Capítulo 28

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Pasamos a la casa de Joel para recoger su uniforme y luego nos dirigimos la de Jonathan. El trayecto fue silencioso e incómodo, aunque él inicio un tema de conversación para romper esa incomodidad.

—¿Alzul o rojo? —lo miré con el ceño fruncido por la repentina pregunta.

—Rojo —di media vuelta y me estacioné en el parqueadero lentamente.

—¿Me quedo aquí? —preguntó señalando el auto.

—No, vamos a bañarnos —abrió los ojos como platos.

—¿Estás loco? —me quité el cinturón y él imitó mi acción —. Allá está Julieth. ¿Qué van a decir si me ven bañandome en su casa y contigo?

—Ya buscaremos una excusa, pero por ahora, puedes organizarte aquí —bajé con él y entramos —. Claro, si quieres te puedes ir sin bañarte, sería un orgullo para mí —hizo una cara de asco.

—Tampoco me iré así —solté una risita.

—Entonces mueve tu lindo trasero y entra ahí —lo empujé a la sala y sentí su mirada fulminante sobre mí.

Lo llevé directamente a mi habitación y comencé a desvestirme. Él miraba atentamente y con un poco de vergüenza. Puse una toalla en mi cintura y cuándo estaba por entrar escuché unos golpes en la puerta.

—Christopher... ¿dónde me puedo esconder? —susurró asustado Joel.

—Tranquilo. Debe ser Julieth —abrí la puerta cautelosamente.

Efectivamente era ella, estaba sonriente hasta que vio a Joel en mi cama. El rizado estaba pálido y con una mueca que perfectamente se podría interpretar como que lo estuvieran matando.

—¿Joel, qué haces aquí? —se apresuró a decir Julieth.

Joel abrió la boca pero de esta no salió palabra alguna. Entendía lo asustado que estaba ya que ella era una accionista y su trabajo estaba en juego; Julieth no era tan exigente, y claramente yo evitaría que algo así sucediera.

—Es que peleó con Erick y se fue de la casa por hoy —expliqué tratando de sonar lo más convincente posible —, y Joel es mi amigo, así que me llamó.

—¿Y por qué no llegaste anoche, Chris? —miré a Joel como pidiendo ayuda.

—Es que... eso pasó ayer, y él me invitó a tomar unos tragos —intervino Joel muerto del susto aún —. Se nos pasaron las horas y...

—Sí, entiendo, Joel —sonrió Julieth —. Pero me llamaron para decirme que no habían llegado, y que según Richard y Erick, se fueron juntos —agrandó su sonrisa —Ya qué, no vayan, yo les doy el permiso.

—Gracias, Juli, te quiero mucho —la abracé y ella salió entre risas.

Joel se metió a bañar y luego yo. Dijo que se iría pero realmente quería hablar con él, como amigos, claramente.

[...]

—¿Y de qué hablamos? —se acostó en la cama con toda la confianza.

—No lo sé... Mira, tú y yo tenemos sexo, pero casi no sabemos del otro —soltó una pequeña risa y negó con diversión —. Dale, Joe, de ti y de Erick.

—Está bien.

—Cuentame cómo empezaron los problemas entre ustedes —mordió su labio y miro hacia la pared, como recordando.

—No sé exactamente. Creo que desde que cumplí dieciocho años, mi amigo Yoandri, con el que estaba ayer —asentí —, no se la llevaba muy bien con Erick, y ese día me invitó a salir un rato. Erick se negó a acompañarme y prácticamente me prohibió salir, le dije que él era mi novio y no mi dueño, y me fui —frunció levemente el ceño —. Al parecer, se molestó a tal punto de acostarse con una chica. Ahí comenzaron las infidelidades de su parte, pero no eran tan seguidas, y mucho menos me había levantado la mano.

Él No Te Ama ||Joerick / Virgato|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora