KonoHana: Amistad y Amor

Capitulo 39: El primer encuentro

Konohamaru estaba limpiando su casa cuando escucho tocar la puerta. Al abrir el joven se emocionó, era Hanabi intentando recuperar el aliento.

-Hanabi! Y yo que pensaba llamarte...- fue interrumpido por el brusco agarre a sus hombros.

-Mi padre quiere verte!- le dijo alterada.

-Q-Que?!!!- entro pánico.

-Lo siento...no imagine que decidiera verte ahora mismo, no me dejo otra salida, se veía muy serio en que fuese ahora con él.

-haa no te preocupes, está bien...- sabía que tendría que verlo pronto, pero no ahora!- tan solo el día anterior había confirmado su noviazgo con Hanabi. Ni siquiera había pensado las palabras adecuadas para dirigirse ante él.

- eso dices pero tu cara no lo demuestra ...- sin duda Konohamaru estaba nervioso, aterrado, en otras palabras estaba devastado - Maldición si hubiera sido más curiosa le habría preguntado a nee san que hizo cuando Naruto se presentó a la casa- se arrepentía con pesar la chica.

-arg creo q a mí me lo dijo, pero en ese tiempo me parecía un fastidio esos temas así que lo ignoraba seguido– dijo Konohamaru fastidiado de su yo del pasado – haaa será mejor que partamos- termino diciendo derrotado.

Ambos corrían a la par mientras saltaban por las casas de konoha.

-ahora que lo pienso bien este era su plan- dijo Hanabi.

-su plan?

-evitar de que nos preparemos para enfrentarlo o que le preguntemos a nee san... ja todo un estratega- reconoció Hanabi.

-Hanabi no creo que sea un villano de película- pensó el chico, ya que Hanabi mostraba una cara como si se tratara un genio malvado.

-estas nervioso?... – pregunto algo preocupada Hanabi. Él la conocía bien, ella se sentía mal, sentía que le estaba dando problemas a Konohamaru. Sin embargo él sonrió, era extraño en un momento así, estar con ella y afrontar juntos un obstáculo de alguna forma lo hacía sentir dichoso.

-si lo estoy – confeso –  pero...- volteo a verla - si estas a mi lado siento que todo saldrá bien.

Una respuesta tan simple, pero tan acertada, Hanabi sentía ganas de llorar, pero contuvo las lágrimas. No dijo nada en todo el camino, pero guardo esas palabras para que le dieran valor –Konohamaru... siempre has sido así no? Tan valiente, pero también tan... frágil. Yo también quiero protegerte en esos momentos, quiero estar a tu lado. Es por eso que... - llegaron a la entrada de la casa- ... no me rendiré con nosotros tan fácilmente.

Ambos se tomaron la mano, tal vez para darse fuerza y apoyo, se vieron a los ojos; el temor ya no estaba presente en ellos solo el deseo de estar juntos.