Veintiséis

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Tres días despues él estaba con un terrible dolor de cabeza, al parecer era época de enfermarse y lloriquear en la cama. Minghao solía cuidarlo antes, pero ahora era distinto y debía aceptarlo así que se levantó del sillón y tomó una aspirina con dos vasos de agua para calmar el dolor. No recibió llamadas de nadie, Seungkwan tenía una propia vida que lidiar y al parecer sus antiguos amigos se habían separado por un tiempo, y realmente no hablaba mucho con sus compañeros fuera del trabajo.

¿Qué hacer ahora? Los tres días solo estuvieron calmados, bien, no hizo más que fumar con Wonwoo todas las noches y durante el día esperaba a que la noche llegara, su vida no estaba siendo de lo más interesante en esos momentos, era como una mezcla extraña entre todo y nada a la vez, algo con olor pero sin sabor, o viceversa, él no sabría cómo describir su día a día.

Estaba aburrido, jodidamente aburrido.

Escuchó un camión, no un carro, sino un camión con un tormentoso ruido acercándose al edificio. Comprendió entonces el mito de las ancianas entrometidas que de todo se enteraban, porque él fue a ver de inmediato para averiguar lo que pasaba. ¿Entonces ya era una anciana? Quizás aún le quedaban años y años de práctica para hacerlo. De cualquier modo salió para ver.

Jaejoon estaba afuera cruzado de brazos mientras que los hombres salían del camión. Intercambiaron unas cuantas palabras y despues el chico firmó algo, supuso que estaba recibiendo algún paquete. Los hombres comenzaron a bajar cajas y cajas de la camioneta y Jaejoon les dijo que se podían ir amablemente, vaya, amable, eso era tan raro de ver. Mingyu no estaba siendo cuidadoso, él estaba recargado en la barra inclinándose para ver mejor, su vecina en cambio parecía no estar ahí, aunque probablemente ella estuviera viendo cada cosa.

—Si tanto te interesa ven y ayúdame con esto— Gritó Jaejoon con tranquilidad sin mirar a Mingyu. —Rápido, este jodido sol me está irritando.

Mingyu bajó apresurándose y observó el panorama. Eran cajas grandes como las que ayudó a subir la vez pasada, solo que esta vez eran cuatro. Miró a Jaejoon y lo extrañamente manso que este se veía, la luz brillante y caliente del sol brillando sobre su piel.

—¿Qué es esto?— Preguntó teniendo un Deja vú.

—No lo sé.— Respondió Jaejoon observando al igual que Mingyu. —Solo me metí a Ebay y compre lo más caro que vi... ¿es un tipo de computadora con lucecitas? Creo que eso es un robot o algo así.— Jaejoon apuntó a una de las cajas.

—¿Para Wonwoo?— Jaejoon asintió. —Mierda, esto va a ser cansado.

Y Jeon volvió a asentir.

—Es más fácil lanzarlas que llevarlas arriba.

Mingyu sonrió de lado entendiendo a lo que se refería. Jodido cabrón.

Subir ls cajas no fue difícil, lo difícil fue hacerlo más rápido que Jaejoon sin cometer ningún error, él no era competitivo, de hecho no le importaba quien fuera más fuerte o ágil que él, pero vaya que Jaejoon si lo era y contagiaba a Mingyu burlándose o sacando comentarios pasivo agresivos para hacerlo saltar, y todo eso mientras intentaba adelantarse. Mingyu solía contener la calma ¿pero cómo hacerlo en esa situación? Se molestó cuando estaba perdiendo pero vaya que se sintió extasiado cuando le tocó a él burlarse de Jeon, fue tan satisfactorio que quiso volver a hacerlo, solo que ya no quedaban más cajas. Bueno, el que ríe al último ríe mejor. Pero ganar la última ronda despues de haber perdido la mayoría no era tan bueno como se pensaba.

Jaejoon giró hacia Mingyu cuando ambos ya estaban frente al departamento.

—¿sabes cómo armas esta mierda?— Preguntó Jeon.

Bad&Sick [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora