JOERICK
Caminé con Yoandri hasta la salida del colegio, donde nos pusimos a hablar un rato mientras comíamos un helado casi derretido.
-Entonces es solo eso. Nos vemos mañana, Yoyo -iba a irme, pero me tomó del brazo.
-¿Algún día piensas decirme qué te traes con Erick? -lo miré confundido.
-Pues somos amigos, ¿no es obvio? -asintió rápidamente.
-Ya sé que son amigos, pero debo decirte que él te mira demasiado -me encogí hombros restándole importancia.
-Es normal. ¿Piensas que le gusto acaso? -bromeé.
-Yo solo digo, casos se han visto -nos detuvimos frente a mi casa.
-Olvídalo, somos buenos amigos que se están conociendo, nada más -sonreí con seguridad y dejé un beso en su mejilla -. Hasta mañana, Yoyo.
-Hasta mañana, Joelo -cerré la puerta, y con cansancio me dirigí a mi habitación.
El resto de la tarde la pasé aburrido viendo televisión y comiendo lo poco que había en el refrigerador. Mamá se había ido a una cita médica y mi padrastro estaba trabajando, algo muy usual ya que la mayoría de veces me dejan solo con Gabriel.
-¿Tienes hambre? -le grité a mi hermano desde la sala.
No recibí respuesta de su parte, así que subí a su habitación al ver lo callado que estaba desde que llegué. Me llevé una gran sorpresa al ver la cama vacía, busqué por todos los rincones pero no estaba.
Solo tenía un trabajo que era cuidarlo, y él me lo hacía muy difícil. Bajé y apagué el televisor, tomé la primera chaqueta que vi y me la puse, para finalmente salir a buscar su paradero.
Unas cuadras más adelante, la desesperación invadió mi cuerpo. No sabía ni siquiera desde que hora se había ido, ya que al llegar no subí a verlo como de costumbre. Una voz muy familiar resonó por un callejón solo.
-Y eso es todo lo que aprendí ahí -me acerqué lentamente y tenía razón.
-¿Zabdiel? -miré a su lado y estaba mi hermano -. ¿Gabriel qué haces aquí? -le cuestioné entre aliviado, molesto y curioso.
-¿Se conocen? -preguntó el boricua desconcertado.
-Claro que sí, es mi hermano -tomé a Gabriel de brazo -. ¿Qué haces con él? -lo miré mal.
-Nada, Joel, lo encontré y nos pusimos a hablar -respondió tranquilamente -. ¿Crees que le haría algo malo a alguien?
-No es eso... -miré a Gabriel -Si vas a irte, avísame.
Me lo llevé de ahí con molestia mientras le hacía el reclamo, me había preocupado mucho y seguía sin entender la casualidad de que ellos dos estuvieran hablando. Zabdiel no vivía ni cerca.
[...]
-Déjame procesar todo. Tu hermano se perdió y lo encontraste en un callejón solitario con Zabdiel -dijo Erick resumiendo todo lo que había hecho.
-Sí -humedeció sus labios y me miró soltando un suspiro.
-Bien, hablaré con Zabdiel.
-No. En realidad sólo quería contarte , nada más -asintió sonriendo -. Lo que me extraña es el lugar, ¿qué hace allá Zabdiel?
-Le gusta espiar la casa de Richard -abrí los ojos como platos -. Bueno, no por Richard, sino por su prima.
-Ah... ya me estabas asustando.
-¿Podríamos salir un rato? -debía cuidar a mi hermano -, con Gabriel -agregó antes de que pudiera responder.
-Claro. Pero que no sea a un parque de diversiones porque te mato -soltó una risita.
-¿Nos vamos? -recogí las cosas y negué con la cabeza.
-Las clases de refuerzo -le recordé soltando un suspiro de aburrimiento.
-¿Quién te va a dar esas clases? -nos detuvimos frente al salón, ya vacío.
-El mejor estudiante de la clase, ya que el profesor está ocupado.
