Capítulo X

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No podía dormir, veía como Olivia dormía cómodamente pero ella no podía hacerlo, se dió vuelta y vio su mochila medio abierta con el cofre y la carta dentro, se levantó y las sacó de allí observando cada una detenidamente preguntándose ¿por qué su madre no le había entregado ese sobre a Olivia antes? ¿Acaso había algo muy serio o importante? ¿O solo no había podido entregarlo por que la asesinaron antes de darle el sobre? Era muy obvio que Amelia lo había escrito ya que era su letra la que decía el nombre de Olivia. Tomó un cúter de su mochila dispuesta a ver el contenido de la carta, pero en eso vió a Olivia moverse y de inmediato ocultó todo, para su suerte solo había sido una falsa alarma aquel movimiento solo era para cambiar de posición. Respiró con alivio pero no volvió a acostarse, no podía dormir, necesitaba hacer algo y que mejor que terminar de empacar las cosas de su madre; con mucho silencio y cuidado de chocar con nada caminó de puntitas hacia el dormitorio de su madre y encendió la linterna de su celular para seguir empacando.

-¿Porqué no estas durmiendo?

La repentina presencia de Olivia la asustó sobresaltandola y haciéndola tumbar su celular y una caja que cargaba.

-Tía casi me matas del susto
-No era mi intención pero dime ¿no puedes dormir?- encendió la luz
-No, no podía por eso preferí continuar empacando, perdón si te desperté
-No, no me despertaste, lo que despertó fue no sentirte cerca y cuando ví la luz... bueno...
-Si te desperté- cargó la caja y la puso sobre otra mirando la gran pila de cajas que tenían- necesitaremos más para llevar mis cosas
-Cuando volvamos podemos comprar más. ¿Necesitas ayuda?
-Claro- sonrió y como no faltaba mucho por terminar y tampoco para que amaneciera continuaron empacando hasta terminar

Una vez todo listo llevaron las cajas al coche de Olivia, no les fue nada fácil ya que eran demasiadas cajas y tuvieron que hacer varios viajes para bajarlas, además que tuvieron que hacer mucho espacio para que todas entraran. Y a las ocho de la mañana estaban guardando todo en la bodega que había comprado Olivia para dejar las cosas de Amelia.

-Ahora podrá estar un poco más tranquila al saber que sus cosas estarán bien guardadas- dejó la última caja y retrocedió viendo como Olivia cerraba la puerta metálica que resguardaría todas las posesiones de su madre.

El regreso fue más tranquilo y ligero, recordando algunas anécdotas, recuerdos muy gratos que conservaba Summer de su madre, pero no dejaba de pensar en el contenido de ese cofre algo muy importante para su madre estaba allí por eso tanto cuidado en dejarle candado pero la interrogante era ¿qué ocultaba en su interior?

Al llegar Summer estaba nerviosa, la puerta de su habitación estaba cerrada. Puso la mano en la perilla y dudó unos segundos hasta que por fín la giró y despacio empujó la puerta para que se abriera y pudiera ver todo lo que había dentro, se abrazó a sí misma y deslizó sus manos de arriba a bajo, con la mirada de Olivia en ella.

-Jamás me gustó esto- susurró- los colores, las decoraciones, las... las cosas que tengo ella lo escogió y yo solo lo acepté porque ella decía que eran cosas muy lindas y a ella le hacía felíz que yo las aceptara
-No tienes que fingir conmigo linda
-Contigo nunca tuve que fingir algo
-¿Quieres que cambiemos todo?
-¿Estas de acuerdo con eso? Porque estaría invadiendo tu vida y tu espacio  y...
-No invades nada y lo sabes. Solo quiero que estés cómoda y si hace falta un cambio rotundo lo haremos, cambiaremos el color de tu nueva habitación y todo lo que te hace sentir atrapada lo regalarémos y tendrás lo mismo que tenías antes pero esta vez a tu gusto- le dió un pequeño golpecito a la punta de la nariz de Summer con su índice- pero hay una cosa
-Claro, lo que me pidas
-Haremos eso sí y solo si tu te disculpas con Kevin Harper
-¡¿Qué?! No, si esa es la condición no
-Summer Elizabeth Bailey debes hacerlo, además no puedes negarte dijiste que lo harías. Sun ese fue el acuerdo que llegué con la directora y los padres de ese joven para que no te suspendieran
-¿Debo hacerlo?
-Sí
-¿Tengo alguna otra opción?
-No
-¿Y escapatoria?
-Tampoco- sonrió- era la única opción
-Bien lo haré, pero mi habitación será a mi extraño y loco gusto
-Si te disculpas así será
-Bien, empacamos todo y luego veo que dejaré

Huyendole Al Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora