«Te va a destruir»Todos aquellos rumores que corrían por el campus eran verdad. En la universidad descubrirás nuevos mundos y tu mente se esparcía para dejarte volar por lugares prohibidos, pero nadie te advertía sobre lo pesadas que se volvían las cosas cuando la semana de exámenes llegaba.
Se observaban estudiantes por todos los alrededores de la Ucla, algunos se encontraban sentados concentrados en sus apuntes, mientras que otros caminaban apurados para no llegar tarde a su próxima evaluación.
Mis días estas últimas semanas, básicamente se reducían a eso:
Repasar.
Correr.
observar.
No había nada nuevo, nada innovador. Desde la ventana de mi habitación no se observa el campus universitario y lo agradecía, ya estaba cansada de ver zombies come cerebros caminar perdidos en todas las direcciones. Desde aquí solo podía observar la copa de los árboles que sobresalía de la espesa niebla, ya me estaba acostumbrando al clima frío del lugar, siempre iba acompañada de una taza de chocolate y un buen libro.
Mientras pensaba aquello, la puerta de la habitación hizo un chirrido que llamó mi atención. Jessica estaba parada frente a mí. No habíamos hablado desde la noche de integración ya que casi no pasaba en la habitación y cuando lo hacía simplemente me ignoraba, parecía estar enojada conmigo. Había decidido no prestar atención hasta que se le pasara, pero esto ya había durado mucho.
Sus ojos repasaron mis pies para luego acercarse a su armario. La seguí con la mirada y pude observar cómo sacaba toda la ropa de los cajones para dejarla en la cama. Pensé que tal vez haría limpieza para desestresarse un poco, hasta que pude apreciar una maleta y sus intenciones de guardar todo ahí.
—Hey —llamé despacio ganándome un simple murmullo de su parte—. ¿Qué haces?
—Me voy, Gia —dijo sin más. Me levanté de mi cómodo asiento dejando el libro y el chocolate de lado para acercarme a ella.
—¿A dónde? —pregunté.
—A otra habitación, he pedido que me cambien —su tono de voz sonó frío y cargado de resentimiento. En ese momento supe que algo andaba mal y que la causante de todo podría ser yo.
Llevé mis manos a la maleta para cerrarla evitando que siguiera llenándola con sus pertenencias. Ella se paró rígida frente a mí y supe que era el momento de actuar.
—¿Dime por qué te vas? ¿acaso he sido tan pésima compañera como para que te mudes así?
—Solo quiero alejarme, Gia, entiéndelo.
—No, se me es imposible... pensé que eras mi amiga —tuve la impresión de que sus ojos me miraron con ternura por un momento. Creí que desistiría y justo cuando le iba a agradecer por haberlo entendido, sus palabras me sorprendieron.
—Yo también, pero las amigas se escuchan, y tú no lo has hecho —intentó retomar su acción, pero no se lo permití.
—Yo te he escuchado.
—No lo has hecho.
—Estas mintiendo —solté exasperada.
De pronto, un grito desesperado salió de sus labios.
—Te dije que no te metieras en los asuntos de nadie en este lugar, te advertí que no insistieras en nada más que en tu estudio, te pedí que por favor te alejaras de Azrael Santorski y simplemente lo ignoraste. Tú lo besaste Gia, te vi hacerlo en los baños la noche de la integración, estaban tan concentrados que no me vieron entrar —mi rostro se tornó sorpresivo—. Acabas de meterte de lleno en cosas que te arruinarán la vida. Yo tenía fé en ti, pensaba que eras diferente a todos, incluso creía que el perfecto y mítico Santorski no te capturaría, pero lo hizo... caíste a sus pies.
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Personalidades fingidas.
Mystery / Thriller¿Qué pasa cuando dejas salir tus demonios internos y te gusta la destrucción que causan? Pues... Mamá siempre decía "ten cuidado Giahna, hay cosas que no nos gustaría saber" siempre pensé que era un truco para mantenerme alejada de cosas que no tuv...