no más oscuridad

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Desayunamos y luego de cambiar algunos objetos de valor que tenía por monedas de oro, partimos después de recoger provisiones.
Fuimos por un sendero donde al parecer transitaban vehículos y animales.
Saliendo del lugar vi nuevamente en el cielo que se acercaba el barco que vi luego de dejar la ciudad de Valeria.
Jalé conmigo a Valeria y a Heimdal a los árboles y nos escondimos mientras el barco descendía en medio de la cuidad.
   - tenemos que darnos prisa - le dije a Valeria.
   - ¿pero por que nos escondemos? - preguntó ella.
   - quizás en ese barco esté el viejo del papa que nos busca desde la última vez.
   - vamonos, rápido - le dije
Ella subió sobre Heimdal y apuré nuestro viaje.
Salimos de la barrera que protegía a la ciudad y nos dirigimos a la ciudad más costera que encontráramos para tomar un barco, ya que el viaje era a una pequeña isla en medio de la nada y según los pobladores, resultaba más barato viajar por barcos de agua que con barcos que flotan.
Luego de un viaje de al menos 30 días llegamos a la ciudad tentáculo, conocido entre la gente por sus platillos típicos hechos con ingredientes marinos.
Tomamos el primer barco que encontramos dándole las cordenadas del lugar al capitán.
   - buenos días.
   - buenos días respondió el hombre de traje.
   - soy Alejandro.
   - soy el capitán Frank
   - un gusto señor, necesitamos llegar a este lugar - le dije al capitán enseñándole el mapa del libro.
   - deben estar bromeando, ¿verdad? - preguntó el hombre.
   - ¿por que lo dice? - pregunté
   - a ese lugar solo se va con barcos voladores, no he escuchado jamás de un barco que llegara a ese punto por mar - dijo el capitán - es muy arriesgado a pesar de que existe una corriente marina capaz de llevarte cerca, aún así es complicado.
   - por favor señor, tiene que ayudarnos.
Tuve que suplicar por la ayuda del hombre ya que los barcos flotantes en su mayoría pertenecían a familias de personas acaudaladas y solo habían unos pocos con rutas de turismo y comerciales.
   - no lo sé señor, es un viaje muy peligroso - dijo el hombre.
   - por favor señor, le pagamos bien - le dije enseñándole las monedas de oro que tenía.
El hombre fue a hablar con su tripulación la propuesta que le hice; de los 14 hombres a su servicio 4 se fueron.
El hombre aceptó llevarnos aunque por un costo algo elevado.
   - 50 monedas de oro - dijo el hombre.
   - bueno, pero el caballo también viene. - le dije.
El capitán observó a Heimdal y aceptó el trato.
Eramos los únicos que viajariamos, pero no había otra opción y luego de una hora más o menos partimos en el viaje.
El viaje, según el capitán, no sería complicado si solo seguíamos la corriente de mar.
Al inicio todo estaba tranquilo, el primer día estaba muy normal, por la noche me reuní con Valeria en la proa del barco y conversé con ella de algunas cosas respecto al barco que vimos anteriormente.
   - el capitán dice que antes de llegar a la isla que buscamos tendremos que pasar cerca del mar de los monstruos. - dijo Valeria.
- la verdad no tengo idea, jamás he viajado en barco desde la explosión provocada por Leviatán.
- ¿crees que veamos mostruos en ese lugar?
- no quisiera, pero si aparecen, te protegeré como le he hecho hasta ahora, con mi vida.
Valeria se sonrojó.
- gracias - dijo
- ¿por que?
- por todo
Ella estaba radiante aquella noche, su cabello había vuelto a endularse y por frío tenía las Mejías ligeramente coloradas.
Mientras hablabamos el mar comenzó a brillar, de las profundidades comenzaron a surgir peces con colores extravagantes como verde, celeste o naranja fosforescentes, saltaron del agua creando una escena única, pero Valeria no podía verlo.
Entonces se me ocurrió una idea que quizás pueda hacer que ella pueda ver de nuevo.
- cierra los ojos - le dije.
Ella obedeció y controlando la materia interferí con su visión reparando algunos nervios dañados y logrando que su visión regrese.
No era normal el uso de energía que usaba, la materia no era sencilla de controlar, pero me esforcé por unos segundos en conseguir mi objetivo, solo tenía algo en mente, que Valeria pueda ver de nuevo.
