Capítulo XII

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En el capítulo anterior

Estaba molesta por la interrupción pero sabía que era importante, habló con Cragen al respecto, tomó su chaqueta y emprendió el viaje a la comisaría de Crímenes Mayores preguntándose ¿qué sería tan importante como para sacarla de un interrogatorio?

Al llegar se limitó al saludo con un leve movimiento de cabeza y preguntó lo importante ¿qué habían hallado en el caso de Amelia?

-Encontramos algunos juegos de huellas, los de Summer, los de Amelia y hay huellas de dos desconocidos
-¿Cómo?... o sea que...
-Suponemos que dos personas mataron a Amelia

*****

-¿Cómo es posible?
-Revisamos las pistas que nos dió UVE y las fotografías de la escena del crimen y en efecto dos personas estuvieron la noche que Amelia murió

Olivia se quedó en silencio, no sabía que pensar, que decir, nada, su mente estaba en completo blanco. Se sentó por un momento tratando de pensar quien podría ser la otra persona pero su mente no lanzaba nada.

-¿Revisaron el nombre que les dí?
-Si y en efecto está libre, pero está lejos de Manhattan
-Tiene que ser él. En el juicio...
-Olivia lo investigamos y vive al otro lado del condado. Es imposible que viniera solo para matar a Amelia...
-No entiendo esto- se cubrió el rostro, estaba frustrada, había hecho un enredo de su mente para recordar aquel nombre y no era de ayuda, nada podía ser peor- ¿pudieron hallar algo que sí sea de ayuda?
-Si, encontramos otro celular en su coche
-Amelia tenía dos celulares y ambos los tienen ustedes, eso no es una novedad
-No Olivia, no es ninguno de esos, es desechable y sólo tenía un número en el- buscó entre sus cosas y sacó una bolsa de evidencias con un teléfono en él, para nada se parecía a alguno que Amelia hubiera tenido antes, éste era un Nokia antiguo de color rojo con plateado- ¿te es familiar?
-No- lo tomó y observó detenidamente, no tenía cámara, lo encendió y miró detenidamente- ¿de quién es el número que está aquí?
-No lo sabemos todavía, no lo hemos podido encontrar aún
-Bien- dijo sin ánimo alguno, dejó el teléfono sobre la mesa y se levantó- debo irme, tengo un violador que encerrar

Ignoró el llamado de Robert y siguió su camino. Estaba furiosa, la habían sacado de un interrogatorio importante solo para que le dijeran que habían hallado un teléfono con el número de alguien a quien no podían encontrar, ¿era en serio?. Se colocó el casco y trató de calmarse, necesitaba calmarse. Antes de encender la motocicleta sacó su celular del bolsillo de su pantalón e hizo una llamada.

Estaba nerviosa y desesperada, miraba a todos lados a la espera de alguien, pero ¿quién?. Sería de mucha ayuda saber a quien esperaba pero aquel número en el teléfono de Amelia no tenía nombre, sabía que si la descubrían se metería en problemas pero no podía ignorar el hecho de que tal vez esa persona hubiera sido quien mató a Amelia.

-¿A quién esperamos?- Elliot se sentó frente a ella y tomó la cartilla del menú
-¿Qué haces aquí?- lo miro confundida, no recordaba haberlo llamado
-Evitar que mi compañera haga una estupidez
-¿Cómo...
-Goren me llamó
-Y rastrearte mi teléfono- dijo molesta cruzándose de brazos
-No deberías estar aquí
-Pudo ser el asesino de Amelia
-Deja que Crímenes Mayores lo arreste si es así. No es tu caso
-¿Confesó?- dió vueltas la servilleta mientras mantenía baja la mirada, parecía una niña a quien acababan de regañar
-No, no ha querido hablar con nosotros. Sólo hablará contigo o con su abogado, mejor vamos antes que...

Olivia no prestó atención porque un hombre castaño acababa de llegar y tal y como habían hablado se sentó en un extremo de la barra, Olivia se levantó y quiso enfrentarlo pero Elliot la tomó del brazo con delicadeza y como seña le dio una negativa. ¿Acaso la misión de ese hombre era interferir en su vida? Porque si era así lo estaba haciendo bien, no tenía opción, ambos salieron mientras ella maldecía en su mente a diestra y siniestra.

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