decision tomada

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Pov Poché

Odiaba no hablarle, no tocarla, pero prefería no hacerlo, a cambio de eso prefería empezar a prepararme psicológicamente que ya no la tendría conmigo, tomé mi maleta y camine hacia la puerta, voltee a verle y ella aun estaba sentada en la cama, mirando el piso, sumida en sus pensamientos que probablemente eran los mismos que los míos, suspire con cansancio y tome la perilla, esa misma que al abrirla me separaría para siempre de ella, de el amor de mi vida, de la persona que pase lo que pase siempre será mi amada, sentí sus pasos, al parecer ella ya estaba preparada o tal vez resignada para dar el paso que yo no quería dar aún, sentí su mano sobre la mía tomar la perilla, levanté la vista que un momento había bajado en signo de derrota, la mire y vi en sus ojos tristeza, ganas de llorar, pero también determinación, sabía que ella ya había tomado su decisión al respecto y que dijera lo que dijera ella no cedería, ahí me di cuenta que todo estaba perdido, que si había alguna pequeña duda en mi, era solo mía, aunque muy en el fondo sabía que no era solo mía, sino que ella estaba haciendo la parte más dura entre las dos, y era ser fuerte para que ninguna de las dos nos dejemos arrastrar aun abismo que sabíamos no tendríamos salida, teníamos varios minutos mirándonos, sabía que tenía que aprovechar esos últimos minutos con ella, así que me acerque a besarla con pasión, con amor infinito, quería que a pesar de todo lo que viviera, que a pesar de todos los besos que Mario o cualquier otra persona le pudiese dar, nunca pudiera olvidar los míos, nos separamos y le mire a los ojos, quería expresarle todo lo que sentía, todo mi amor hacia ella, que se diera cuenta que a pesar de que al cruzar esa puerta todo quedaría atrás para mi ella siempre sería mi esposa, mi primer e incluso mi único amor verdadero.

-La primera noche que pasamos juntas yo te entregue mi cuerpo, mi alma y mi corazón, cuando tu falleciste mi cuerpo se quedó aquí, mi alma se fue contigo y mi corazón se quedó aquí, frío aunque en cierta parte no solo mi corazón, sino yo también era fría, pero ya mi corazón no tenía motivo para latir, cuando tú me confesaste la verdad de quien eras, el alma me regreso al cuerpo y mi corazón comenzó a latir de nuevo y puedo decir que fui feliz de nuevo, ahora que nos separamos nuevamente, mi cuerpo se queda de nuevo aquí, mi alma se va contigo y al contrario de la primera vez, hoy te entrego mi corazón, guárdalo tú, porque él solamente podrá latir por ti, únicamente por ti, por nadie más, mi Daniela, mi esposa, mi mujer, te amo -ella se abalanzó sobre mí y me abrazo

-Tu nunca olvides que te amo, ¿sí? Jamás dejaré de amarte, jamás, pase lo que pase nunca dejare de sentir todo lo que siento por ti, estés o este con cualquier persona quiero que sepas que tu eres mi primer amor, nunca dejare de amarte a pesar de lo que pase -cuando se separó de mí, vi la sombra de lágrimas en sus ojos, no quería que llorara mas por mi culpa, así que tome aire y lo solté para tratar de calmar mis sensaciones

-¿Lista? -le dije sonriendo y tomando la perilla de la puerta, ella me asintió en silencio también sonriendo, la diferencia es que la sonrisa que tenía en ese momento era una sonrisa superficial que escondía millones de sensaciones, salimos de la habitación para irnos al aeropuerto, tenía unas ganas inmensas de tomarle la mano cuando íbamos en el taxi, pero no, debía respetar la distancia que habíamos acordado tomar.

Tomamos el vuelo, que para colmo al reservar los boletos, no sé si por la situación o causa del destino, pero habíamos quedado en diferentes asientos, así que nos tocó lejos y ninguna hizo objeción de que nos cambiaran los asientos, casi todo el viaje me la pase pensando cómo le haría de ahora en adelante, como le haría para verla y no tener la necesidad de abrazarla, de besarla, de sentirla mía, mi vida sin ella sería un infierno, lo peor, era saber que la tendría tan cerca y a la misma vez tan lejos, preferí ponerme mis audífonos, esperaba que la música me sacara un poco de mi realidad, de mi triste y dolorosa realidad.

Pov Calle

Parece que el destino ha tomado su rumbo, gracias a Dios, nos toco en asientos diferentes así me daba más tiempo de pensar, de no sentir ganas de abrazarla, de no sentir ganas de besarla, incluso creo que si nos hubiese tocado juntas hubiera planteado la opción de desaparecer junto a nuestra hija y empezar una nueva vida, no sentí cuando despegamos, tan abatida estaba, que mis nervios desaparecieron, solo podía imaginar lo que debía estar sufriendo, yo sufría, pero me importaba más su sufrimiento, no me importa a qué tamaño estaba mi sufrimiento, lo único que quería era que ella no sintiera ni un poquitico de sufrimiento, pero era algo imposible, y más después de todo lo que habíamos vivido, deseaba arrepentirme pero ya era demasiado tarde, cuando bajamos del avión, teníamos que retomar cada quien nuestra vida, tanto me sumí en mis pensamientos que no sentí el paso del tiempo, solo cuando oí la voz que nos decía que abrocharamos los cinturones porque íbamos a aterrizar, mi estómago lo sentía revuelto, no sabía si por el aterrizaje o por todas los sentimientos tan encontrados que tenía en ese momento, solo cerré los ojos y trate de ya no pensar en nada.

El avión aterrizó y bajamos, caminamos a la sala de pasajeros, ahí estaban esperándonos, a mí, mis padres, manu, Nata, doña Leonor y por último con una gran sonrisa, a quien yo llamaba "mi novio", suspiré cansadamente cuando lo vi, creo que no me había preparado lo suficiente para tener que seguir con esto, me dolía tener que hacerle eso a Mario, pero no me quedaba de otra, de parte de Poché, la esperaban sus padres, Paula y mi hija, que cuando vio a Poché corrió la poca distancia que quedaba y la abrazo, yo mire la escena y me dio tanta tristeza, me hubiera encantado que corriera a mis brazos, Poché me miró y se dio cuenta, algo me iba a decir cuando Paula se acerco y la abrazo, yo preferí voltearme, no quería ver una escenita, mis padres me abrazaron, igual que mis amigas y doña Leonor, después Mario llego ante mí, me abrazo y me dio un beso corto en los labios, a lo cual sonreí, pero no quise voltear, tal vez Poché estuviese viendo la escena y tampoco sería algo cómodo.

Gracias por la espera bebés, he estado muy ocupada, pero ya volví.

Saben, ya falta poco para terminar la historia, tal vez entre 10 a 15 capítulos.

Cómo creen que sea el final?
Leo sus opiniones.

No olviden dejas sus comentarios y sus votos, los amooooo

LA LUZ QUE IRRADIA UN MILAGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora