Llegué con Valeria en brazos hasta en restaurant donde vi como una mujer de al menos 40 años lloraba sin consuelo sobre una de las mesas, siendo atendida por algunos comensales.
Era de esperarse que su madre esté así, ella no regresaba de comprar solo algunas cosas, toda madre se hubiera puesto así.
- Madre - dijo Valeria al escuchar los sollozos de su madre desde la puerta.
- ¡hija! - gritó mientras corría con la escoba en manos hacía nosotros.
Bajé a Valeria de mis brazos y la ayude a pararse bien.
- Mucho gusto señora yo so...
Antes de terminar de decir lo que quería la mujer me dio un rudioso golpe en la cabeza con la escoba.
Ese tipo de golpes no me matarían, quizás causarían leves molestias, pero todos tenían que creer que yo era un tipo débil, así que luego de unos segundos de sentir el golpe caí al suelo cerrando los ojos fingiendo que me había desmayado. La actuación fue muy mala, lo suficiente como para que nadie se crea que el golpe me hizo daño; ya en en suelo con los ojos cerrados y por todo el cansancio que tenía después de tantos días sin dormir, me quedé profundamente dormido, mientras escuchaba las voces de la gente que se iban atenuando poco a poco.
Realmente estaba cansado, en seguida comencé a soñar luego de cerrar los ojos.
Aparecí nuevamente en el lugar donde solía soñar con el ser que me dio mis poderes.
- al fin conociste a Valeria. - dijo la voz femenina de aquel ser.
Ya me había acostumbrado a hablar con ese ser, así que ya hablabamos normalmente.
- si, aunque de haber tardado más, le hubieran hecho mucho daño.
- no, de hecho llegaste a tiempo, ahora es tu deber cuidar de ella.
- pero, quien es exactamente ella, ¿por qué quiero protegerla con tanto esmero?
- no puedo dar detalles, solo te diré que la cuides y aprecies; esta chica vale oro y ni se te ocurra cambiarla por nadie. ¡¿quedó claro?!
- no... Bueno... Espera, ¿que sabes que yo no?
- nada, solo cuida a Valeria, con tu vida.
- está bien, de todos modos no planeo dejarla sola.
La charla fue corta pero supe de inmediato que Valeria era una persona muy especial y que no debía dejar que nada le suceda.
- dejando eso de lado, vi que enfrentaste a Adonis y lo venciste, si que te entrenaron bien.
- la anciana hizo un buen trabajo supongo - respondí.
- mirate ahora, estás con el cuerpo marcado, tienes mayor control de tus poderes, armas y armadura. Has madurado mucho.
- pero perdí a mis amigos en el proceso.
- por ellos no te preocupes, se les pasará la envidia muu rápido.
- entonces si era eso - dije algo triste.
- no tanto así, pero ya se les pasará, por ahora enfocate en quien tienes al lado, cuidala que ella cuidará de ti tanto como tu pero a su modo.
- tienes razón, haré mi mejor esfuerzo.
- más adelante te iré ayudando con algunas cosas, por ahora ya sabes tu tarea.
El sueño comenzaba a desvanecerse y yo comenzaba a despertar. Tenía aún los ojos cerrados y sentí debajo de mi cabeza algo suave y cómodo del cual no quise moverme. Me acomodé en esa almohada tan suave y luego sentí unas suaves caricias sobre mi cabello y que lentamente recorrían mi cabeza hasta llegar a mi mejía. Estaba tan cómodo que no me quería moverme.
Abrí los ojos lentamente y vi el rostro de Valeria cerca de mi, era ella quien me hacía las caricias, lo cual significaba también que estaba sobre su regazo.
Estaba sobre un sofá bastante grande y ella estaba sentada ahí, aún a pesar de su lesión me cuidó mientras dormía.
Ella seguía con sus caricias ignorando que yo la estaba viendo, desde mi posición sus pechos resaltaban, pero lo que más me atraía era su pequeña boca tan delicada.
- ¿como está tu pierna? - pregunté mirandola fijamente.
Dejó de acariciarme el cabello y se enrojeció.
- esto... Si, mi madre me vendó la pierna.
- dejame verlo, quizás pueda hacer algo.
- pero, no es nada, ya no duele.
- de todos modos dejame verlo.
Presione sin querer ligeramente su pierna mientras me ponía de pie y ella hizo un gesto de dolor que trataba de ocultar.
- duele, no mientas.
Tomé sus vendajes y los quité con mucho cuidado, nunca en mi vida había sido tan cuidadoso con nada y esta vez ni siquiera podía tocar su pierna por miedo a que le duela.
Tenía algunos rasguños y moretones. Sin dudar un segundo usé mi poder de control de materia y curé los huesos que tenía dañados, además de disipar los moretones y borrar los rasguños. Esto demandaba mucha energía, pero al menos ya no estaba tan cansado por las horas que dormí.
- no eres alguien común, venciste a los 4 hombres en el callejón sin esfuerzo, ahora curas mis heridas de forma tan fácil ¿y te derrotó mi madre con solo un palo de madera? - dijo riéndose suavemente.
- en realidad me quedé dormido, no había dormido desde hace días, en mi viaje no puedo hacerlo, suelo desconfiar de todo y de todos, pero apenas entré a este lugar luego de recibir el golpe, dormí profundamente como un bebé.
- ¿por que fue eso? - preguntó
- supongo que confío en ti mucho más de lo que esperaba. - dije limpiandome de la frente el sudor luego de terminar de curar su pierna. - ya está, ¿puedes caminar algunos pasos?
- si creo. - respondió.
Se puso de pie con ayuda mía y dio algunos pasos hasta que logró caminar sin esfuerzos.
- ya no me duele, ¿como hiciste eso?
- es una larga historia, que te contaré más adelante.
- espero que no lo olvides, yo suelo olvidar las cosas rápido, así que tu tendrás que recordarme esto.
-¿olvidar?, ¡Heimdal!, mi amigo, lo dejé solo todo este tiempo. - exclamé.
- no te preocupes, el llegó por su cuenta hace un buen rato y traía Estás cosas con el.
Estábamos en su sala y de una silla me pasó mis cosas entre las cuales estaba el báculo de mago, el talismán con la piedra blanca y el libro.
Curiosamente las piedras de todos los objetos ahí comenzaron a brillar en forma parpadeante. Me limité a pensar que era por los mostruos cerca.
- siento lo de tu perrito - le dije agachando la cabeza.
- ¿Hermes?, descuida, el no puede morir, después de todo es solo una invocación mía.
ESTÁS LEYENDO
Un Mundo nuevo
AcakDespués de perderlo todo en un mundo lleno de resentimiento, rencor, odio y muchas otras cosas negativas que habían casi acabado con la tierra misma; Alejandro, nuestro protagonista, tuvo un extraño sueño donde se le encarga la difícil tarea de salv...