia, así que los comimos, resultaron bastante dulces para sorpresa nuestra.
Seguimos caminando luego por muchos lugares y fue entonces que llegamos a ésta ciudad, donde la gente parecía amable; conseguimos alquilar este lugar para vivir y llevábamos una vida tranquila. Pero un día el papa vino a visitar la ciudad, según comentaba la gente, el papa estaba visitando todos los lugares del mundo para dar esperanza al mundo. Fue ahí que le pedí que curara a mi hija, ya que vi como el lider religioso podía usar algunos poderes, entre ellos curar a la gente. Todo fue en vano, no la pudo curar y lo peor es que me pedía pagar una cantidad de dinero elevada por eso, no teníamos mucho, apenas este restaurante; pero el papá dijo que nos perdonaba la deuda si prometía a mi hija en matrimonio con el suyo. Obviamente me negué rotundamente, jamás le daría a mi hija a nadie solo por algo de dinero, entonces el pontífice me dijo que me daba un plazo para pensar hasta su regreso. Hasta ahora no regresa pero la gente que lo venera nos detestan por rechazar esa oferta y por ser mi hija quien el papa eligió para su hijo.
- suena problemático, pero descuide, ahora yo estoy aquí y las protegere, es más déjeme pagarle por la comida y por el cuarto.
- no es nece...
Antes que ella terminara de hablar de mis cosas saqué un collar de oro puro con rubíes, un collar sumamente costoso.
- con esto puede pagar su deuda. - le dije ofreciendole el collar.
La mujer quedó muda ante la preciosa joya.
- pensé que eras pobre - dijo la señora - no puedo aceptar esto, es demasiado.
- no se preocupe doña Ana, tengo más en mis cosas, con esto usted y su hija serán libres del compromiso.
- la mujer al final aceptó después de tanta insistencia de mi parte y luego de darme un baño en el lago me quedé profundamente dormido en el cuarto que la madre de Valeria me dio muy amablemente.
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Un Mundo nuevo
RandomDespués de perderlo todo en un mundo lleno de resentimiento, rencor, odio y muchas otras cosas negativas que habían casi acabado con la tierra misma; Alejandro, nuestro protagonista, tuvo un extraño sueño donde se le encarga la difícil tarea de salv...