| Marvel One Shots |

Eddie Brock/Venom

Título:“No eres así"
Personaje:Eddie Brock/Venom
Advertencias: Algo sad. Algo fluffy.

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–¡Eddie!– Reproché viendo como un poco de lo que estábamos comiendo caía -como lo predije- sobre el sofá.–

El rió tontamente y antes de que pudiera siquiera limpiarlo Venom salió de su hombro y engullo lo que había caído.

–Limpio– Gruñio en respuesta a mi mirada, entorné mis ojos para luego dejar escapar una leve risa.

Tome el control de la televisión y la encendí, casi nunca la usábamos, teníamos Netflix para las películas y las noticias no eran algo que, ciertamente se disfrutaran. Sin embargo, decidí encenderla para ver qué demonios pasaba en el mundo.

En cuanto se encendió se dejó ver el canal de noticias, en el cual reportaban algunos delincuentes desaparecidos y...

Oh, ya sabía por dónde iba esto.

Noté como Eddie se tensaba y amargue a apagar la TV cuando un zarcillo negro envolvió mi mano y la bajó.

–"La mayoría de estas desapariciones se las atribuye a un supuesto mounstro demoníaco que las cámaras de seguridad de la ciudad lograron captar ya, varias veces. Si es real, es claro que lidiamos con algo que nos excede, corremos un grave peligro teniendo estos horrendos bichos de la ciencia paseándose por la ciudad, nadie puede estar a sal...– No deje que terminada la noticia cuando le arrebate el control y apague la televisión, sabía cuánto le había dolido lo que la estúpida había dicho. Ella que demonios sabía.

No era la primera vez que esto sucedía, el simplemente no entendía que era lo tan terrible de su apariencia que ni aun habiendo salvado sus vidas la gente lograba no gritar y correr al verlo. Claro que intentaba no ser visto, pero en ocasiones no lo lograba al cien por cien. Y, aunque solo expresara su incertidumbre acerca del tema yo sabía que le dolía, el recuerdo de ser rechazado en su mundo y ahora el odio de este, definitivamente le dolía.

–Vee ella no tiene idea, tu no eres asi– Venom quien sólo sobresalía por encima del hombro de Eddie, se ocultó en silencio, cerré mis ojos con fuerza y dejé ambos platos sobre la pequeña mesa delante nuestro y obligue a que conectara sus ojos con los míos.

–Grandote quiero hablar contigo– Dije acariciando la mejilla de mi novio, Eddie suspiro y pronto deje de ver sus bonitos ojos verdes para que la enorme figura de Venom lo reemplaza ra.

– Dime algo– Dije arrodillandome sobre el sofá y así poder alcanzar un poco más su altura.– ¿Tú me consideras muy normal cierto? O al menos físicamente como ellos.– El levanto al fin su mirada avergonzada y ahora siendo reemplazada por una curiosa.

–No– Murmuró ladeando ligeramente su cabeza– Eres más bonita que ellos–

Sonreí como idiota antes de sacudir mi cabeza y concentrarme nuevamente.

–Bueno, pero así y todo como tú me ves, la gente se reía de mi antes, y me insultaban por motivos que no son para nada importantes realmente. ¿Recuerdas que te conté que yo tampoco tenía amigos de pequeña? Tú me ves más linda que a ellos, igual de como yo te veo a ti, pero porque te conozco, ellos no. Los seres humanos nos juzgamos hasta entre nosotros. Intentar encajar aquí suena hasta como un insulto ¿no crees?– Mi mano acariciaba con suavidad su hombro, sentí como sus brazos se cerraban en mi espalda y su cabeza se recostaba en mi pecho. Era como una bola gigante con la etiqueta de peligro afuera y rellena de mermelada.

De moras negras.

Y un poco de sangre quizá.

–Deberían haber más como tú– susurró con su voz profunda aún escondido en mi pecho– Gracias pequeño bocado–

– ¿Así de hermosas o de buenas? O ¿a caso hablas de buena cocinera? Porque si, soy genial en todas –Bromeé recostando mi mandíbula en su cabeza , era como un puf enorme.

Y mío.

–Linda pedimos comida china porque casi prendes fuego el departamento–Dijo Eddie dejando ver mitad de su rostro a través de Venom.

En mi defensa ese horno no entiende  de límites.

Antes que pudiera reclamar, que era justo lo que pensaba hacer, sus manos me atrajeron aún más a su cuerpo empujándome hacia ellos, quedando ahora completamente recostada encima suyo, absorta en la paz que esto me traía, apoye mi  cabeza en su pecho dejándome llevar por ambos cuerpos.

–Te amamos.

– No más que yo.