Capítulo 29

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JOERICK

Caminé aburrido por los pasillos sin nadie con quien hablar. Richard no había asistido y Erick se la había pasado ignorandome sin ningún motivo, que al menos yo conociera.

Me acerqué de nuevo a él, como por cuarta vez en el día, con la esperanza de que me hablara y me dijera qué le pasaba.

—¿Estás enojado? —le susurré apareciendo detrás de él.

—¿Debería estarlo? —se dio media vuelta y soltó un suspiro.

—Tal vez —levantó una ceja —, ya sabes, no es correcto lo que estaba haciendo con ella.

—Ya no estoy a cargo de este lugar, así que me va y me viene lo que pase —se encogió de hombros, restándole importancia, pero su tono parecía contradecir todo lo que había dicho.

—Está bien —decidí no continuar con el incómodo tema.

—¿Aún saldremos? —asentí lentamente —. No quería interrumpir ayer, así que me fui.

—Ay, no me lo recuerdes más.

Agradecí cuando sonó el timbre de la salida, cada día me daba más aburrimiento venir al colegio, lo cual tenía claro que estaba mal. Me despedí de Erick y me encaminé a mi casa.

[...]

—¿Entonces quieres ir o no? —le pregunté a Gabriel.

—Papá y mamá se fueron. No tengo de otra —me quitó la bandana y la puso en sus ojos —, ayer se debían ir, pero se acordaron del cumpleaños del vecino.

—Sigo sin entender... ¿por qué razón traen al vecino a esta casa? —se encogió de hombros.

—No sé. ¿Va a estar Zabdiel? —negué con la cabeza y le quité la bandana en un movimiento rápido.

[...]

—Tu hermano es muy tierno —susurró escondiendo su cabeza en mi cuello.

—Le has agradado mucho, Er —moví mi cabeza hasta su dirección.

El se levantó un poco y nos quedamos mirando fijamente, demasiado cerca para ser exactos. Jamás me cansaría de pensarlo, sus ojos eran hermosos. El se acercó un poco y los nervios comenzaron a invadirme, sólo unos cuantos centímetros nos separaban.

Vi que soltó un suspiro y finalmente dejó un pequeño beso en mi mejilla. Sinceramente esperaba otra cosa... ¿Qué estaba diciendo?

—Voy a ir con unos amigos allá —señaló una montaña a lo lejos.

—Yo sólo he subido una vez a la montaña —recordé la vez que Gabriel cumplió siete años.

—Lo digo para que acompañes. Es en unos meses —cada día se me hacía mas extraño que me incluyera en todos sus planes, quizá yo me tardaba mucho en tomar confianza.

Gabriel se acercó corriendo y tomó de la mano a Erick. Juntos comenzaron a correr mientras reían, tanto que por un momento sentí que mi hermano prefería a Erick en vez de a mí, pero me agradaba que se llevaran bien, ya que si las cosas seguían así, me convertiría en un gran amigo de Erick.

—¿Quieres venir, Joel? —preguntó Erick señalando una cama elástica.

—Sí —me levanté con un gran dolor en las piernas y en la parte trasera por estar sentado tanto tiempo, y me acerqué ellos.

Erick le pagó al señor, que supongo, atendía el lugar, y me sorprendió el hecho de que sólo estuviéramos nosotros tres. Ellos subieron emocionados, como unos niños pequeños y comenzaron a saltar entre risas.

Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora