31 (II)

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Los besos con Jungkook ahora parecían apetitosos, lo que en un momento podía ser la cosa más repulsiva ahora era lo que incentiva a la droga de la felicidad en mi cerebro. La lengua de él ahora era más confiada luego de hacerle saber que estaba bien, debía decir que su timidez no le hacía justicia a lo que muchas chicas hablaban por los pasillos, y es que es un sentido más lógico, sabiendo como era Jungkook era lógico que esperaras a un experto sin miedos. Ah, pero es que entendía los nervios adolescentes de él.

Succioné su labio inferior aún acariciando el cabello de su nuca, mientras que el tenía su palma en mi mejilla, atrayandome aún más hacia él, como si el hecho de que una ráfaga de aire entre nosotros fuese una molestia, lo escuché jadear en busca de un poco de aire, sin embargo me sorprendió cuando sus manos tomaron mis hombros, alejándome apenas un poco.

- Espérate, espérate, espérate... Déjame ver si entiendo - estrechó sus ojos para levantar su dedo índice-. ¿Me estás diciendo que yo, Jeon Jungkook, te gusto?

Gire los ojos por su pregunta, ya se estaba haciendo costumbre que su cerebro se desconectará cuando las situaciones le sorprendían, mire sus ojos bien abiertos y me burle en su cara.

- No, solo dije para besarte - derramé un poco de sarcasmo.

- ¿En serio?

Reí a medias al ver su rostro iluminado por las luces que se filtraban por la ventana. Mirando como sus facciones atractivas se fruncian en una señal de duda real. Bueno, yo sabía que Jungkook no era el cuchillo más filoso ni la herramienta más útil, pero vamos, ¿que no entienda un poco de sarcasmo? Aunque después de todo, la manera en que se desorbitada por la confusión del momento me parecía ligeramente tierno. Quizás es uno de sus encantos.

Golpeé su hombro en busca de que los estúpidos cables de su cerebro se conectarán.

- No, idiota.

El sonrió abiertamente al saber su error. Volví a atajar su rostro en mis manos, atrayendo lo nuevamente a mis labios, volviendo a saborear de ellos, mi necesidad de estar aún más cerca crecía, por lo que pegue aún más mi costado con el de él, las manos de Jungkook empezaron a explorar un poco más mi presencia, posando su mano en mi cintura, nuestras bocas ya no eran para nada retraídas y se buscaban con más harmonía, en un va y ven que parecia ser más conforme. La manera en que sus labios hacían de los míos lo que el quisiera y viceversa me brindaba diferentes sensaciones de las que estaba lista para afrontar.

Sin embargo, lo que parecía ser comodidad siempre era interrumpida por Jungkook, tomando mis hombros nuevamente para alejarme.

- Espérate, espérate espérate... Entonces, ¿por qué me estás besando? - miró mis ojos, disfrutando de nuestra cercanía, casi podía ver mi reflejo en ellos y darme cuenta de que necesitaba un corte de cabello.

Bufé un poco disconforme, pero sin perder la tensión del ambiente. La mano que estaba en su mejilla ahora reposaba en su hombro.

- Jungkook, si quieres seguir besándome bien, pero si te vas a poner a decir tonterías mejor te vas a la verga - espeté un poco frustrada por sus interrupciones, aunque era un poco obvio que no era algo que iría en serio.

- Pero yo estaba aquí antes.

- Entonces yo me voy a la verga - repliqué. Me crucé de brazos con una ceja alzada.

- No, no, no. Ya me callo - se apresuró en hablar y abrió sus ojos para enderezar su cuerpo, cubriendo su boca con su palma en un gesto aniñado de guardar silencio.

Estaba por tomar su rostro por tercera vez luego de sus interrupciones, pero claro, estábamos hablando de Jungkook.

- Espérate, espérate, espér...-

¡no soy jimin!  ||  bts; jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora