Capitulo 50: El camino al lado del río

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Silencio e incomodidad, eso era lo que acompañaba a una pareja mientras caminaban por el camino al lado del río. Hanabi temblaba de los nervios, creía tener la suficiente madurez para afrontar el tema, pero a la hora de la verdad su inexperiencia la hacía sentir frágil. Ni siquiera podía pensar, los latidos de su corazón invadían toda su mente, se volvían más fuertes a medida que se acercaban a la casa del shinobi, tanto que sentía que podría morir de un paro cardíaco en cualquier momento. Pero ella no era la única, a pesar de que caminaba delante de Hanabi tomando su mano, Konohamaru intentaba con todas sus fuerzas que los nervios no le jugara en contra, mentalizándose que si no podía hacerlo ahora no podría hacerlo después – hubiera preferido que todo saliera bien, pero no hay vuelta atrás... si espero más tiempo esto será una tortura! Se valiente Konohamaru! Tu puedes hacerlo! – se daba ánimos desesperadamente.

Hanabi tímidamente levanto la vista y vio la espalda de Konohamaru –se volvió tan alto...-era algo que tal vez no cambiaría, el hecho de sorprenderse en el hombre que se había vuelto ese niño molesto; incluso la había superado en altura siendo que en el pasado ella era más alta, los recuerdos de su amado se le venían a la mente y la nostalgia le hizo sonreír – jejeje – una pequeña risa se le escapo.

-qué pasa? –pregunto Konohamaru al escucharla.

-haa nada. Solo recordaba como creciste...-lo miro -recordaba ese debilucho niño que me cargo la primera vez hasta mi casa y al llegar le faltaba el aire – él la escuchaba atentamente – y ahora es todo un hombre, incluso se ha vuelto mas alto. Y también...muy apuesto- termino con una sonrisa.

-cierto...tu también has cambiado Hanabi – respondió tranquilamente Konohamaru.

-he? – Hanabi no esperaba eso.

-te has vuelto hermosa con los años... - Hanabi se puso roja y sus ojos se abrieron por las palabras del joven- recuerdo que quise decírtelo ese día que te cite al jardín de konoha, pero la vergüenza me supero y me lo guarde- confeso el chico – y al verte solo pude decir que te veías linda, cuando en realidad quede deslumbrado ese día.

Hanabi sentía que su corazón era nuevamente robado – lo amo tanto...tanto...- se decía mientras las lágrimas comenzaban a fluir por si solas. Konohamaru se acercó rápidamente a ella preocupado, no le gustaba verla llorar e intentaba con suma delicadeza secar sus lágrimas – baka...son lágrimas de felicidad...siempre te preocupas por pequeñeces...- tal vez era el defecto de Konohamaru - Sin embargo...no dejas de ser lindo al secarme las lágrimas – felicidad, era lo que sentía Hanabi – quiero que tu también sientas lo mucho que me importas...- y tomo una de sus manos que se encontraba en su mejilla y con delicadeza le dio un tierno beso en la palma. Konohamaru se perdía en la escena, su corazón rebosa de felicidad. Como es posible que pequeños gestos conmovían el alma? La respuesta los dos lo sabían: era el Amor; y lo entendían bien cuando sus miradas se cruzaban y sonreían a la par. Sus corazones estaban conectados y parecía que todo aquellos que los mortificaba se esfumo en un abrir y cerrar de ojos.

KonoHana: Amistad y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora