JEFF Y TÚ

Demonio

Estoy emocionalmente agotada, Jeff me engañó y eso era suficiente para volverme mierda, miserable lo sé.

Yo de verdad amaba a Jeff y con el solo hecho de pensar en que él estaba con otras mientras lo visitaba en sus sueños, me enferma.

Me dispuse a recostarme en mi cómoda camita, cuando una voz grave se hace presente en mi habitación.

- Hola, linda- dijo Jeff.

- ¿Qué necesitas, Jeff?- pregunté irritada

- Tus labios-dijo el muy desgraciado, porque él sabe que eso me derrite. Maldito imbécil.

- Jaja... no juegues conmigo Woods- lo llamé por su apellido.

- No estoy jugando contigo señorita Cooper- dijo con semblante serio.

- Bueno...es enserio, ¿qué necesitas?- le dije algo cansada de esta situación.

- Que me perdones- dijo al fin

- Sabes que no te voy a perdonar fácilmente...sé que no puedo decirte nada ya que fui yo la que te dejé y todo el cuento...pero...no importa Jeff, tu puedes hacer lo que quieras- dije acostándome y acurrucándome.

- En verdad lo siento...no debí hacerlo...y...te amo hermosa y lo sabes- dijo acostándose a mi lado.

- Jeff...- dije yo entre somnolientos susurros.

- Dime- dijo el ya entrando en sueño.

- Te amo- dije y sé que es un error, pero el amor no se oculta.

- Yo más hermosa- besó mi cabello y se durmió.

Me encontraba en un cuarto oscuro, en él se encontraban dos sillas y un sofá. Me acerqué lentamente y vi un pequeño demonio de orejas puntiagudas y rojas al igual que el resto de su cuerpo.

- Vaya, vaya- dijo el demonio, devorándome con la mirada- Así que, esta es la hija de Slenderman, que lástima que Slendy no pueda tener a su hija por más tiempo-dijo con fingida lástima

- ¿Quién eres?- pregunté asustada

- No temas pequeña-miren quién habla de pequeña-no te haré daño... por ahora- ¿cómo que por ahora?

- ¿Qué quieres decir con por ahora?- pregunté tratando de buscar una salida.

- Que tú no estás destinada a... ¿cómo decirlo para que no te duela?... a ser feliz niñita estúpida- dijo él con tono amargo en su voz.

- ¡Cállate pedazo de escoria!- grité lo más fuerte que pude, pero mi garganta se fue cerrando poco a poco solo dejando un pequeño hilo de voz.

- Shh...aquí no se puede gritar...pequeña tonta- dijo el acercándose a mí- tu sangre debe ser tan...deliciosa...dolor, decepción, odio, asco, miedo y vaya, también hay amor- dijo el algo sorprendido- ¿cómo puede una niña odiada por todos y abandonada por su escuálido y débil padre, pueda llegar a sentir amor?- se organizó un pequeño mechón de su asquerosa cabeza-intrigante, al parecer...no lo puedo ver, ¿lo estás protegiendo? pequeña idiota- agarró mi rostro en sus esqueléticas manos.

- No te metas con el- dije en tono amenazante

- ¿O si no qué? ¿Qué me vas hacer? ¿Odiarme para toda la eternidad? ya lo haces pequeña, lo que me frustra es que eres como un libro sellado con candado sin cerradura- dijo el demonio alejándose de mi- solo déjame decirte algo...seré tu peor pesadilla- dijo en un susurro y me desperté con lágrimas en los ojos.

Me levanté de un golpe y de paso levanté a Jeff sin querer

- ¿Qué pasa linda?- preguntó un preocupado Jeff

- Abrázame, solo hazlo- me abrazó fuertemente y dejé que las lágrimas corriesen.

¿Quién era ese demonio? No lo sé, lo que sé es que no voy a permitir que lastimen a mi familia.