JEFF Y TÚ

Un último aliento

Estaba en una senda oscura.

Me encontraba aturdida por la imagen que estaba frente a mí.

Era Henry, sabía a lo que había venido. Y espero que este seguro que lo obtendrá sin ninguna objeción.

- Hola linda- dijo con tono meloso – sabes a lo que vengo- dijo mientras se acercaba más a mi cuerpo.

- Lo sé Henry-dije mientras buscaba un lugar donde sentarme – y también se cómo destruirte – dije mientras me sentaba en un tronco húmedo.

- ¿Estás dispuesta...a dejar tu "vida perfecta" por asesinar a un tipo que solo te ha amado?- que acababa de decir... ¿amarme?...al único que se amaba era a el mismo.

- ¿amarme?-dije mientras me ponía en pie – no te mientas Henry...nunca lo hiciste...para ti solo fue un juego el haber estado conmigo, lo que decías sentir por mí era una mentira y lo sigue siendo, fui lo suficientemente estúpida como para enamorarme de ti, fui tan estúpida que creí en tus caricias falsas, en tus besos, y cada palabra de afecto que según tu, eran verdaderas y no estoy dispuesta a soportar estar montada en una montaña rusa eterna a tu lado, una montaña rusa mortal, una montaña rusa que en el final, lo único que me esperaba era la misma muerte- me había desahogado y lo único que vi en su rostro fue una sonrisa arrogante.

- Pobre niña tonta- dijo el maldito infeliz mientras se arreglaba su cabello de mierda –si tú no eres mía...no serás ni de Jeff, ni de Aiden, ni de nadie pequeña estúpida- será maldito.

- Tu problema es conmigo no con ellos...especialmente con la persona que me hizo volver a creer en el amor- dije ruborizándome.

- Awww que tierna...pero tendré que acabar contigo- al decir esto sacó un cuchillo de su chaqueta de cuero y lo miró fijamente.

- No si antes lo hago yo- dicho esto me acerque corriendo y empezó a lanzar puñaladas letales a cualquier parte de su cuerpo, algunas la esquivaba con éxito, mientras que otras daban en el blanco.

En mi mente, solo estaba presente Jeff y la vida que podríamos formar si todo fuese diferente, si yo tuviese la oportunidad de vivir, si yo tuviese la oportunidad de ser feliz.

- Me pregunto _____, ¿qué pasaría cuando acabe contigo?- hizo una pausa mientras le lanzaba varias puñaladas, pero no le hacían efecto- ¿qué haré con Jeff y tu familia?...los mandaré al infierno al que están destinados- sonrió y no pude contenerme aún más.

Cegada por la ira, frustración, tristeza y dolor empecé a aumentar mi velocidad de ataque y fuerza en ellos.

Cuando menos pensé vi a Jeff junto a Aiden observar impotentes ya que Henry formó un campo de fuerza para que nadie acudiese a mi ayuda. Entonces recordé lo que me había dicho Mike.

Su alma está ligada a tu cuerpo, por tanto si mueres tú el también morirá...lo siento _____.

Tome la decisión e imágenes pasaron por mi cabeza de mis últimos años junto a Jeff y mi padre...en esos años fui feliz.

Entonces me pregunté si nada de esto estuviese pasando, ¿tendría una linda familia con Jeff y mi padre?

Tomé la decisión y volví mi rostro hacia Jeff y le dije

- Te amo...no me olvides- fue lo último que dije ya que clavé el cuchillo en mi corazón y todo acabó. Escuché una voz distante y sabía que era Henry.

- Serás maldita- dijo mientras su vida se escurría por sus dedos

- No soy maldita, soy la persona más feliz...porque ahora no vas a hacer nada con mi amado Jeff y mi padre- cerré los ojos y allí todo se oscureció.

JEFF

Corrí lo más rápido que pude por el bosque, tenía un mal presentimiento.

Cuando vi en una gran bola de cristal a ______ y a Henry peleando a muerte.

Cuando vi a _____ volver su rostro, vi como las lágrimas humedecían sus ojos y me dijo alto.

- Te amo...no me olvides- traté de responderle pero vi cómo se clavaba el puñal en el pecho

Todas mis esperanzas de vivir con ella se esfumaron con su muerte, mis ganas de vivir se fueron con ella.

Me acerqué hacia el gran campo de fuerza y pude ver a Henry agonizando y después de tanta lucha murió.

Me apresuré a agarrar a ____ en mis brazos.

- No me dejes hermosa...te amo...te amo- dije entre lágrimas y sollozos

- No te dejaré Jeff- dijo ella con su último aliento de vida- te amo- sonrió y murió con esa sonrisa en su angelical rostro.

La apreté contra mi pecho con fuerza, mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas.

La había perdido y para siempre.