mar de monstruos

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El mar estaba agitado, los cielos nublados y el viento muy fuerte, una tormenta estaba a punto de caer en nuestro tercer día viajando.
La lluvia comenzó a caer sin previo aviso, truenos por todos lados y en más de un sentido esto no pintaba bien.
El capitán estaba desesperado.
- ¡jamás había enfrentado una tormenta así en tantos años de navegar estos mares! - exclamó.
- ¡está muy fuerte! - respondí.
Toda la tripulación del capitán trataba de controlar y mantener en equilibrio el barco, Valeria estaba en un cuarto con Heimdal cuidando de ella.
No había opción, tenía que intervenir o el barco podría voltearse mucho antes de llegar a nuestro destino.
El capitán desde el timón trataba de corregir el curso, ya que al parecer estabamos entrando al mar de monstruos, pero fue imposible, la corriente del mar era muy fuerte. Otros barcos también fueron arrastrados por la corriente, ya que comenzaron a llegar 4 barcos de mar con cientos de pasajeros y carga; también dos barcos voladores llegaron al lugar, no era coincidencia, todo estaba planeado por alguien, o algo.
Se podía escuchar un sonido similar al de unos cornos, pero cientos de veces más fuerte.
Subí a la cámara del capitán a colaborar con el control del timón.
- ¡Kraken! - Grito el capitán mientras subía, señalando a la densa niebla.
A través de la niebla se distinguía un enorme pulpo flotante en el aire acercandose cada vez más a nosotros, tenía los ojos rojos brillando entre la niebla.
Según las leyendas antiguas el kraken era un ser mitológico que derribaba barcos enormes y los hundía en las profundidades del océano.
Poco a poco la criatura se acercaba a nosotros, entonces se podía disntiguir un cuerpo humanoide gigante que sostenía el pulpo con la boca.
- ¿capitán? - pregunté
- dime
- ¿el kraken tenía forma de humano?
- no que yo sepa.
Esta criatura tenía alas, y un cuerpo como de humano pero gigante.
Al fin el monstruo estaba frente a nostros, no tenía el pulpo en la boca, el pulpo era su boca; tenía el cuerpo muy musculoso y alas enormes.
Su tamaño era colosal, superaba con creces al tamaño de cualquier barco, no era del mismo tamaño que Leviatán, pero tampoco era nada pequeño y si tenía malas intenciones estaríamos en grandes problemas.
La criatura, ya cerca de nosotros, hizo el ruido que comparaba con los cornos.
La gente de todos los barcos entraron en pánico, gritaban y se desesperaban; varios cayeron al agua por el movimiento de las olas.
Ningún barco pudo moverse lejos del lugar, como si algo no lo permitiera, no era algo; más bien, de alguna forma el agua a nuestros al rededores comenzó a descender provocando que los barcos queden atrapados entre rocas muy puntiagudas.
Los barcos aéreos podían escapar pero pequeñas lanzas atadas con cuerdas que tenían plantas acuáticas al rededor, anclaron los barcos a las rocas. Dichas lanzas fueron arrojados por pequeñas versiones de el enorme monstruo que nos atrajo, pequeños humanoides semiacuaticos con la fuerza de lanzar lanzas a esa altura, además de ser un enorme número, fueron al menos unos 500 que nos rodearon completamente.
Algunos de ellos montaban tiburones, nos superaban en número y no todos los que estabamos reunidos allí eran guerreros; en su mayoría eran personas normales que viajaban de un lugar a otro sin pensar en lo que les esperaba.
De pronto una flecha atravesó mi brazo izquierdo mientras buscaba una forma de enfrentar el problema.
- te dije que nos volveriamos a ver - dijo adonis volando en el aire.
Luego el mismo adonis voló rodeando a la criatura gigante y de pronto entró a un portal y se desvaneció.
Me quedé inmóvil ante el ataque. Al parecer la flecha tenía algún tipo de veneno que me paralizó el cuerpo y me hizo incapaz de usar mis poderes en su totalidad.
