No.
- Por dios -mascullé asustada.
Volteamos para ver al niño rodeado de otros niños más grandes que él, altos y grandotes. No tendrían más de once años.
Rodeaban al hermanito pequeño de Peter, diciéndole cosas y riéndose de él. Su hermanito temblaba y se tapaba el rostro temeroso. El coraje hizo temblar mis manos y me levanté rápidamente, yendo hacia él.
Peter también me siguió y me di cuenta que comenzamos a correr. Llegamos hasta ellos y volteé el hombro bruscamente al niño que le estaba gritando.
- ¿Qué creen que están haciendo? -grité.
Peter agarró a su hermanito en sus brazos y observó a los niños malos con enojo notablemente en su rostro. Tenía una mueca tan fraternal.
- ¿Qué... qué? -tartamudeó el niño frente a mí.
- Escúchenme bien -les dije, observando cada rostro temeroso que ahora me miraban- Ni siquiera vuelvan a acercarse a él ¿Entendieron? Porque se las verán conmigo.
- No... no estábamos haciéndole nada -tartamudeó uno.
- ¿Qué? ¡Le estaban gritando y diciendo cosas horribles, estúpidos!
No pensé bien en lo que dije. Pero no me arrepentía de ello. Aunque no estaba bien, no quería quitarlo de la situación.
- Si ustedes creen que siendo así de malos van a poder lograr respeto e integración entre sus compañeros o los niños de su edad, están muy equivocados. Porque no se están ganando mí respeto, ¿Saben? Voy a hablar con cada uno de sus padres,y se van a enterar de los malos que fueron con todos. Los he visto haciéndolo con otros niños también y no pueden negarlo. Si lo vuelven a molestar, cosas peores van a pasar. Se los aseguro.
Los niños asintieron, con el miedo palpando en sus rostros. Se echaron a correr cuando me acerqué a ellos para continuar hablándoles, y el mensaje les quedó realmente grabado en sus cabezas. Bastante claro.
Posiblemente para toda la vida.
Observé a Peter, que estaba abrazado de su hermanito pequeño, que me observaba con una sonrisa torcida en su rostro. Sus ojos estaban iluminados y por un momento pensé que había hecho algo realmente bien.
Había hecho algo, y había sido bueno. No había lastimado a nadie.
Ayudé, beneficié. No lo arruiné todo. No jodí nada.
- Gra... gracias -dijo Peter realmente sorprendido- Yo estaba pensando en empujarlos y gritarles groserías, pero realmente eso resultó. Te lo agradezco.
- No es nada -dije dándome cuenta de que respiraba agitadamente. Mis manos temblaban por el coraje y la bronca. Pero todo había pasado. Ya no molestaban al niño inocente asustado del mundo.
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El sol de mi tormenta© 《Laliter》✔
Jugendliteratur🌸El mejor tipo de personas son las que entran en tu vida y te hacen ver el sol donde alguna vez viste nubes🌸 Lali es una chica de diecisiete años que sufrió en un accidente trágico en un hospital. Ella y sus tres amigos, Eugenia, Ramiro y Melody i...