Me dejas abrazarte?

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Pov calle

Había pasado 3 meses desde que Mario y yo nos hicimos novios, él era un chico increíble, pero yo no lo podía ver más que como el niño que yo había conocido, él era amable, atento y considerado, pero no lo podía ver más que como un hermanito,él se esforzaba porque quería que yo me enamorara como él lo estaba, pero yo no podía, porque mi corazón le pertenecía a esa mujer que desde que se enteró de mi relación con Mario no me miraba a la cara, cada vez que nos cruzábamos en la empresa me ignoraba totalmente, que cada vez que hablaba por teléfono solo decía lo necesario y ni siquiera un "bye" me decía, pero yo había tenido la culpa de que se comportara así, yo la había alejado, era una tortura completa trabajar con ella sin desear abrazarla o besarla, al fin ella había comprendido lo que yo quería y no se acercaba a mi, a pesar de todo eso nuestro trabajo era muy bueno, cuando exponíamos nuestros puntos de vista en las juntas precia como si todo estuviera cuadrado perfectamente por ambas, como si nos hubiéramos pasado horas colocándonos de acuerdo, su mirada se cruzaba con la mía, solo ahí me miraba, pero no había amor en su mirada como aquella ocasión en la oficina, sino al contrario, frialdad, y un pequeño tono de resentimiento, muchas veces después de esas juntas me metía al baño a llorar, no soportaba esta situación, pero no podía hacer mucho, ella pronto se casaría y se iría de Luna de miel y yo tomaría unas vacaciones en las mismas fechas, solo hasta ese momento tendría un pequeño respiro, si un respiro para regresar a mi muere lenta, después de esas fechas ella dejaría de pertenecerme, ella dejaría de ser mía, estaba tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que alguien me espiaba desde atrás de las sillas del escritorio, volteé a ver quién era, escuché una risita, me pareció conocida, de repente la figura de una niña salió de atrás de las sillas riéndose
-hola, tú te llamas Daniela, verdad? -levantaba su manita para saludarme y sonriéndome, y si, era mi hija, no pude más que sonreírle, me acerqué a ella y me agaché a su altura
-si, creo que ya nos habíamos presentado en el hospital -le dije tocándole su carita
-si, en el hospital donde trabaja paula -me dijo mirándome fijamente a mis ojos
-qué bonitos ojos tienes -me dijo mostrándome una sonrisa Tan mía, esa sonrisa que poché decía que le encantaban
-te gustan? -ella solo asintió sin quitar su mirada de mis ojos
-bueno pero no son más bonitos que los tuyos -le dije y ella sonrió nuevamente
-si, son muy bonitos, bueno! Eso dice mi mami poché, dice que saque los hermosos ojos de mi mami Daniela, dice que yo seré muy parecida a ella -y claro que lo sé y lo iba a ser, era mi viva imagen
-oye dime, extrañas a tu mami Daniela? -mi hija bajo su cabeza por unos segundos, me miró y sus ojitos brillaban, una sombra de lágrimas se asomó por sus ojitos
-yo no la conocí, pero mi mami poché me hablaba tanto de ella que muchas veces sentía como me abrazaba, muchas veces veía su foto y sentía que me sonreía, pero hace un tiempo ella dejó de estar conmigo, creo que se fue! -lo dijo con tono triste y un pequeño puchero
-mi mami poché me dijo qué tal vez eso sea porque ella está más cerca de lo que yo creo, por eso deje de sentir eso, sabes? No sé porque pero ahorita siento lo mismo que cuando mi mami me habla de ella -sentí un gran nudo en mi garganta, mi hija para sus 9 años era una niña muy madura
-bueno, no se porque sea, pero tú mami poché tiene razón...tal vez ella esté más cerca de lo que tú crees, mi amor, me dejas abrazarte? -ella sonrió y me asintió, me acerqué a abrazarla, me sentía tan mal de no decidir luchar por el amor de poché y de estar cerca de mi hija, en eso sentí que la puerta de mi oficina se abrió, Mario nos miraba a mi y a mi hija abrazadas
-con razón no te encontraba chaparra! -le dijo Mario a mi hija y le sonrió
-Tio Mario, ya ves te gane! -el me miró a mi y me sonrió
-veo que ya conociste a mi sobrina -dijo mirándome a mi y yo solo asentí
-si chaparra me ganaste! Ahora anda a la oficina de tu mamá para que le des su beso y te lleve con paula! -mi hija se me acercó y me dio un beso en la mejilla, sonrió y salió corriendo, me sentí tan feliz de sentir tan cerca a mi bebé, tenía ganas de llorar de la emoción, sentí tanta felicidad por lo que poché le había dicho a mi hija
-te gustan los niños? -se acercó Mario a mi y me abrazó, me deje abrazar
-si, si me gustan, ademas tu sobrina es una niña preciosa -logré decirle sin llorar, no quería que Mario me viera así
-lo es! Yo la adoro a pesar de que no es mi sobrina de sangre, pero la quiero mucho, porque es hija de una mujer que quise mucho, ella murió yo siendo adolescente, ella era algo así como mi amor platónico, y lo chistoso es que se llamaba Daniela, así como tú decías que te llamabas -me estremecí al oír a Mario de esa manera, él se acercó y me dio un corto beso, nos separamos al sentir el carraspeo de alguien
-María José! Tu padre nos espera en la sala de juntas, necesita que veamos algo, es urgente -volteé a ver a poché, su mirada estaba entornada, su rostro rojo, ahora si me miraba, me miraba con furia, salió de ahí con rapidez

Bebés quiero que me digan que emociones tuvieron con este capituló, yo en especial lloré escribiéndolo

LA LUZ QUE IRRADIA UN MILAGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora