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— ¡Llega tarde nuevamente, señorita Park!

El profesor me reprocho como casi era su costumbre cada vez que me tocaba alguna clase con él. Odiaba el hecho de llegar tarde, pero también odiaba levantarme muy temprano, aparte, tenía que bañarme con agua fría, ¿quién en su sano juicio se baña con agua helada a las siete de la mañana? ¡Pues esta idiota!

— Lo siento mucho por llegar tarde, profesor Choi — reverencié pulcramente, mostrándole mis respetos y mi arrepentimiento por venir tarde—. Es que no quería venir — murmuré eso último no siendo audible para aquel viejo cascarrabias, que siempre pareciera que su mujer no le ha dado un buen polvo.

El señaló el salón con desdén indicándome que pasara sin problema, yo simplemente acate su orden y me hice paso entre las personas, para finalmente sentarme justo al lado de mi buen amigo Hoseok, que veía por tercera vez la materia al fallarla tanto. El me sonrió en grande y quitó el bolso que cuidaba de mi usual puesto junto a él en la clase de Estadística. Bufé fuertemente al caer en la silla de manera cansada, pues lo estaba. Había pasado toda la noche despierta y me había quedado dormida, apenas y pude cerrar el ojo por tres horas, y lo peor... Es que ni siquiera pude estudiar como debí haber estado haciendo, apenas deje de estar en mi teléfono y saqué mi libro de Matemáticas, me quedé dormida como un puto tronco.

Lo bueno es que soy buenas en Matemáticas, y presiento que le daré una jodida patada en el culo al puto exámen.

— ¿Todo bien? — Hoseok susurró a mi hombro y lo miré para asentir le tranquilamente. Podía escuchar el eco de la tiza escribiendo en la pizarra y como vagamente el profesor dictaba u par de indicaciones—. No parece, ¿haz dormido mal? — volvió a encarnar y suspiré asintiendo esta vez.

— Estuve jugando Payday toda la noche y cai jodidamente dormida a las cuatro de la mañana — arrugue mi nariz—. Ni siquiera tuve tiempo de estudiar — pasé mis manos por mi cara de manera que denotaba mi cansancio y frustración que mi mala composición de prioridades me brindaba.

Aunque bueno, ser la mejor de la partida por cuatro veces seguida era más importante que un examen de Matemáticas.

— Qué bien, eres una estudiante modelo — Hoseok dijo con un poco de gracia, haciéndome soltar un bufido sarcástico.

— Mira quien habla, el que no sabe ni siquiera cómo resolver las putas derivadas — alcé una ceja y el giro sus ojos, dispuesto a responderme. Sin embargo, al parecer el hecho de que estábamos en clase era un impidimento para mantener nuestra conversación.

— Señorita Park, señor Jung. ¿Los interrumpo con mi clase que les valdrá el veinte por ciento de la calificación final? — el profesor alzó la voz haciendo que varios pares de ojos se lanzarán a nosotros de manera curiosa—. ¿Algo que sea más importante que la clase? — el profesor cruzó sus brazos, esperando algún tipo de respuesta.

— Para nada, Choi-nim. De hecho estábamos hablando de la clase — reformule mi respuesta para evitar contestar algo irónico o sarcástico que me valdría un castigo.

El viejo bajó sus lentes haciendo que la montura quedará a mitad de su nariz, acto siguiente simplemente resopló y negó con desdén como diciendo «estos chicos de ahora». Siguio con su clase de manera despreocupada, ignorando la interrupción. Hoseok se rió por lo bajo y me empujó ligeramente con su hombro, acercó su boca a mí oído y palabreó:

— Hoy la cancha está libre — ofreció de manera indirecta y sin perder la vista de su sonrisa asentí aceptando su propuesta.


[...]


¡no soy jimin!  ||  bts; jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora