Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| Terminada

Capítulo 35

JOERICK

Habían pasado tres meses desde aquel paseo, tres meses desde que inicié el noviazgo con Erick. Todo iba perfecto, pasábamos todo el tiempo juntos y compartíamos diferentes experiencias, ya que salíamos constantemente.

Nuestros padres no sabían nada, y eso era lo que me preocupaba ya que mi mamá no aceptaba las personas homosexuales, y dudo mucho que lo haga conmigo. Por otro lado, el padre de Erick era un poco más descomplicado en ese aspecto, pero también me preocupaba lo que iba a opinar de esto. Realmente no sabía si ya había hablado Erick con él.

-Perdí el examen -dijo Yoandri sentándose con nosotros.

-A mí me fue bien -también había subido mí rendimiento académico, callando la boca de muchos.

-Amor, ¿hablaremos con tu mamá hoy? -me preguntó Erick al oído.

-Sí -respondí seguro, aunque por dentro me moría del miedo.

Las clases transcurrieron rápidamente, como si la vida me odiara, y al momento de salir, lo hice con Erick. Cuando llegué a la casa, tomé un suspiro y mi mano temblaba abriendo la puerta.

-Calmate, Joey. Todo estará bien, yo estoy contigo -me sonrió dándome confianza, y lo logró.

Terminé de abrir y entré con él, mi mamá estaba en la cocina y Gabriel veía televisión. Llamé la atención de ambos, que rápidamente se centró en Erick, ya que no les había avisado nada.

-Hola, mamá, hola, Gabriel -los saludé con voz insegura.

-Buenas tardes, señora -Erick se dirigió a mi madre y ella sonrió sin entender qué hacía el ahí -. Hola, Gabriel.

-Erick, hace mucho que no te veía -mi hermano apagó el televisor, y dedicando una última sonrisa, subió a su habitación.

-Mamá... Erick y yo tenemos algo que decirte -tomé su mano con nerviosismo.

-Claro, hijo, ¿qué es? -salió de la cocina y se puso frente a nosotros.

-Erick y yo somos novios -dije rápido y cerré los ojos, apretando el agarre de nuestras manos.

-¿Qué? -soltó una escandalosa risa, llena de sarcasmo.

-Es verdad, mamá. Él es mi novio y por eso te lo estoy presentando -su mirada cambió por una seria.

-¿Estás hablando en serio? -asentí -. Eso no es posible, Joel.

-Lo es, y por eso necesito tu aprobación. Las cosas a escondidas jamás han sido lo mío -se acercó peligrosamente a mí.

-Tú no eres gay, eso es enfermizo -susurró en un tono de asco.

Sentí mi mundo venirse abajo, sin la aprobación de mi mamá no sería lo mismo. Erick apretó mi mano, sabiendo que si seguía así, me iba a desvanecer cuanto antes. Tomé aire y sonreí con tristeza.

-No lo es, simplemente no eliges a quién querer. ¿Puedo contar con tu aprobación? -negó de inmediato.

-Claro que no. Olvídate de que eres mi hijo y vete de aquí, me das asco -me miró con repugnancia y se dio media vuelta.

-Por favor, mamá. No veo qué tiene de malo -giró su cabeza hacia mí.

-Todo, Joel, todo. Es imposible que mi hijo tenga esas mañas asquerosas, yo no te enseñé eso.

-Mamá, por favor...

-Largo de aquí, Joel. No te quiero volver a ver -mis ojos empezaron a soltar pequeñas lágrimas.