Abrí la puerta lentamente y me encontré a Rebecca. Maldije mentalmente y me despedí de Erick con la mano.
-Hola, Joelito -subió su falda, apenas tapando su extravagante trasero.
-Hola, Rebecca. ¿Podemos empezar? -asintió mordiendo su labio.
Se acercó sensualmente y pasó sus dedos por mi pecho. Solté un suspiro al verla tan cerca y ella sonrió metiendo sus manos por debajo de mi camibuso.
-Serán una clases muy satisfactorias, baby -mordió el lóbulo de mi oreja y ahí reaccioné.
-Eres novia de Yoandri -me alejé rápidamente.
-Eso no significa que no pueda imaginar cosas deliciosas contigo -me estampó contra la pared y levantó el camibuso sin sacarlo.
Dirigió sus besos a mi abdomen y justo cuando la iba a empujar con molestia, la puerta se abré de golpe y por ella aparece Erick.
-Chicos deben... -se detuvo al vernos -Lo siento -se dio media vuelta y se fue rápidamente
Bajé la camiseta y la separé bruscamente. Ella me miró mal y me di cuenta que estaba siendo un poco grosero, la culpa era mía por dejarme llevar. Aunque no pensaba continuar, siendo sincero, ya no me interesaba ella como mujer.
-No creo que sea buena idea que me des clases -tomé mi mochila y abrí la puerta para irme.
-Perdón, Joel. Claro que te puedo dar las clases, no volverá a pasar esto -asentí y salí del salón.
El colegio ya estaba solo así que pude salir rápido. Estaba lleno de talleres y debía alistarme para salir con Erick.
Llegué hasta mi casa y abrí silenciosamente por si estaban durmiendo, en mi casa tenían la costumbre de acostarse al terminar de almorzar.
-¿Por qué llegas tan tarde, Joel? -habló mi padrastro con un vaso de jugo en su mano -. Tu madre estaba preocupada.
-Yo le dije que me iba a tardar, tengo que quedarme en unas clases de refuerzo -levantó una ceja -. Además solo fueron veinte minutos.
-Pensé que te iba bien en el colegio -dejé la mochila en el sillón -. Vamos, te están esperando -señaló el comedor.
-¿Para? -el pequeño espacio estaba lleno de globos, y un gran pastel esperaba en la mesa.
-Joel, estaba preocupada -se acercó mi mamá y me abrazó -. Está cumpliendo años el vecino.
-¿Y tenían que celebrarlo aquí? -puse los ojos en blanco.
-No seas así, Joel -me regañó ella -. Vas a ir, y le dirás que le deseas un hermoso día.
Bufé y di unos cuantos pasos hasta llegar a su lado, me miró con curiosidad, y pronto se dibujó una sonrisa falsa en su rostro.
-Feliz cumpleaños, señor -asistió dando unas palmadas en mi espalda -Que tenga un feliz día. Hasta luego.
Salí corriendo a mi habitación, ignorando la mirada asesina de mi madre. Unos pasos detrás de mí, llamaron mi atención antes de cerrar, era Gabriel.
-Estoy aburrido, Joel -me hice a un lado para dejarlo pasar -. Tengo hambre.
-Entonces ve por comida, siempre tienes hambre -negó con la cabeza.
-No me gusta saludar -soltamos una risita.
Nos quedamos escuchando música a bajo volumen y hablando del colegio. Gabriel era ese hermano en el que casi no confías, pero igual siempre terminas contándole todo lo que te pasa. Eso sentía con él. No era la mejor persona para aconsejarte, pero a la hora de hacer travesuras y disfrutar, nadie le ganaba.
•••
¿Qué les pareció los Premios Juventud? ¿Les gustó la presentación?, yo la amé. 😍
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Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| Terminada
FanfictionMuchas veces el amor no es suficiente para terminar con tantos años de felicidad, la costumbre es demasiado fuerte. ¿Se puede volver a amar cuando ya se ha roto una relación?, ¿puede alguien cambiar después de hacer tanto daño? Por otro lado, ¿es po...