🌸Capítulo II🌸

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Al llegar, bajamos del auto y entramos a casa

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Al llegar, bajamos del auto y entramos a casa. El olor perfumado a almizclé y vainilla me llenó las fosas nasales y me dirigí directamente hacia mi habitación. Si me quedaba con mis papás, ellos comenzarían a hablar y a sacar conclusiones sobre mí y mis respuestas. Es como si estuvieran desesperándose por sacar información personal. Por saber en lo que pensaba.

Al subir las escaleras, Jazmin me pisó los talones.

- Espero que tengas una buena excusa por no haberme ayudado ese día.

Cerré la puerta de la habitación en su cara, y me acosté en la cama. Ramiro se asomó a la visión de mis ojos, para que pudiera ver su rostro.

- Melody y yo podríamos haber estado muy felices juntos. Pero estamos muertos. Porque no nos ayudaste.

Me tapé el rostro y los oídos con la almohada y esperé hasta dormirme por completo.

Normalmente yo me despertaba por las pesadillas, pero ahora, me desperté por los gritos de mi hermana pequeña, Aleli.

- ¡Pero yo quería la muñeca con alas! ¡Porque puede volar! ¡Las demás no!

- Aleli, no podemos comprártela. Es muy grande y ya tienes muchas muñecas para jugar. Ésa sólo sería otra muñeca que terminaría rota y abandonada como las demás.

Eso no era verdad. Aleli coleccionaba todas las muñecas, las peinaba, las bañaba y creaba vestidos preciosos con su ropa vieja o que no le gustaba. Las muñecas estaban mejor que yo.

Me levanté de la cama, y bajé las escaleras para ver a mi mamá discutiendo con Aleli.

- Ya basta, Aleli. No podemos, estamos teniendo muchos gastos últimamente.

- ¡Por las sesiones de Lali! ¡La llevan a ese lugar y no cambia nunca!

- ¡Eso no es verdad! -le contestó mamá- Lali hoy ha tenido un progreso.

- ¿Qué progreso? ¿La respuesta de tres preguntas de cincuenta?

- Aleli -dije.

Ellas se dieron la vuelta para observarme sorprendidas. Aleli se cruzó de brazos cuando me vio, visiblemente enojada conmigo por lo que estaba ocurriendo. Papá se asomó a través del periódico que estaba leyendo.

- Yo te voy a comprar la muñeca.

Aleli abrió los ojos sorprendida y sonrió.

- ¡No! -Contestó mamá- Ni se te ocurra Lali. Ella tiene muchas muñecas. ¡Son caprichos! ¡No se lo compres!

- Tengo muchos ahorros -ignoré a mamá y alcé a Aleli en mis brazos, mirándola sonriente.

- ¡Sí! -festejó levantando sus bracitos. Besé su mejilla y seguí sonriendo.

Por lo menos podía sonreír ahora. No sonreía hace mucho tiempo.

Y mis papás notaron eso. Me miraron sorprendidos y sonrieron también cuando vieron mi sonrisa.

Aleli me abrazó y yo sentí que estaba haciéndolo todo mal. Porque mi familia creía que todo estaba bien, pero en realidad estaba todo peor.

Porque Jazmín, Melody y Ramiro me miraban con desdén a lo lejos, apuntándome y susurrando cosas sobre mí, echándome la culpa todo el tiempo. Toda era mi culpa.

Y mi sonrisa desapareció.

Y mi sonrisa desapareció

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El sol de mi tormenta© 《Laliter》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora