Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| Terminada

Capítulo 34

Al día siguiente, no pude ver más a Joel ya que Erick se había ido aparte. Poco a poco los días fueron pasando y lo único que hacia era ir a trabajar, contando el hecho de tener que disimular frente a mi compañero.

Dos semanas para ser exactos, pero lo que realmente me asustaba era que no solo quería acostarme con él. Un extraño sentimiento se apoderaba de mí cuando a lo lejos podía verlo, y aunque sabía que no era feliz junto a Erick, tampoco estaba decidido a quitárselo.

No era algo fácil, aunque Joel disfrutara de mi compañía, yo tenía claro que seguía queriendo a Erick. Era algo extraño. Quería estar con él, pero no me sentía capaz de luchar por su amor. Además, no debería estar pensando eso, es un gusto, su puede acabar tan rápido como empezó.

Finalmente, un viernes igual de aburrido, logré verlo más de cerca. Todo el rato se la pasó con Erick, por lo cual no me pude acercar, no al menos para lo que quería.

-¿Por qué, Erick? -escuché un grito de parte del rizado que llamó mi atención.

Vi que estaba con el ojiverde afuera del edificio, apoyándose en el auto. Me acerqué un poco, fingiendo buscar algo en mi auto con la intención de escucharlos.

-¡Eres un idiota! -de nuevo el grito de Joel captó la atención de las personas.

Para ese momento, ya la gente que pasaba por ahí estaba mirando. Erick se acercó y le susurró algo al oído, al parecer lo suficientemente malo para que Joel le respondiera con una fuerte bofetada.

-Ya cálmate, Joel -dijo Erick, poniendo la mano sobre su mejilla y alejándose -. Nos vemos luego -y se fue corriendo.

No había entendido...

-¡Dios! -gritó el rizado, pasando las manos por su cara con frustración y dando patadas a la nada.

Me acerqué lentamente y lo tomé por los hombros, tratando de calmarlo.

-Joel -soltó un gritó ahogado y se detuvo -, tranquilo, bebé. ¿Qué pasa?

-Quiero estar solo, Chris -asentí, dando una cuantas palmadas en su espalda.

-Sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

Me alejé para dejarlo pensar bien las cosas. Me dirigí a mi auto, y cuando estaba a punto de entrar, su voz me detuvo. Realmente esperaba que se quedara ahí parado por lo pensativo que se veía.

-Quiero ver a mi mamá -imaginé mil cosas, menos eso.

Di media vuelta y lo miré, tenía pequeñas lágrimas en sus ojos y sus mejillas rojizas por el frío y el llanto. Le dediqué una sonrisa de compresión mientras le abría la puerta del copiloto para que se subiera.

-Pensé que era por Erick.

-Lo es, me dijo en la cara que se iba hoy con otro hombre y que no le hacía falta mi presencia. Dolió, pero quiero ver a mi mamá -encendí el auto escuchandolo atentamente.

Erick era un verdadero idiota. ¿Qué le costaba dejar a Joel si ya no lo amaba?

-¿Hace cuánto no la ves? -lo puse en marcha, preguntándole con la mirada su destino.

-Por Standking -asentí lentamente, mientras tomaba ese camino -. Hace unos años. Peleamos por mi orientación sexual, pero el verdadero motivo de su disgusto fue Erick. Me puse en contra de mi madre por él, ya que ella nunca confió en sus palabras y su carita de niño bueno.

-Tenía razón entonces -me detuve en un semáforo y lo miré con tristeza.

-La tenía -aseguró, sonriendo débilmente.