Huyendole Al Amor

Capítulo VII

-Liv se que está pasando por un mal momento pero no podemos dejar en puntos suspensivos lo nuestro
-Bryan no te digo que le pongamos stop, solo digo que me des un poco de tiempo para que Summer pueda adaptarse
-Summer o tú?- la miró fijo con cierta molestia en su tono de voz
-Será mejor que me vaya, no necesito esto ahora y menos de tí- tomó su bolso y salió ignorando la voz de Bryan que la llamaba hasta el cansancio.

Estaba molesta porque él no podía entender lo difícil que todo se había vuelto, Summer necesitaba de ella un cien por ciento y necesitaba espacio, lo que había pasado con Amelia era demasiado como para tener peleas con Bryan. El día pasó lento para Olivia sólo esperaba la llegada de la noche para ir a casa con su adolescente loca.

-Necesitas hablar con Olivia
-Y que le diré, estoy viendo a un loquero porque la muerte de mi madre no me afectó como debería- dijo sarcástica moviendo las manos
-No es bueno que hagas esto sola
-No quiero preocuparla, además... voy mejorando ¿cierto?- lo miró preocupada
-Llevamos cinco cesiones, las personas no sanan a la primera, toma tiempo
-Que tanto
-No lo sé, el suficiente para que ellos mismos noten el cambio, además tu no estas mal
-No me diga eso, algo debe de haber mal en mí, la muerte de mi madre no me afectó como se supone que debería hacerlo, casi no siento nada. No puede decirme que no tengo nada mal
-Summer las personas enfrentan el duelo de maneras diferentes, no a todas les afecta de la misma manera
-Pero a mí el duelo no me duró ni una semana. ¿Realmente cree que estoy bién?
-No importa lo que yo crea, sinó lo que tú creas, ¿crees que estas bien?
-No, nunca sentí demasiado afecto por ella, y siempre me cuestioné eso, por lo general creía que era porque no pasábamos mucho tiempo juntas. Pero cuando la tenía conmigo no sentía el amor que una hija le debe dar a su madre, aunque siempre fuí atenta y cariñosa con ella, nunca me sentí del todo... A gusto con eso, era como engañarla y a mi misma
-No todos los hijos son apegados a sus padres, algunos son más afectos al padre, otros a la madre, y otro como en tu caso a un tercero, como tu tía
-Pero ni siquiera somos familia consanguínea, mi madre y Olivia llevan diferentes apellidos y diferentes madres y...
-Es normal que sintieras más afecto por Olivia que por tu madre, Olivia siempre estuvo allí
-No siempre, a veces le tocaba trabajar día y noche y me tenía que quedar con una niñera y no dormía hasta que la veía cruzar la puerta con pizza de disculpas por trabajar demasiado y no estar conmigo- una pequeña sonrisa melancólica se formó en sus labios- ella me enseñó a andar en bicicleta, ella me ayudaba con mis tareas, cuando tenía que hacer maquetas ella estaba allí para ayudarme, ella me cuidaba cuando enfermaba, me leía antes de dormir, revisaba que no hubieran monstruos en el clóset y bajo la cama. Podría decir que ella fue más una madre que mi propia madre- miró afligida hacia una pintura que colgaba en la pared de un hermoso paisaje y un bote descansando sobre las tranquilas aguas de un lago- a veces hasta creía que no era mi madre. No teníamos nada en común
-¿Nada?- preguntó con cierto asombro en la mirada
-Nada, en cuanto a música ella prefería lo novedoso, a mi me gusta la música de los años 50' a los 2000' y Olivia y yo coincidimos en eso, en cuanto a ropa, a mamá le gustaba lo llamativo, lo esplendoroso, a mí me gusta lo cómodo, las sudaderas grandes que parecen ser mi hermano mayor; además de los colores, a ella le gustaban los colores femeninos y claros. A mi me gustan más los fríos y oscuros, a ella lo costoso, a mi lo simple, a ella lo novedoso, a mi lo antiguo. Nunca tuvimos nada en común
-Summer no por el hecho de que fuera tu madre debían tener todo en común, a ti te gustaban ciertas cosas y a ella otras. Todos tenemos diferentes gustos y pensamientos es normal no congeniar con alguien
-Si tal vez sea cierto- le dió una pequeña sonrisa bajando la vista a su reloj- ya es tarde debo irme, nos veremos el siguiente viernes

Salió como un cohete, en su intento por correr se le cayó la mochila dejando salir algunos libros, los levantó maldiciendo y examinó el daño en su mochila, se había roto en la base y era enorme. Podría coserla para que aguantara hasta el siguiente sábado que iría a casa a sacar sus cosas. Al llegar a casa dio gracias que Olivia no hubiera llegado aún dejó su mochila sobre el sofá y fue a su habitación a buscar aguja e hilo para cocer la rajadura de su mochila, al volver vió a Olivia observando detenidamente aquella abertura.