La criatura tomó una enorme roca del mar y lo arrojó con fuerza derribando uno de los barcos, mucha gente saltó al mar antes del ataque, aún así no muchos sobrevivieron.
Los que lograron escapar nadaban tratando de llegar a los demás barcos o se refugiaban entre las rocas empinadas que sobresalían del mar, pero en el mar se topaban con los guerreros del gigante que atacaban a todos los humanos que caían sobre el mar.
La criatura gigante ahora tenía intenciones de atacar nuestro barco.
- ¡corre Valeria! ¡Heimdal, llevatela de aquí! - grité desde el suelo sin poder mover el cuerpo aún.
Desde que había entendido que La flecha me había envenenado, estaba tratando de purificar mi cuerpo con el agua del mar, pero mi poder había disminuido por el efecto del veneno, así que tomaría más tiempo de lo normal recuperarme.
-¡no! - exclamó valeria - no te dejaré aquí, me has ayudado tanto, me cuidaste cuando estaba ciega, te debo tanto.
- pero ...
- no me pidas que te deje, ahora me toca a mi protegerte.
Dibujo el mismo símbolo que le enseñé en el desierto con su báculo y apareció un pequeño portal frente a ella, pero esta vez el portal estaba creciendo, creció tanto que supero el tamaño del gigante.
Del portal salió un enorme pulpo del mismo tamaño que el gigante, era el legendario monstruo "kraken".
- ¡¿como invocaste eso?! - pregunté sorprendido.
- aquella vez en el desierto, vi los ojos azules brillantes de una criatura al otro lado del portal, pero era muy grande para pasar por el pequeño portal que había hecho.
No tenía idea de lo poderosa que era Valeria, jamás hubiera imaginado que podía invocar algo de esas dimensiones.
- por favor Kraken, ayudanos a luchar contra esa criatura. - dijo Valeria.
El Kraken hizo un sonido similar al sonido del gigante y se lanzó sobre la bestia con alas.
La batalla fue brutal, el gigante golpeaba con sus puños la cabeza del Kraken quien con sus tentáculos detenía los golpes además de comenzar a sujetar todo el cuerpo del gigante.
el hombre gigante con cara de pulpo se defendía con todo lo que tenía, pero los tentáculos del Kraken eran demasiado fuertes que comenzaban a estrangular al gigante.
Las aguas se agitaban provocando que los barcos pierdan el equilibrio, uno de los barcos con pasajeros se dio la vuelta y todos los pasajeros cayeron al mar.
Los guerreros acuáticos del gigante atacaron con todo lo que tenían al Kraken, lanzaban lanzas y lo apuñalaban con sus espadas hechas de huesos de animales acuáticos, pero nada funcionaba, el Kraken había dominado casi por completo ql gigante.
Yo ya estaba más recuperado del veneno y comencé a recuperar fuerzas.
El gigante al verse atrapado sin salida extendió sus enormes alas volando por los aires cargando con el al Kraken, esto no pintaba bien, el Kraken era una criatura acuática y no iba a durar mucho fuera del agua.
El gigante voló tan alto que a través de la niebla desapareció casi por completo.
Todos se quedaron expectantes ante un silencio inquietante, de pronto del cielo cayó el Kraken disparado provocando que agua salpicara muy alto, además de crear enormes olas que agitaron los barcos.
Todos estaban mojados por la lluvia y el agua del mar; aunque el Kraken era un monstruo, todos sintieron compasión al ver como cayó del cielo y chocar brutalmente contra el mar.
El Kraken quedó flotando sobre el agua muy debilitado y en frente suyo el gigante descendía del cielo lentamente agitando sus alas que provocaban demasiado aire.
- ¡Kraken no! - gritó Valeria.
Yo me sentía mucho mejor y sentí que no podía dejar todo el trabajo al Kraken.
Alteré las rocas puntiagudas que sujetaron nuestros barcos y los dirigí al gigante, las rocas atravesaron sus piernas y brazos además de sus alas y espalda. La criatura lanzó un grito que creo ondas en el agua.
El Kraken debilitado se acercó al pulpo y enrollando su cuello comenzó a estrangularlo nuevamente.
Esta vez no tenía escapatoria.
Los pequeños guerreros atacaban los barcos y al Kraken desesperadamente, pero sus ataques únicamente afectaron a las embarcaciones, ya que el kraken ni se inmutaba con los ataques de los pequeños acuáticos, que no eran tan pequeños ya que tenían al menos 2 metros de alto.
Enel mar y las rocas también se liberó una batalla por la supervivencia, los marineros que cayeron luchaban con todo lo que tenían, algunos podían controlar algunos poderes, otros se limitaban a enfrentar a las criaturas con armas de fuego o espadas.
Los humanos en total desventaja se agruparon en una roca plana que sobresalía del mar, las criaturas los rodearon, hubiera sido el fin de muchos humanos de nos ser por Heimdal.
Mi pegaso no era muy confiado en los demás humanos, aún así voló en su ayuda, se elevó tanto que casi lo perdimos de vista, desde allí se mantuvo ahí por unos segundos y comenzaron a caer una cantidad interminable de relámpagos que pegaban en los moluscos.
Heimdal era una criatura legendaria, incluso entre las bestias; los guerreros malvados no pudieron con tal poder y hulleron los que quedaron vivos.
Algunos guerreros del gigante aún atacaban los barcos y luego de lograr subir al nuestro comenzaron a fastidiar atacando sin parar a Valeria.
Yo golpeaba a los que podía y no podía usar mis poderes para vencer a todos, dañaría a mucha gente.
- ¡escondete Valeria! - grité.
- estaré bien - respondió.
Con sus manos hizo el dibujo de otro sello el cual fue ayudado con el báculo. Yo no le había enseñado esos símbolos, aunque recordó bastante a los sellos que dibujo al invocar a su pequeño amigo, Hermes.
- no será de mucha ayuda un cachorro Valeria, escondete abajo. - le dije.
- confía en mí - dijo.
En frente suyo nuevamente apareció un portal del doble de su tamaño de donde salió un lobo del tamaño de Heimdal.
- protegenos Fenrir - ordenó al lobo.
El animal atacó salvajemente a los guerreros acuáticos, los degollaba y destrozaba sin consideración, al verse sometidos los moluscos escaparon del barco y desaparecieron en lo profundo del mar.
Todo se resumía a la batalla con el gigante.
El Kraken apretaba sus tentáculos sobre el cuello del gigante, pero este no caía, incluso más heridas que las rocas le habían provocado no estaban.
- este maldito se regenera muy rápido - pensé.
Me elevé por los aires gracias a mi control sobre el aire y me acerqué a la criatura que golpeaba sin sesar la cabeza del Kraken.
El gigante contrajo todos los tentáculos que cubrían su boca y ella se iluminó, iba a atacar, no había dudal, tenía que hacer algo para salvar al Kraken, un ataque a esa distancia extinguiria su vida seguramente.
Volé hasta el Kraken con la intención de protegerlo, de alguna forma el Kraken intuyó el ataque y se alejó del gigante, lo seguí y me puse a un costado del kraken.
El gigante lanzó fuego de su boca contra nosotros, el fuego estaba muy concentrado.
Usando el agua que nos rodeaba provoqué que un chorro de agua de las mismas proporciones o más fuerte que el ataque del gigante, choque contra el fuego.
Una cortina gigante de vapor se levantó ocultando todo el lugar y a toda la gente.
De entre el vapor el gigante llegó a nosotros con el puño a la altura del pecho con intenciones de golpear al kraken. El Kraken sujeto el brazo del gigante lo que me dio tiempo para convertir el agua en el que estaba el gigante en hielo. El agua le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, el hielo lo detendría lo suficiente hasta idear otra cosa.
El plan había funcionado, el gigante estaba inmóvil atrapado en el hielo, era nuestra oportunidad de acabar con el.
El kraken sujeto ambos brazos del gigante y yo le corté el cuello únicamente usando aire comprimido a altas velocidades, pero solo pude cortarle medio cuello ya que había resbalado al momento de saltar y la criatura se regenaraba extremadamente rápido.
El gigante parecía invensible y nos costaría un poco más vencerlo de no ser por lo que sucedio después.
De uno de los barcos flotantes saltó un muchacho de al menos 20 años, bastante joven y algo corpulento.
   - vete de ahí muchacho, solo estorbaras - gritó el capitán desde el barco.
El muchacho sonrió malévolamente y de su cadera desenvainó una espada o sable, y de un momento a otro desapareció ante la mirada de todo mundo, aunque no para mi. Entonces un as de luz paso cerca del cuello del gigante antes de que este pudiera regenerarse completamente; y el muchacho volvió a aparecer en su mismo lugar como si nunca se hubiera movido de allí guardando su espada nuevamente.
La cabeza del gigante rodó por su cuerpo con varios de sus tentáculos faciales también cortados.
Todos se quedaron atónitos ante lo que acababa de pasar; el gigante que parecía indestructible, pereció en un abrir y cerrar de ojos.
   - ¿y no pudieron con eso? - preguntó el muchacho preparandose para dar un gran salto y regresar al barco.
Yo regresé volando a el barco un poco pensativo por lo que había hecho el muchacho.
   - ¿se encuentra bien joven? - preguntó el capitán.
   - por su puesto capitán, ya podemos retomar nuestro viaje.
   - ¿pero que fue lo que pasó allá abajo?
   - el muchacho que saltó del barco volador, acabo nuestra tarea, eso pasó.
   - pero si el ni siquiera se movió - reprochó un de los marinos.
   - ante sus ojos quizás no, pero en lo que pude ver ese jovensuelo se movió tan rápido que fue imperceptible para el ojo humano normal supongo.
Mientras hablabamos el muchacho saltó muy alto y en el camino me observó fijamente con algo de curiosidad, aunque también observó a Valeria, a quien observó como si se hubiera enamorado de ella.
Valeria ni siquiera lo había notado y agitando sus manos y su báculo hizo que un portal apareciera sobre el Kraken tragandoselo por completo. Lo mismo hizo con el lobo el cual desapareció.
Heimdal descendió de los cielos algo agitado pero ileso.
El mar volvió a la normalidad aunque la neblina aún era bastante densa en una parte del mar.
Los barcos se agitaban nuevamente por el movimiento del mar, las personas de los dinstintos barcos no podían ignorar a las personas que habían caído al mar y los ayudaron.
Por agua las personas eran bastante amables, pero los barcos voladores una vez muerta la criatura y romper las anclas, partieron sin un solo gesto de gentileza para con las personas en el mar.
Luego de ayudar a algunas personas estabamos listos para partir.
   - cual será su paradero señor - preguntó una mujer de edad media a el capitán.
El capitán enseñando un mapa a la mujer dijo:
   - iremos a este lugar.
La mujer se sorprendió y pidió gentilmente que la pasen a otro barco.
Las demás personas que también habíamos recibido en el barco pidieron lo mismo al ver nuestro paradero.
Era entendible el porqué no querían permanecer en el barco, el lugar que pensabamos llegar estaba todavía cerca al mar de mostruos y ellos no querían repetir la experiencia anterior.
Luego de ayudarlos partimos rodeando el mar de monstruos hasta nuestro destino, pero al rodear la niebla tan espesa vi como por la niebla aparecían muchas criaturas similares al gigante con el que luchamos, también estaban otras más de menor tamaño aunque aún colosales. Al parecer los mostruos no tenían intención de atacarnos, pero siempre estaba yo preparado para una pelea.

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