Yo no era fuerte, nunca lo fui.
Golpeé fuertemente el tronco del árbol, mis manos se rasparon por la textura protectora del árbol. La sangre comenzó a resbalarse entre mis dedos y cerré los puños otra vez.
Mi familia estaba rota por mi culpa. Mis amigos estaban muertos por mi culpa.
Golpeé otra vez.
Aleli estaba sufriendo por mi culpa. Mamá y papá también, otro golpe. Mis amigos me observaban desde lejos. Cómo una chica tonta golpeaba sola y furiosa un árbol que no tenía nada que ver en mis asuntos.
A plena oscuridad de la noche. A plena madrugada. Con la luna en mi espalda.
Grité del dolor, golpear con los puños cerrados, a la madera fría y húmeda de un árbol silvestre no era nada tranquilizador. Pero no había otra forma. Quería desahogarme y no quería hacerle daño a nadie.
Quería pasarme todo lo que le había hecho a mis seres queridos. Me lo tenía bien merecido.
Me tranquilicé, podía controlar la furia, la ira, la bronca. Si lo hice siempre, puedo hacerlo ahora.
Me trepé en el árbol. No lo iba a golpear más, porque me sentía peor. Nada me hizo sentir mejor. Ni siquiera mis manos raspadas y golpeadas fuertemente en los nudillos.
La sangre se mezclaba con la humedad de la madera blanca del árbol. Me trepé rápidamente, resbalándome con mis zapatillas. Ignoré el ardor fuerte en mis manos. Me agarré bien y me sostuve de cada rama y tronco que me llevaba a lo más alto del árbol.
Quería llegar a la cima, y sentir un poco de libertad. Sentir que estaba volando, y que el viento me llevaba consigo.
No fue así, cuando llegué arriba, lo único que pude ver fue a la luna.
Las ramas crujieron.
Comencé a preguntarme si se trataba de algún animal, pero sonaba pesado y lento.
No era de ese tipo de chicas que sentía paranoia y pensaba que alguien las estaba persiguiendo todo el tiempo. Pero esta vez, sabía que alguien me había seguido.
Pero no sentí miedo. Sentí coraje y adrenalina, quería enfrentar a lo que se me viniera.
Comencé a bajar.
Era más difícil bajar que subir. Sentía vértigo, pero lo ignoré.
- No puedes bajar ¿huh? -dijo Melodi.
Jazmin y Ramiro estaban de brazos cruzados mirándome.
Llegué hasta medio metro desde el suelo. No había otra forma más que tirarme al suelo y ver lo que pasaba con mis piernas. Quería aterrizar bien, pero otro ruido me hizo esconderme entre las hojas de las ramas.
Alguien se asomó y creo que mi corazón se detuvo por un segundo.
- Peter -susurré- ¿Qué haces aquí?
Jazmin, Melodi y Ramiro desaparecieron.
- Lali, ¿Qué estás haciendo allí arriba?
Él se acercó más. La oscuridad se veía hermosa en él. Abrazaba sus expresiones confusas y sorprendidas perfectamente. La luna alumbraba la mitad de él. Se veía perfecto.
Sonreí.
- No lo sé -dije sin querer decirle la verdad- Quise trepar, y subí hasta arriba. Ahora no sé cómo bajar.
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El sol de mi tormenta© 《Laliter》✔
Novela Juvenil🌸El mejor tipo de personas son las que entran en tu vida y te hacen ver el sol donde alguna vez viste nubes🌸 Lali es una chica de diecisiete años que sufrió en un accidente trágico en un hospital. Ella y sus tres amigos, Eugenia, Ramiro y Melody i...