el entrenamiento III

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Ahora venía la etapa final del entrenamiento y la anciana nos reunió a todos en la plaza principal para darnos algunos detalles, nadie me miraba a la cara, definitivamente algo andaba mal, incluso Heimdal se agitaba mucho más cuando alguno de ellos estaba cerca.
Pensé que todo era algo pasajero y que luego cambiarían.
Ángel fue el único que no cambió conmigo pero por acción de Malala y Alex se mantenía al margen.
La anciana tenía planes para cada uno de nosotros, esta vez Ángel también entrenaria. Al inicio solo entrenamos nuestros poderes a niveles básicos y usando principios bastante simples, quizás para que la anciana viera a que nivel estabamos en cuanto al uso de nuestras singularidades. Esto fue solo por un mes, luego empezaba lo difícil, como combinar nuestros poderes en el uso de nuestras armas o también cambiar el estado de los poderes conociendo sus principios básicos, por ejemplo convertir el agua en hielo. la anciana fue mucho más exigente conmigo que con los demás, día a día entrenaba hasta quedar totalmente sin energías.
A los 6 meses de entrenamiento ya ninguno de mis amigos se me acercaba mucho y la anciana ya estaba demasiado estricta. Un día por la tarde cuando la anciana me enseñaba sobre el control de los elementos ancestrales me decidí a preguntarle a que se debía ese cambio tan severo por parte de todos.
- anciana, porque es tan exigente conmigo y porque los demás ya no se me acercan.
- se por lo que estás pasando, tienes que resistir, todo es por tu bien.
- es que... Me siento solo.
- hago esto por que Ángel vio futuros alternos para ti y esta es la única forma de ...
La anciana se quedó en silencio por unos instantes.
- de que anciana, no se quede callada.
- lo sabrás a su tiempo, solo recuerda que hago esto por tu bien.
- pero porque los demás no me hablan
- es necesario para que no te distraigas, pero ya basta de charlas, sigamos entrenando.
Mucho de lo que entrenaba se encontraba en el libro que rescaté de la biblioteca.
En los próximos meses llevé mi poder a niveles que nunca hubiera imaginado, incluso aprendí el control de los elementos ancestrales como la luz, la oscuridad, la materia entre otros.
Desde luego yo no era el único que se había vuelto fuerte. A veces me detenía a observa a mis compañeros y vi como cada uno estaba en un nivel sorprendente. Nikole ya había dominado su invisibilidad a la perfección y se había especializado en ataques sorpresa con una precisión asombrosa. Xaori por su parte había aprendido a transmitir su habilidad a sus flechas, haciendo que estas sean capaces de atravesar superficies sólidas sin necesidad de destruir nada hasta su objetivo final. Ángel había aprendido a ver futuros alternos y su comunicación con la figura que nos otorgó los poderes estaba más allá de lo imaginado. Alex, de todo el grupo, fue quien más poder destructivo tenía, usando su poder combinado con los guantes que tenía destruía cualquier cosa en su delante, incluso en un punto del entrenamiento hizo retumbar todo el lugar cuando dio un golpe al suelo; su fuerza y agilidad se incrementaban a niveles inhumanos al usar sus poderes. Yo por mi parte había logrado combinar elementos e incrementar su fuerza, fabricaba golems gigantescos además de criaturas animadas como dragones entre otros en fuego, agua y tierra.
Incluso llegué al nivel de provocar desastres naturales relacionados a los elementos como inundaciones u otros. También había conseguido crear dichos elementos conociendo sus principios sin necesidad de buscar alguna fuente para conseguirlos.
Todos estabamos a un nivel totalmente distinto de cuando empezamos.
Entonces un día la anciana nos reunió a todos en la plaza principal.
- ahora que, ¿examen final? - preguntó Alex con sarcasmo.
Todos se rieron un poco, aunque eso no cambiaba el hecho de que aún estaban alejados de mi.
- no muchachos, ya les he enseñado todo lo que tenía que enseñarles, ahora la prueba final para esto será el mundo el cual ya no es como antes y ustedes deberan salvarlo superando muchas cosas.
- ¿entonces ya es tiempo de volver?- preguntó Nikole a la anciana.
Yo permanecía callado lejos de todos con Heimdal a mi lado.
- así es, ustedes ya han alcanzado la cúspide de los humanos superandolos por mucho, pero ahora viene la prueba real, allá afuera no es como el entrenamiento que han hecho por al menos 3 años, allá se enfrentarán cosas terribles como Leviatán y muchos otros monstruos más, también tendrán que enfrentar a otros humanos como ustedes por el bien de la humanidad, incluso llegará el día en que sus corazones ya no querrán seguir adelante e intentarán renunciar, cuando ese día llegue, recuerden por lo que se les confió esos poderes y salven al mundo.
- ¿enfrentaremos humanos también? - preguntó Alex.
- los falsos dioses y el amo del mal también dieron poderes a humanos normales; en el caso de los falsos dioses para preservar su dominio y en el caso de Satán para acelerar la extinción de los humanos.
- ¿y como sabemos que nosotros no somos parte del experimento de esos falsos dioses? - preguntó Xaori.
- porque ninguno de ustedes esta aquí para preservar ninguna religión o para extinguir a la humanidad, esa es la más grande prueba que tienen para demostrar que ustedes son diferentes, además que también esa misma prueba los ayudará a encontrar a otros elegidos y al final de todo todos juntos lucharán para salvar a la humanidad.
- ¿tenemos que juntar a todos?- preguntó Alex- digo, porque como yo lo veo, creo que nosotros 5 podemos solos.
- te has vuelto arrogante muchacho y tendrás que controlar eso o de lo contrario te irá muy mal en el mundo exterior, en cuanto a tu comentario, les aseguro que ustedes solos no podrán solos y no es que no sean fuertes, necesitarán ayuda para muchas otras cosas que enfrentarán en el futuro, para ese día ya todos deberan estar reunidos o de lo contrario no ganaremos.
- al menos diganos cuantos somos para saber cuantos tenemos que reunir. - reprochó Xaori.
- somos 100 - respondió rápidamente Ángel.
- ¿y tenemos que reunirnos todos? - preguntó Alex alarmado.
- si, y ninguno debe faltar o sería problemático.
- ¿y como los vamos a ubicar?
- en este tiempo mientras los entrenaba con ayuda de Ángel diseñé 3 mapas los cuales les serán útiles para ubicar a cada elegido.
- ¿3? ¿eso significa que uno no hará el viaje? - preguntó Xaori.
- todos van a viajar, pero uno de ustedes tendrá que viajar por otro motivo el cual será fundamental para ganar.
- Habla de Alejandro, ¿cierto? - preguntó Nikole algo triste.
- en efecto, el tendrá que hacer su propio viaje, pero al final todos se encontrarán en un solo punto en el cual se desarrollará la batalla final. Pero no se preocupen, en este viaje se van a encontrar muchas veces.
-¿como está tan segura? - pregunto Alex.
- me lo dijo Alex.
- pero porque no nos dice nada a nosotros.
- niña niña, parece que no les hubiera enseñado nada, si les dice lo que pasará, ya no sucederá.
- jeje cierto.
- una cosa más, eviten a toda costa usar sus poderes en público. Sus poderes son excepcionalmente poderosos y los de los demás elegidos también, aún sin entrenamiento. Pero los demás humanos con poderes no tienen ese nivel, así que los identificarian muy rápido y probablemente les quieran hacer daño; evitemos eso y repito, no usen sus poderes si no es absolutamente necesario.
Todos asentaron la cabeza en señal de aprobación.
La anciana nos permitió recolectar algunos tesoros y objetos de valor que podamos vender para facilitarnos nuestro viaje.
Eso también me dio tiempo de cortarme el cabello largo y afeitarme la barba.
Así luego de algunas horas preparando nuestras cosas nos dirigimos a la cueva por la cual ingresamos. Nuevamente todo estaba oscuro y lo único que iluminaba era la esfera mascota de Malala. Nosotros habíamos cambiado, ya no eramos débiles, nuestra confianza creció y ahora sentíamos que podíamos lograr salvar este mundo.
Estabamos a punto de abandonar la cueva cuando de pronto escuchamos una conversación afuera de la cueva, era en la parte superior y al parecer nosotros teníamos algo que ver con lo que decían.
   - no se muevan y pase lo que no salgan hasta que sea seguro- dijo Malala muy sería.
   - pero nosotros podemos ayudar- dijo Nikole materializando sus armas.
   - no, esto me corresponde solo a mi. Alex, no dejes que nadie abandone la cueva hasta que no se vayan las personas de afuera.
Alex era el más fuerte, sonaba lógico lo que la anciana le pedía.
La anciana salió de la cascada y en el lapso de tiempo que la anciana salía pudimos observar claramente a quien hablaba allá arriba. Era un anciano que hablaba con el jefe, como de 80 años, con una vestimenta típica de los religiosos de altos cargos, todo de color blanco cubierto por un chausable rojo, un pallium, una mitra en la cabeza y un báculo de oro puro con una cruz en la punta el cual sostenía en la mano derecha. Al parecer no estaba solo, estaban dos hombres detrás de el, aunque no se alcanzó a ver sus trajes.
Al parecer no notaron que la anciana salió de la cueva ya que el religioso seguía hablando con el jefe. Con el agua que caía nos era imposible ver el exterior, así que hice una pequeña abertura en el agua con mis poderes, este era tan insignificante que desde fuera nadie lo pudo haber notado. Observé como la anciana se unía a la conversación y la interrogaron apenas llegó.
   - ¿que buscan en estos lugares? - preguntó la anciana.
   - así que por fin apareció, anciana Malala - dijo el religioso con el báculo en un tono arrogante.

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