Apenas unos 20 segundos después estaba realmente exhausto, no podía ni siquiera seguir de pie, así que solté sus ojos creyendo que había fracasado en lo que quería lograr.
- que tal ahora - le pregunté secandome el sudor de la frente.
Ella abrió los ojos lentamente y aún tenía la mirada perdida y brillante, - he fracasado - pensé agachando la cabeza.
Unos segundos después Valeria saltó sobre mi y me dio un abrazo muy fuerte y cálido.
- ¿que pasó? - le pregunté sobando su cabeza.
Ella levantó la cabeza y me miró fijamente a los ojos.
- puedo ver - dijo entre lágrimas.
Me quedé frío con lo que dijo, estaba felíz, tan felíz, pero no sabía como expresarlo.
La abracé también y sobre nosotros saltó una manta raya enorme también brillante con luces por columnas en todo el cuerpo.
Ambos alzamos la mirada, un poco de agua cayó sobre nosotros.
Ella estaba muy emocionada, observaba todo a su alrededor, fue hasta Heimdal que estaba relinchando de felicidad también supongo, Valeria contemplaba el mar y a los peces que lo coloreaban con sus luces; las estrellas, cada detalle, cada cosa parecía nuevo para ella. Yo desde el suelo aún agotado sonreía contento por ella.
Ya bastante tarde le dije que teníamos que dormir, ella me siguió a su habitación y la dejé ahí para que pueda dormir con Heimdal a su lado cuidandola mientras yo no podía estar con ella.
Salí de su habitación para que pueda dormir y al cerrar la puerta caí sobre el suelo provocando un ruido seco que retumbo en todo el barco.
Aún consciente vi como Valeria salió de la habitación gritando mi nombre y otras cosas. Mi vista se nublaba y mis oídos no escuchaban bien, el cansancio era tal que me llevó a perder la conciencia.
Desperté al día siguiente en la cama de Valeria con un pañuelo humedo en la frente.
Al abrir los ojos y observar de un lado a otro vi a Valeria sentada sobre la silla de al lado pero dormida, cubierta con una manta y a Heimdal sobre el suelo también durmiendo.
Mi cuerpo estaba muy cansado y casi no podía moverme. Modificar la materia era ya de por si muy difícil, tratar de que alguien pueda ver de nuevo a partir de eso llevaba el uso de ese poder a otro nivel; tanto que me dejó totalmente exhausto, pero valía la pena si eso hacía que Valeria pudiera ver de nuevo.
- ¿ya despertaste? - preguntó Valeria.
-¿que me pasó? - pregunté.
-te desmayaste en el corredor, por la noche tenías mucha fiebre, ¿ya estás mejor? - dijo levantándose de la silla y retirando el pañuelo de mi frente.
- eso creo, aunque el cuerpo no me responde bien. - respondí.
- esto es por mi culpa, ¿verdad?
- no, para nada.
- no mientas, te pusiste así desde que me curaste los ojos - dijo - y todo para que yo vuelva a ver.
- valió la pena - le dije - no importa como quedé después de ayudarte, me importa más que puedas ver.
Valeria, dejando caer algunas lágrimas me abrazó muy fuerte.
- ¡ouch! - grité
- lo siento - dijo ella.
Me levanté de la cama con mucho esfuerzo y salí a la proa del barco a tomar un poco de aire, Valeria estaba cuidandome y ayudándome en todo momento.
Luego de comer regresé al cuarto y de entre mis cosas saqué una semilla que guardé por mucho tiempo desde que salí de las ruinas.
Era la semilla de una planta cuyas hojas nos daba la anciana para recuperar energías luego de entrenar por todo un día sin descanso.
Valeria se sentó sobre la silla y yo con algo de esfuerzo hice que la planta creciera rápido.
Tomé algunas hojas y me las comí así como estaban.
Sentí como mi cuerpo se componía instantáneamente, estiré los brazos y piernas y luego me senté nuevamente en la cama.
Valeria se quedó observando la planta fijamente.
- ¿como hiciste eso? - preguntó.
- ¿hacer que?
- eso con la planta
- ¿te refieres a esto?
Hice crecer la pequeña planta hasta que se formaron ramas de al menos un metro de largo.
- ¿que fue eso? - preguntó
- es mi poder, tengo la capacidad de controlar los elementos, ¿lo olvidas?
- no, pero no había visto algo así nunca, dijo ella.
Así se pasó todo ese día y el siguiente día parecía estar calmado y soleado, hasta que llegamos a unas aguas más agitadas.

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