Esta vez, mamá y papá no me esperaron fuera del consultorio. No estaban, así que me volví sola a casa. Aleli me esperó en la puerta y me saludó con un fuerte abrazo.
- ¿Cómo te fue?
- Bien -dije sonriendo falsamente.
- Mami dijo que últimamente estás más reservada. ¿No quieres hablar conmigo?
La observé curiosamente. ¿Ella se daría cuenta de la tormenta que siempre tengo en mí? No podría hacerle eso a una niña. No podría hacerle eso a mi hermanita menor.
- No, pequeña -toqué su cabeza juguetonamente- Está todo bien. Sólo necesito descansar y dormir un poco. ¿De acuerdo?
Subí a mi habitación y cerré la puerta.
A veces me arrepentía mucho de haber dejado el último año de escuela por aquel accidente. Pero no iba a volver. No iba a graduarme nunca más. Porque mi vida estaba arruinada, y en la foto de graduación no iba a sonreír como si mi vida continuara siendo perfecta.
No podría soportar las miradas de todos. No podría soportar las acusaciones, las miradas de lástima y compasión. Como todos lo hacían. Me miraban mal, me miraban con lástima.
Me miraban. En sus ojos decían, « ¡Oh! Pobre esa pequeña. Tuvo que presenciar aquel accidente. No puedo creer que esté tan seria. Debería estar feliz por salir viva de allí. Debería vivir la vida por ella y sus amigos que murieron quemados.»
Y eso es todo lo que las personas de afuera y a mí alrededor me regalaban y me decían. No había otra alternativa. Cuando terminara este año, me iría a un lugar muy lejos, para dejar de arruinar a mi familia. Enviaría todo mi dinero para mi hermana pequeña Aleli para que su vida sea increíble y mejor que la mía.
Yo no iba a permitir que nada le ocurriese. Ella nunca iba a terminar como yo. Ella nunca iba a ser como yo de grande.
Mamá y papá no se preocuparían más por mí y por pagar el psicólogo. Ellos estarían aliviados de liberarse de mí.
Yo sabía que ellos también sufrían. La gente estaba todo el tiempo hablándoles y consolándolos como si de verdad lo necesitaran. Ellos sólo querían verme feliz y eso es lo que a veces les demostraba, aunque no era verdad.
Las personas a veces ni siquiera les importan si una persona es feliz falsamente. Si es una ilusión, no importa, porque piensan que son felices de verdad con tan solo ver en sus sonrisas.
¿Por qué no miran a los ojos y ven el dolor y sufrimiento que estoy sintiendo? ¿Por qué no miran mis ojos y observan mi alma gritando por atención?
Vivo en una tormenta. Y no hay sol. Nada de sol. Nadie que me acompañe. Llueve, llueve.
Nadie que me diga, "Sí, te entiendo, y no estás loca."
Me dormí solo cinco minutos, pero la noche no tardó en llegar. La luna otra vez se asomaba en mi ventana, y la casa estaba totalmente en silencio. Mi estómago se revolvió y sentí mucha hambre.
Ni siquiera me habían llamado para ir a cenar.
Bajé las escaleras a oscuras. Toda la casa estaba en plena oscuridad. Tan vacía y triste como yo. No sentí miedo, pero caminé lentamente para no chocarme con nada y no hacer ruidos que despertaran a mi familia.
Seguiría complicando las cosas si eso ocurría.
A oscuras, llegué a la cocina. Cerré la puerta detrás de mí, y agarré un vaso, abriendo el refrigerador. La luz me iluminó cegándome por completo. Entrecerré los ojos buscando la leche hasta que la encontré. Saqué el bote y lo coloqué en la encimera. Vertí la leche dentro del vaso hasta que se llenó. Volví a guardar la leche en el refrigerador y me encontré a Jazmín frente a mí, sin dejarme paso.
- ¿No deberías estar visitándonos en el cementerio, querida amiga? Hay muchas cosas que nos tienes que decir y confesar luego en estos últimos siete meses.
La ignoré, y la rodeé, agarrando el vaso de leche. Tomé un poco, pero no logré mucho ya que mi mano comenzó a temblar. Me di la vuelta para volver a mi habitación y estar sola pero Jazmín volvió a entrometerse.
- ¿Por qué no me respondes? No me voy a ir de aquí hasta que me respondas.
- No -le dije.
- ¿No qué?
- No voy a ir a visitarte. Es difícil.
- Claro que es difícil -rió y su risa hizo eco en la casa, como si fuera real- Todo es difícil, incluso que tú sigas viva.
En realidad, la risa hizo eco en mi mente.
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El sol de mi tormenta© 《Laliter》✔
Teen Fiction🌸El mejor tipo de personas son las que entran en tu vida y te hacen ver el sol donde alguna vez viste nubes🌸 Lali es una chica de diecisiete años que sufrió en un accidente trágico en un hospital. Ella y sus tres amigos, Eugenia, Ramiro y Melody i...