Steve Rogers

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Título:"Nos lo quedamos?"
Personaje: Steve Rogers.
Advertencias:Imbéciles enamorados y un cosita muy adorable.

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–Maldita Wanda.– Maldije sujetando el pequeño paraguas rosa flúo mientras caminaba con su bolsa de toallas femeninas bajo la intensa lluvia.

Justo hoy, dos días antes de la compra mensual a la desgraciada de mi mejor amiga se le ocurrio menstruar y como perdí el piedra papel o tijera con Pietro me tocó correr a comprarle sus cosas mientras ella se encerraba en el baño.

No me hubiese molestado si no hiciera como cinco grados y lloviera como si se fuese a acabar el puto mundo.

Entre mis lamentos mentales se logró colar un pequeño aullidito de cachorro lo que me hizo frenar en seco.

Se sentía demasiado cerca como para ser de alguna casa. Observe a mí alrededor para encontrarme con una pequeña caja mojada al costado de la calle.

Ay no.

Camine rápidamente hasta la caja y la abrí encontrándome a un pequeño cachorro, su pelo era de color marrón oscuro y tenía los ojitos achinaditos por el cambio de la luz, estaba asustado y tiritaba de frío.

–Hijos de puta.– Dije para luego tomarlo y cobijarlo con mi abrigo, en cuanto sintió mi calor el cachorro dejo de llorar.–Ay peque, no todos somos así de imbéciles como los que te dejaron ahí ¿si?– Murmuré caminando hacia el complejo, gracias al cielo ya me encontraba a media calle.–Tu te vienes conmigo a comerle los pasteles a Thor y hacerle popo a los trajes del tío Tony.– Canturreé apurando el paso.

En cuanto llegue al complejo observe que no hubiese monos en la costa, entre y corriendo a mí habitación.

–Mierda, Wanda.– Maldije recordando que aún tenía sus cosas conmigo.–Okey peque, a ver.– Tomé al pequeño perro y lo coloqueé en el baño de la habitación.– Okey, yo ya vengo, si alguien viene ¿Que tienes que decir?– Pregunté a lo que él cachorro solo me vio sin entender.– Exacto, nada, que inteligente eres.– Cerré la puerta de la habitacion y corri hacia la de Wanda.

–¡Llegue!– Grité golpeando la puerta de su baño.

–¡Al fin! Ya se me estaba congelando el trasero aquí.–Murmuró abriendo la puerta y tomando la bolsa.

–Culpa a tu menstruacion por ser una desubicada.– Contesté saliendo de la habitación y corriendo hacia la cocina, de seguro el perrito tenía hambre.

–¡Hola chicos!– saludé encontrandome con Sam, Buck y Steve discutiendo por algo que no tenía ganas de averiguar.

–Hola cariño.– Murmuró Steve antes de que dejara un pequeño beso en sus labios antes de correr a besar a Buck en la frente y a Sam igual.

–Hola muñeca.–Dijo Bucky.

–¿Sabes? A veces me cuesta entender cuál de los dos es tu novio.– Comentó Sam

–Si a veces también me confundo.– Bromeé revolviendo la heladera y llevando leche, un sándwich, luego galletas de la mesa y un pequeño bowl.

–Mmm ¿Tienes hambre amor?–Inquirió frunciendo el cejo.

Mierda, Steve.

–Ah mmh.– Balbuceé caminando a la salida.– Si, la lluvia me da hambre me tengo que ir–Dije rápido y saliendo de la cocina dejando unos curiosos Sam, Bucky y Steve detrás mío.

–Okey pequ.. mierda– Al llegar a la habitación la puerta del baño estaba abierta y no había señales del cachorro.–¿Perrito? – Murmuré agachandome y comenzando a buscar debajo de los muebles, gateando de un lado a otro escuché algo crujir debajo de la cama y al acercarme y meter medio cuerpo encontré el perro mordiendo una caja de quien sabe que.

–¿Amor? – Escuché como Steve entraba a la habitación detrás de mí, encontrándose con mi trasero en pompa en primer plano.– Bueno, no soy gran fan de esta posición pero si tú quie..– Me apresure a salir de abajo de la cama golpeando mi cabeza en el acto.

–¡Auch! –Me quejé sobando la zona.

–Hey ¿Estás bien? –Preguntó agachandose a mi lado y tomando mi cabeza.

–Aja, solo buscaba unos aretes.– Mentí estirando las sábanas lo más abajo posible.

El estaba a punto de contestar algo cuando  se escucho un pequeño ladridito del cachorro.

Ay cosita.

EL PERRO.

STEVE.

STEVE.

EL PERRO.

Cerré los ojos y apreté mis labios.

–¿Amor?– Preguntó en advertencia levantando sus cejas y soltando mi rostro.

Ay, se suponía que sería más bien tarde que temprano.

Suspiré y me agaché tomando al perrito y apretándolo contra mi.

–Lo encontré en la calle abandonado.– Dije cubriéndolo con la mantita que había preparado y corriendo mi mirada para unirla a los ojos de mi novio, quien miraba al pequeño como si estuviera a punto de llorar.– Stevie hacía mucho frio y tenía hambre, no podía dejarlo ahí.– Murmuré acercánme a él todavía con el perrito en brazos.

Steve suspiró en silencio y levantó su mano para pasar suavemente sus dedos por la cabecita del cachorro, el cual ya se estaba durmiendo.

–Stevie...¿Nos lo quedamos?–Supliqué con un puchero.

El paso sus ojos del cachorro a mí y viceversa hasta que volvió a suspirar y hablo con una pequeña sonrisa.

–Sabes que usar dos pares de ojos de cachorro es completamente trampa ¿Cierto?–

–¿Eso es un si?– Musité esperanzada.

–¿Acaso hubieses aceptado un no?–

No.

–Probablemente no, pero me gusta cuando eres mandon.– Murmuré sentandome a su lado apoyando mi cuerpo contra el suyo. El corrió mi cabello hacia un lado y beso mi frente.

–Si ya lo habíamos hablado.– Comentó logrando que un leve rubor cubriera mis mejillas. Recordaba la charla.

–Hay menores en la habitación Steve.– Bromeé levantando mi cabeza para mirarlo. Podía pasar una vida que tenerlo cerca seguiría creando un caos dentro de mi.

–Pues se va a tener que acostumbrar.–  Dijo antes de acercarse y besarme.

Cuando se alejó ligeramente apoyé mi cuerpo contra su pecho.

–Quiero que se llame Bucky.–

–Ni lo pienses.–

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