Capitulo 21: Momento penoso

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Konohamaru abrió los ojos. Se sentía bien, sus fuerzas habían vuelto. Los colores del atardecer traspasaban la puerta y pintaban todo su cuarto.

-no puedo creer que haya dormido todo el día. – y se levantó de la cama - he?- al salir de la cama algo le llamo la atención- si mal no recuerdo me puse otra ropa anoche- su remera y pantalón eran otros- tampoco están los medicamentos y pañuelos que deje anoche-salió de su cuarto extrañado y al llegar a la cocina...

-Hanabi?!- la encontró con las manga de su traje subidas, y con ella un recipiente con agua y un paño en las manos, el mismo que tenía en la frente la noche anterior. Ella lo vio, y una dulce sonrisa de tranquilidad se dibujó en su cara.

-por fin te despertaste Konohmaru sempai- dijo calmadamente-la medicina de los hyugas nunca falla- termino orgullosa al ver los resultados.

-estuviste cuidándome?

-hu, te encontré tirado con la fiebre alta y con dificultad para respirar. Deberías verificar tus medicamentos, la mayoría estaban vencidos.

Konohamaru no lo podía creer, raras veces se enfermaba, y si fuera ese el caso nunca fue una molestia para cumplir sus misiones. Al bajar la vista, se dio cuenta. Su ropa, acaso Hanabi también habia...

-oye Hanabi...- dijo todo alterado – no me digas que... acaso t-tu...m-me...cambiaste de ropa?!-

La cara de Hanabi se tornó tan roja como un tomate - yo-yo...esto...digo...- no podía formular bien la respuesta.

-eso quiere decir que si!- y se sentó de cuclillas cubriéndose la cara con sus manos. 

-Konohamaru sempai cálmate!-  gritaba nerviosamente.

-es-so signi-nifica q-que t-tu... - comenzaron a cruzarse imágenes de la escena, del momento en que ella lo descambiaba.

-p-pero que te tas imaginando?!

Ambos adultos estaban tan alterados.

-Konohamaru nii chan fuimos nosotros.

La vos de la persona favorita de ambos calmo los gritos que ocurrían en la cocina. Eran Boruto y compañía.

-fuimos nosotros dos sensei- dijo Mitsuki indicando a su amigo y a él.

Sarada se veía inexpresable y seria como siempre, pero era obvio que había disfrutado ver al par de adultos tan avergonzados.

-ha? En serio?

-hu –respondieron el par.

Entonces Konohamaru giro su mirada hacia Hanabi, la encontró roja con los ojos cerrados desviando la mirada, tratando de mantener la calma - es lo que te iba a explicar, idiota.

-trajimos los que nos pediste- y le entrego una bolsa lleno de suministros a su tía.

-gracias Boruto.

-Ahora lo prometido, cocínanos hamburguesas- le brillaban los ojos a su sobrino.

-De acuerdo- aun tenia rojo su rostro, pero se mantenía seria.

-sensei debería comer y después volver a tomar la medicina que trajo Hanabi san- dijo Sarada mientras calentaba la sopa de Hanabi.

-hu – y se sentó, ambos adultos mantenían su distancia, fue penoso el momento que pasaron en frente de los niños, así que Hanabi se enfocaba en la cocina.

Sarada le sirvió a su sensei el plato de comida y dijo muy tiernamente – Hanabi san lo trajo para ud.

Los dos se sobresaltaron, ante tal declaración.

-ha... gracias Hanabi... -dijo tímidamente mientras fingía una sonrisa.

-no es de que...- respondió de la misma manera.

Boruto se acercó a su sensei y con una mirada picara bromeo- pero te hubiera gustado que Hanabi nee chan te cambiara no?

Konohamaru casi se ahogó con la sopa y a Hanabi se le cayeron los platos al escuchar ese cometario de Boruto.

-jajjajaja solo es broma jajaja que serios son- dijo alegre el niño. Pero se congelo del miedo al ver a Konohamaru y a Hanabi con unas miradas amenazadoras.

-BORUTO ESO NO FUE GRACIOSO...- dijeron con voz temible.

Acto seguido Boruto tenía dos chinchones.

-baka, te lo mereces- lo regaño Sarada.

-Delicioso- pensó el joven al probar la sopa de Hanabi, mientras sus alumnos estaban discutiendo, aprovecho para ver aunque sea un poco la espalda de Hanabi. Y se puso un poco rojo, la noche anterior había estado pensando de las cosas que le provocaba la chica, solo verla reafirmaba sus sospechas, se estaba enamorando de Hanabi. Y eso de alguna manera lo afligía.

KonoHana: Amistad y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora