Siete

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Era de noche, el día transcurrió con una extraña normalidad, algo incómodo en el interior de Mingyu. ¿Cómo era capaz de sentirse tan distinto en lo único que no había cambiado? Su trabajo seguía siendo el mismo, sus compañeros, su jefe Seungcheol, todo, todo era igual desde el momento de llegada hasta el de salida. Aun así era distinto, una nube gris atravesándose en su camino, tan silencioso que no se atrevió a preguntarle a nadie más si también lo veía. Suspiró observando el suelo desde arriba, su pie sobresaliendo un poco del segundo piso.

—¿Otra cita romántica contigo mismo?— Preguntó Wonwoo colocándose a su lado. Mingyu sonrió un poco.

—Me acabo de dejar plantado, de hecho.

Wonwoo encendió un cigarrillo. Mingyu lo observó, el humo fluyendo como delgadas líneas, nubes grises como seda que llegaron a hipnotizarlo, siguió el movimiento del tabaco hasta que este llegó a los labios de Wonwoo. El inferior era más hinchado y el superior era un poco pálido, ambos estaban entre abiertos expulsando poco de aquella nube gris. Quizás eran suaves, no, él estaba seguro que el inferior sería suave, y se preguntó cómo se vería Wonwoo al momento de besar.

Mierda, Mingyu.

Un auto se detuvo en el estacionamiento, un par de palabras volando inentendibles. Mingyu bajó la mirada encontrándose con Jaejoon y una mujer. Wonwoo suspiró apagando el cigarrillo.

—Se ven contentos... Creo que hoy no van a discutir, podrás tener paz.

—¿es tu madre?

—Si.

Jaejoon y su madre subieron en silencio, Mingyu no los perdió de vista ni un segundo. La mujer no aparentaba una edad avanzada, ella solo se veía... triste, linda y triste, sin embargo no era una tristeza momentánea, era algo que parecía arrastrar con los años a pesar de su bello rostro. Quizá la madre de Wonwoo nació con un semblante abrumado, quizás ella pasó una vida difícil ¿Quién era Mingyu para juzgar? Solo sabía que las madres se veían asi cuando eran olvidadas. ¿su madre se vería triste despues de que se alejó tanto? ¿Qué estaría haciendo ella ahora?

¿Por qué todo parecía tan lejos?

—Buenas noches— Saludó la mujer con amabilidad. Mingyu extendió la mano para presentarse.

—Buenas noches. Soy Kim Mingyu, vivo aquí.— Apuntó a su puerta sin mucho animo, la mujer soltó una pequeña sonrisa, apenas unas cuantas arrugas percibiéndose.

—Mucho gusto Mingyu— Saludó la mujer. —Supongo que ya conoces a Wonwoo y a Jaejoon. Mi nombre es ...

Mingyu sonrió de inmediato sintiendo la calidez en la voz de la madre. Casi como Wonwoo, de hecho, El mayor de los hermanos provocaba la misma sensación al hablar, ambos tan amigables que hicieron un hueco en una pared para que pudiera fluir la confianza de Mingyu. El único que desentonaba con el ambiente era Jaejoon. Quizás fuera similar físicamente, pero el sentimiento de estar frente a él era infinitamente distinto.

—Este edificio es algo callado siempre, no hay muchas personas.— Continuó la mujer. —¿ya conociste a nuestra vecina? Ella es adorable, siempre hornea para sus invitados. Ah ¿es tarde verdad?

—Son las ocho.— Respondió Mingyu.

—Oh, entonces podemos ser sus invitados, ven.

Wonwoo empujó un poco a Mingyu para que siguiera a la mujer, un cálido sentimiento alejando las nubes grises de su mente. Sus ojos vieron por un segundo al hermano menor, este conteniendo una mueca de disgusto mientras los seguía a paso lento. Wonwoo cubrió sin intención a Jaejooninterponiéndose en su vista.

Una pequeña y agradable imagen familiar con una gran mancha imposible de ignorar.

Bad&Sick [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora