Al volver a casa, me sentía sonrojada, libre, feliz. Me sentía… diferente.
¿Será así como se sienten las típicas chicas que se escabullen de sus casas para encontrarse con los chicos que ellas gustan? Tal vez no.
Porque nadie podría sentir lo que yo estaba sintiendo en este momento.
Corrí a casa riendo sola a carcajadas.
El amanecer se estaba asomando por el horizonte y me sentí liberada. Me sentí tonta por haber estado tan mal últimamente y no haber hecho lo que hice esta noche para sentirme mejor.
Y no es como si hubieran pasado cosas más profundas y significantes para mí. Sólo tuve una sesión de besos con Peter. Que fueron magníficos.
Los dos… nos olvidamos de todo lo que nos ocurría sin preocuparnos de nada.Sólo éramos él y yo… con el mundo rodeándonos. Y nada más importaba.
Me tapé el cuello con la chaqueta y mis manos ardieron por el frío y las heridas que ya se estaban cerrando.
Él me había hecho pasar por una tienda de un hombre que conocía y me las vendó a todas, desinfectándolas.
Jamás alguien me había curado las heridas tan delicadamente. Ni las enfermeras del hospital, ni mamá. Pero cuando llegué, otra vez las cosas volvieron a derrumbarse.
A veces, pensaba que mi casa era lo que me devolvía a esa tormenta.
Mamá estaba hablando con un oficial. El auto de policías estaba aparcado en nuestro porche. ¿Por qué en nuestro porche?Uno de los dos oficiales que estaba escuchando atentamente a mi melodramática mamá, me miró. Todos voltearon a verme. Mamá, los oficiales, papá y… Aleli no estaba.
Me acerqué con muchas ganas de salir corriendo a dirección contraria. Fruncí el ceño confundida y enfadada. ¿Y ahora qué ocurría?
Mamá vino corriendo hacia mí con desesperación y lloriqueó dramatizando la situación. Me abrazó fuertemente y lloró en mi hombro.
— Oh… Lali. ¿En dónde estabas? Te necesitábamos aquí.
— ¿Pero qué…? —alcancé a decir, hasta que se acercó papá.
— La policía vino a decirnos algo muy importante sobre el accidente del hospital que ocurrió hace unos meses. En el que tú sobreviviste, Lali. Parece que descubrieron al responsable de aquel incendio. Quisimos preguntarte sobre ello pero tú… tú no estabas en tu habitación.
Abrí la boca para decir algo pero nada salió de mi garganta. Ni siquiera un jadeo. Al parecer, el pasado me iba a perseguir toda la vida.
Mamá no me soltó nunca. Muchas veces me echaba un vistazo curiosamente, como si viera algo raro en mí. Los oficiales también. Pero ellos sólo veían mi rostro. Mi ojo morado.
— ¿Qué te ocurrió allí? —dijo uno de ellos. Lo observé.
Era alto, corpulento, rubio y de ojos verdes. Su traje azul oscuro le combinaba con el rostro serio y potente que tenía. Era como... intimidante. Pero conmigo no funcionaba. Lo miré neutra y negué con la cabeza.
— Me caí de las escaleras.
Él entrecerró los ojos. No se creía nada de eso.
— ¿En dónde se encontraba, señorita Espósito? Tus padres no tenían idea de a dónde fuiste.
— Estaba en la casa de un amigo. Él tuvo un problema y tuve que
salir a ayudarlo rápidamente. Sólo alcancé a decírselo a… —iba a decir a Aleli, pero no quería involucrarla en esto. Demonios, no quería involucrarla pero siempre se me escapaba su nombre. Como si ella pudiera sobrepasar todo esto. No era así… —A mamá. Pero creo que ella estaba bastante dormida y no logró escucharme. Realmente lo siento.Todos se miraron entre ellos. Los oficiales también. Pero se obligaron a creerme. Porque como siempre, según mamá, yo siempre decía la verdad.
— Veamos —comenzó el otro oficial, más bajo y de mediana edad que me miraba con desconfianza al igual que su otro compañero— El incendio fue causado de una sustancia inflamable que apareció sospechosamente por todo el hospital, fue apropósito. Según tú lo dices, ¿Verdad?
— Sí —asentí.
— Estás en lo cierto. Hemos estado investigando por estos meses lo que en verdad ocurrió. Ya tenemos al sospechoso. Verás… El hospital Kaiser Fundation fue incendiado el 15 de Mayo de 2020, según los reportes y el informe estrechamente escrito. Muchas personas habían entrado ese día, a las 02:45 AM, por intoxicación de drogas, alcohol y otras enfermedades graves. Los que habían entrado por intoxicaciones, el 95% sobrevivió y se mantuvo allí por unas cuantas horas, hasta las 04:55 AM. En el hospital psiquiátrico a cuatro cuadras del hospital Kaiser Fundation, se escapó un hombre que se lo estaba tratando hace muy pocos días. Miguel Treviño Morales de 45 años, alto de 1, 85 metros y con seguidos ataques de epilepsia y demencia fue quien ingresó al hospital para esconderse. Según las investigaciones y las entrevistas confidenciales que tuvimos con él hace unas cuantas horas, fue el responsable del incendio. Dijo que afirma haber ingresado a las 5:00 AM al hospital Kaiser Fundation para vengarse de un médico que no había logrado recuperar su estabilidad psicológica. Según
lo ocurrido, fue intencional por venganza. Todavía no se sabe cómo hizo para derramar muchos litros de gasolina por todo el hospital, pero en muy pocos segundos el hospital estuvo en llamas.Me quedé escuchando atentamente hasta que dijo la palabra “llamas” “incendio” “venganza”. Me tapé los oídos y comencé a llorar.
Retazos de imágenes se cruzaron por delante de mis ojos, como si estuviera reviviendo el momento del incendio. Gritaba pero mi voz no se escuchaba. No se escuchaba por las voces, los gritos, los chasquidos de las cosas
derrumbándose, el fuego quemando todo a su alcance sin detenerse.Mamá me abrazó y desperté del trance. Estaba llorando, y gritaba “No” muchas veces. Los oficiales ahora me veían con los ojos bien abiertos. No me miraban desconfiadamente. Me miraban asustados y preocupados. Mis manos estaban temblando, y mamá colocó las suyas para calmarme, dándose cuenta de las vendas cubriendo mis heridas.
Ella dijo algo, pero no la entendí. Todo parecía en cámara lenta.
Las voces eran pesadas, un pitido fuerte resonaba en mi oído, todo me daba vueltas. Algo me dolía en la garganta. Y no importaba cuán duro trataba de pasarlo, empujarlo abajo, hacerlo desaparecer, la tristeza siempre estaba atrapada en la parte posterior de mi garganta.
Hasta que todo oscureció.
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El sol de mi tormenta© 《Laliter》✔
Teen Fiction🌸El mejor tipo de personas son las que entran en tu vida y te hacen ver el sol donde alguna vez viste nubes🌸 Lali es una chica de diecisiete años que sufrió en un accidente trágico en un hospital. Ella y sus tres amigos, Eugenia, Ramiro y Melody i...