Sonrisa hermosamente diabólica (Parte 1)
Amaba el olor del café en las mañanas, su aroma se sentía como renacer; inhalar odio para exhalar paz. Por un segundo olvidé mi mala suerte y cerré los ojos para disfrutar el momento, solamente quería hacerlo inmortal, aunque sea en mis recuerdos.
Por otro lado, la oscuridad de la habitación me hacía sentir solitaria, por eso cada mañana me sentaba bajo del umbral de una pequeña ventana ubicada en la cocina. Esto me hacía recordar a Jessica, su alegría encendía este lugar volviéndolo un hogar.
Parecía que la tierra se la había tragado, la última vez que la vi frente a mí fue cuando salió de aquí con la maleta en sus manos, sentía mis ojos arder al recordar. Sabía que seguía en la universidad por algunos afiches que había encontrado pegados en las paredes, daban la noticia de que su carrera, "comunicación social", tenía los mejores promedios del último año, destronando así a "economía", especialidad de Jean y Azrael.
A pesar de que me encontraba sumida en mis pensamientos, alcance a escuchar el tono de mi celular, que sonó de pronto.
Era Azrael
Vacilé un poco en si contestar o dejar que sonara.
Tan pronto me planteaba en si tomar la llamada, el teléfono dejó de encender y solo bastaron microsegundos para una segunda ronda. Pensaba dejarla pasar, pero vamos, era Azrael, no iba a dejar de insistir hasta que no tomara el celular.
—Hola —contesté desganada, aún dolían sus palabras.
—¿Ya te cansaste de ignorarme? —preguntó, su voz sonó cansada, como si algo le molestara.
—Estaba un poco ocupada —respondí de igual forma—. ¿Por qué estás llamando tan temprano?
—¿Por qué no has venido a clases? Te fui a buscar a tu piso y no estabas
Sus palabras me dejaron helada, él no era la clase de chico que te acosaba, no, él era diferente, totalmente diferente. Siempre manteniéndose al margen e ignorándote constantemente. A pesar de lo sorprendida que estaba, trate de hablar con acento neutro.
—No tenía ganas, es todo —escuché una exhalación pesada al otro lado de la línea. Alguien no estaba de humor.
—¿Dónde estás? —¿Por qué quería saberlo? me pregunté internamente.
—En mi habitación —añadí obvia.
—Estoy cerca, ya llegó —dijo para luego cortar la llamada.
Minutos después
Desde luego Azrael había mentido. Estuve dando vueltas por toda la habitación esperando a que llegara, pero no lo hizo. No había faltado a clases para quedarme todo el día en mi cuarto, así que decidí cambiarme y avisarle que iría al bar café más cercano.
Al llegar decidí relajarme y dejar de torturarme tanto por esas pequeñas cosas. Fue así como empecé a observar una pequeña mesa cerca a la salida, en esta se encontraba una pareja, ella reía como si no hubiera un mañana y él la observaba como si en todo el universo no hubiera nadie más especial que aquella chica.
¿Han experimentado alguna vez esa sensación calórica que se siente cuando creen no ser suficientes para merecer a alguien que los pueda amar? Pues así me sentía ahora.
Mi pecho quemaba, mientras pensaba que nunca podría ser así de feliz. Mi vida no era normal, yo no era normal. Sabía que tal vez esa relación no duraría para siempre, llegaría el punto en que tomarían caminos separados, pero se quedarían con la sensación de haber vivido uno de los mejores momentos de su vida, Ese es el ciclo de las relaciones ¿no?
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Personalidades fingidas.
Mystery / Thriller¿Qué pasa cuando dejas salir tus demonios internos y te gusta la destrucción que causan? Pues... Mamá siempre decía "ten cuidado Giahna, hay cosas que no nos gustaría saber" siempre pensé que era un truco para mantenerme alejada de cosas que no tuv...