『Capítulo 6』

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Los ojos del cielo y los del infierno.

El mundo podía ser muy complejo a veces, es increíble la cantidad de cosas y lugares que desconocemos. Yo creía que aquel pequeño espacio en donde habitamos no podía ser un lugar tan malo, pero en realidad era peor. La visita de Azrael, me había impedido cerrar los párpados en toda la noche, eso provocó que de mí brotarán unas horribles y profundas ojeras. Decidí no decirle nada a Jessica, debido a que me quería convencer de que quizá solo había sido una broma infantil de su parte.

Después de pensar por varias horas llegué a la conclusión de que él había sido quién hubiera activado la alarma contra incendios, no podía ser nadie más, él era una de las dos personas que estaba ahí aquella tarde, la otra había sido yo.

Sin duda alguna, podría describir mi inicio de semana como algo tétrico.

Por otro lado las cosas se pintaban cada vez más oscuras. En los pasillos del edificio se comentaba que una estudiante de último año había desaparecido desde el día miércoles de la semana pasada. Ellos hablaban de Rose, nadie daba señales de saber dónde estaba aquella chica, y su familia agotaba recursos para encontrarla.

Mientras tanto, en la universidad seguía ese ambiente fúnebre y el clima apoyaba la causa, la neblina era la más espesa que vi desde que llegué, el frío ondeaba fuerte como queriendo arrancar los árboles, obligándonos a llevar bufanda y guantes para no morir de una hipotermia. Mi mente había divagado todo el día intentando concentrarse en cualquier cosa, lo que sea con tal de olvidarse de Azrael, pero me fue imposible.

El peso de las clases y el estrés debido a la presión que sentía por parte de todos en este lugar habían acabado con la poca fuerza que tenía, así que tomé la decisión de saltarme la última clase para proceder a retirarme a mi habitación y descansar un poco.

Horas más tarde, desperté desorientada, el sol había cedido su lugar a la luna y las luces de las estrellas titilaban como nunca antes había visto, debía aclarar que la espesa niebla junto al frío intenso de la tarde parecían haberse extinguido, permitiéndome ver una de las noches más mágicas y hermosas que había observado.

La contemple por varios minutos desde la comodidad de mi puesto, y cuando creía que ya la había admirado lo suficiente, me levanté algo somnolienta para tomar la botella de agua que tenía al lado de mi cama, intentaría apaciguar la sed.

Mientras refrescaba mi garganta caminé en dirección al lugar que había estado observando antes, para luego sentarme bajo su umbral, el mismo en el que algunas noches antes había estado sentado él. Al hacerlo, un extraño frío recorrió mi cuerpo, y aunque la noche brillaba como nunca antes había visto, la luna no tenía la misma intensidad de aquel día.

Quería estar clara, deseaba volver a ser aquella joven tranquila que llegó a este lugar, pero ese ser oscuro invadía mi mente de formas inimaginables y por más que luchara, no podía sacarlo de mis pensamientos ¿Qué ocultaba? y su rostro, ¿por qué se me hacía tan enigmático y atrayente al mismo tiempo?

Al parecer esta sería otra noche sin poder dormir pensando en él. Me estaba resignando a volver a padecer de insomnio pero un mensaje sonó en mi celular sacándome de todos mis pensamientos y enmarcando una sonrisa amplia en mi rostro. El emisor era Jean.

Jean 19:30 p.m

Estaba observando las estrellas y pensé en ti ¿Quiero hablarte?

Gianah 19:31 p.m

Podemos hacerlo, acabo de despertar de un coma.

Jean 19:31 p.m

Personalidades fingidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora