Capítulo 37

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JOERICK

Sentí los rayos del sol chocar con mi piel, haciéndome incorporar con algo de pereza. Miré a mi lado y pude ver a Erick con el torso desnudo y una sábana cubriéndolo. Una sonrisa se formó en mi rostro al recordar lo que había pasado la noche anterior, sin duda, la mejor.

Me levanté y tomé una toalla para meterme a bañar, nos esperaba un día muy largo. Me di una ducha rápida y me puse una sudadera negra, salí del baño y arreglé un poco mi cabello.

—Erick —lo llamé al terminar de acomodar la bandana.

Me acerqué a la cama y lo moví suavemente.

—¿Sí? —respondió pesadamente.

—Quiero que estés listo ya —traté de sonar firme —. ¡Levántate, Er!

—Ya, ya —se incorporó con algo de pereza, haciendo una mueca —. ¿Por qué no podemos dormir abrazados un ratito más?

—Porque Richard nos recomendó con Jonathan para trabajar, recuerda.

—Podemos ir mañana, bebé.

—Somos nosotros los que necesitamos el trabajo, no él.

Asintió y se dirigió al baño, tomando una toalla. Salí de la habitación para que Erick se cambiara cuando saliera y bajé al primer piso.

—Buenos días, Cata —saludé a la señora cuando la vi.

—Buenos días, Joel —respondió con una sonrisa cansada —. Y muy buenos días, ¿qué pasó con tu habitación?

Me senté en el sofá, tratando de entender su pregunta, pero no lo logré. Humedecí mis labios y la miré con el ceño fruncido.

—¿Qué?

—Que solo la ocupaste tres noches. ¿Dormiste con Erick? —preguntó levantando una ceja con picardía.

—Sí...

—¿Qué hicieron, Joel? —pasé saliva y bajé la mirada, mis mejillas debían estar rojas de la vergüenza.

—Pues... ¿dormir? —traté de no sonar nervioso, pero de nuevo, no lo logré.

—Ya veo —dijo negando con la cabeza, mientras una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.

—Te ves cansada, voy a ayudarte —cambié de tema y me levanté, hasta llegar a la cocina con ella.

—¿Sabes cocinar?

—Mmm, no, pero ya veré qué puedo hacer.

—Te pareces tanto a Erick, esa costumbre de andar sin camisa por el mundo... —solté una risita y tomé un cuchillo.

—Puedo partir el pan —asintió y me pasó la bolsa.

En ese momento, llegó Erick. Llevaba un jean negro y también tenía el torso desnudo. Se acercó y me dio un pequeño beso, para luego saludar a Catalina con un abrazo.

—Ay, sabía que esa sonrisita de Joel era por algo —dijo mirando el cuello de Erick.

—Claro, solo yo le provoco esa felicidad a Joey —me abrazó posesivamente —, porque ahora soy tuyo y tú eres solo mío.

—¿Quién queda arriba y quién abajo? —reímos por su incómoda pregunta.

—Ok, seré más claro, Erick recibe... todo mi amor —Cata y yo soltamos una carcajada, mientras el ojiverde fingía molestia.

—No es gracioso, mejor corta el pan —susurró haciendo un puchero.

—Como mi bebé diga —volví a reír en silencio, acompañado de Catalina, que estaba revolviendo algo en un sartén.

Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora