Pov calle
-Manuela, baja ese paraguas inmediatamente! -doña Leonor intervino, porque sino hubiese muerto siendo pinchada con un paraguas
-ademas, como se supone que te vas a defender con un paraguas, ah? -decía doña Leonor aguantando la risa
-abuela, quien es esta tipa y qué hace con mi ropa? -le dijo bajando el arma mortal con el que estaba a punto de ser asesinada
-abuela, respóndeme! -le preguntaba a su abuela y me miraba con ganas de asesinarme
-pues es Daniela, me la encontré en el parque, me dijo que ayer había salido del hospital y que no se acuerda de nada más que su nombre -dijo la señora y Manuela me miró de arriba-abajo
-abuela, podemos hablar un momento a solas? -le dijo aún mirándome, se fueron a la cocina, me entró la curiosidad saber de qué hablaban, me acerqué despacio a la puerta y pude oír parte de la conversación
-abúsela, que te pasa? Cómo traes a una desconocida a casa? Solo porque te contó una conmovedora historia de lo que le pasó, qué tal si es una ladrona o algo así? Ah? -decía un poco alterada pero tratando que de no gritar
-si, tal vez tengas razón, pero si tú la hubieras visto en el parque en las condiciones en que estaba te apuesto que tampoco la hubieses dejado ahí, ademas esa pequeña tiene algo que me hace creerle -debatió doña Leonor
-ok si, no se ve maliciosa, pero como sabemos que lo que dice es verdad? -hacia todo lo posible para refutar lo que decía su abuela
-pues vamos al hospital del cual salió, si es que quieres comprobarlo, aunque yo no tengo ninguna necesidad, yo le creo -dijo doña Leonor decidida
-por esta vez confiaré en ti abuela, pero cualquier cosa que se me haga raro llamo a la policia ok?, ademas que solo se quedará por hoy, no? -preguntó la chica
-no, se quedará el tiempo que sea necesario! -doña Leonor estaba empeñada en ayudarme
-pero abuela, tú con tu pensión apenas y puedes, tú sabes que a mi me pagan muy poco en la heladería -dijo Manuela, y era verdad yo no tenía como ayudarles, solo les traería más gastos
-bueno ya le buscaremos lago en qué se emplee, por favor confía en mi, verás que tengo razón -doña Leonor no daba su brazo a torcer frente a su nieta
-Puc ok, tú ganas -dijo algo agotada su nieta al darse cuenta que sería inútil discutir esa decisión con su abuela
Me retiré de la puerta y me fui a sentar al sillón, no sabía que fuera tan curiosa, pero bueno al menos ya sabía que tenía un lugar seguro para dormir por algún tiempo en lo que podía hacerme cargo de mi yo sola.
En ese instante salió doña Leonor y su nieta a decirme la decisión que habían tomado, luego pasamos a la mesa a comer
Pasaron los días y Manuela cada vez se portaba más amable conmigo, hasta que logro acostumbrarse a mi presencia, pero no a que me pusiera su ropa, aun le incomodaba verme con ella puesta, tal vez era el hecho que su abuela le hacía burla de que a mi me quedaba mejor que a ella, casi había pasado el mes de que llegue a esta casa, de vez en cuando salía con doña Leonor al parque, otros días era yo quien cocinaba, hasta que un día llego Manuela de trabajar y se sentó junto a mi en la sala, pero hoy era diferente, hoy ella portaba una sonrisa maliciosa en su rostro
-Danielita, Danielita, adivina que? -me dijo con un tono burlón
-mmm, que tengo que adivinar? -le dije sonriendo
-te conseguí trabajo -mi sonrisa se esfumó, no me agradaba mucho la idea puesto que nunca lo había hecho, bueno tal vez antes si, pero no lo recordaba, Manuela se echó a reír
-tranquila nena, el trabajo no te comerá, nomás te absorberá jajajaja -dijo y no paraba de reír
-y que es lo que tengo que hacer? -dije resignada, ya decía yo que esa sonrisa de Manuela no me traería cosas buenas
-pues trabajarás conmigo en la heladería, la compañera que tenía renunció hoy y necesitaban a otra persona urgente y yo les dije que tenia a la persona indicada para el trabajo, ósea tú -me dijo señalándome
-pero yo no sé servir helados -dije con cara de susto y tratando de safarme de esa locura
-tranquila, le dije a mi jefe que tenía a una prima viviendo en casa y que necesitaba el trabajo, que yo respondería por ti, y que ademas yo te enseñaría el movimiento del negocio -me dijo guiñándome el ojo
Al otro día Manuela me llevo a la heladería y me contrataron, desde ese día me llevo mejor con Manu, ya que pasamos casi todo el día juntas.
Ya había transcurrido al rededor de unos 8 días , y hoy parecía que no iba a haber mucho movimiento, solo había una mesa llena, Manu y yo estábamos platicando sobre un muchacho que a ella le gustaba, cuando de repente se oyó la campanilla de la entrada
-hey Dani, te toca a ti atender -me dijo y salió corriendo a la bodega
-tramposa -lo susurre más para mi que para Manu, ya que era el turno de atender a ella, pero pues así nos llevamos, sonreí y espere a que los clientes que habían llegado se acomodaran en la mesa para ir por sus pedidos, camine hacia la mesa sin mirar al frente
-buenos tardes, que van a pedir? -dije con una sonrisa, la cual se esfumó al darme cuenta que se trataba de la hermosa doctora de ojos verdes, me sentí nerviosa ante su presencia, mire a la mesa buscando quien más estaba y solo se encontraba Andrea, la hija de su prometida
-Daniela! Qué gusto verte! Cómo estás? -aun me encontraba aturdida por su presencia que no sabia que contestarle, cuando escuché otra voz decir
-mi amor, no encontré el celular en el coche, creo que lo perdí -sentí un dolor de cabeza muy fuerte y me toque la cabeza, sentí caerme y me aferré a la mesa, de reojo vi que paula se levantó.
-estás bien? -logré escuchar a lo lejos que me preguntaba la doctora
Sentí un mareo terrible pero dentro de mi cabeza solo soñaba esa voz, volteé en dirección a donde la había escuchado, quería saber quien era la dueña de su voz, quería saber quien era la dueña del corazón de la doctora de ojos verdes, cuando mi vista pudo enfocarla pude ver. Una mujer bajita, de pelo castaño con sus puntas de color azul, ojos marrón con cierta tonalidad verde y una sonrisa hermosa, otra punzada durísima se produjo en mi cabeza, baje mi cabeza y un montón de recuerdos de una vida pasada llegaron a mi, levante la vista nuevamente a ver a aquella mujer, pero ahora la veía diferente a cómo la veía en mis recuerdos, ya no era la mujer que le había robado el corazón a la doctora, sino la mujer que me había robado el corazón a mi
-poche! -fue lo único que pude decir, porque en ese mismo instante toda mi vista se nublo...Qué pasará entre calle y poché?
Paula y poché cómo reaccionarán?
Que dirá poché?Los amo mis amores, espero sus votos y comentarios
Gracias por seguir con esta historia
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LA LUZ QUE IRRADIA UN MILAGRO
FanficMaría José Garzón una chica distraída pero muy inteligente lastimosamente por cuestiones del destino se ve afectada con la pérdida de su más grande amor. Daniela Calle una chica inteligente que parte en el momento que no lo debía hacer pero su amor...