— Oye, Jigi. ¿Estás bien? — Hoseok preguntó a mi lado, dándome un suave golpe con su hombro. Lo miré enseguida al despertarme de lo que parecía ser un tonto trance al que había estado. Miré a los lados para darme cuenta de que faltaba poco para poder llegar a nuestro destino desde que salimos a clase, y ese era encontrarnos con nuestros amigos.
Fruncí el ceño Por su respuesta, ¿que si estaba bien?... Pues... Sí, creo.
— Por supuesto — le dije un poco obvia, ganandome un mirada dudosa de su parte, parecía como si tratara de ver a través de mi alma con sus pupilas—. ¿Por qué la pregunta?
— Bueno, te estuve hablando por los últimos minutos y no me haz prestado atención por ver el suelo — me contestó con una sonrisa de medio lado.
Quizás si estaba un poco distraída, pero no era absolutamente nada de qué preocuparse.
— Desde que tu mamá vino haz estado actuando rara...
— ¿Mamá? — le miré con sorpresa, acaso insinuaba que algo había pasado con ella. Pues desde mi punto de vista aquel día fue solo un borrón en mi semana, porque lo único que quería era olvidar aquel momento—. Para nada, estoy bien, solo pensaba en un exámen — ondeé mi mano en despreocupación.
Le sonreí de manera exagerada, dándole a entender que mi situación estaba lejos de ser deprimente, y si lo fuera no se lo lsotraria tampoco, sabía que el tenía suficientes problemas como para que yo le contase los míos. En definitiva no estaba pensando en aquel día y en como una pequeña mentira había hecho que mis ojos se abrieran a mucho... No, para nada.
— ¿Segura? — insistió mi amigo agachando su rostro para poder mirarme a los ojos.
Hoseok podría ser un grano en el culo por mucho rato, molestar, gritar y ser un total desastre podían ser palabras que lo describirán por los siglos de los siglos, ¡ah! Y su intensidad también era característica de él, pero lo que si podía asegurar era que mi amigo podía estar lleno de virtudes, dónde una de ellas era la preocupación, dedicación, atención y empatía que tenía a sus amigos. Una sola palabra lo podía describir a él, y ese era un pedazo de felicidad... Oh, esas son tres, pero en fin la intención es muy tácita, él era totalmente lo contrario a mí, por supuesto.
— Tranquilo, Hobi — le dedique unas palmadas en el hombro y él se miró inseguro para luego asentir.
El calló sus palabras para dedicarse a simplemente creer ciegamente lo que yo le decía, el miró al frente asegurándose que nuestros amigos estaban donde siempre en aquella mesa de la cafetería. Podía ver a Sui concentrada en lo que parecía ser una hoja y Seokjin a su lado comiendo una bolsa de frituras hablando acerca de algo que parecía contestar mi amiga mientras estaba ocupada. Suspiré pesadamente al mirarlos a lo lejos, mis pensamientos volvieron al inicio, ya había dicho como era Hoseok, la alegría en pasta, tan hermoso y radiante como un rayo de sol, atento a las preocupaciones ajenas de las personas que les importaban, la persona que escucha a pesar de todo lo que abunda su mente. Seokjin por otro lado era la voz de la razón de manera latente, el consejero, el que sabe hacer bien y sentir bien, podría poner todos sus problemas de lado aún así si su mente estaba en incendios, el que pasaría hambre contigo si era necesario, definitivamente una de las mejores personas que habían pasado por mí vida. Finalmente Sui era la única que me entendía al ser mujer, era muy inteligente y siempre estaba para hacerte sentir igual con su sobredosis de información, era bastante servicial nunca rechistaba para hacer un favor, nunca sabías cómo estaba anímicamente porque bastaba decir que ella prefería esconder todos sus sentimientos para que te desahogarse sin límites, amable como ella sola y aunque era muy reservaba y callada siempre soltaba pequeñas muestras de cariño que te decían que eras tan importante para Sui como ella misma, demasiado amable para su salud cuando se trata de sus amigos. Pero, ¿que pensarán ellos de mí?
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¡no soy jimin! || bts; jungkook
HumorPrimer acto; Jimin, un chico que disfruta de la vida entre fiestas, amigos y cualquier cosa que lo haga feliz. Popular, guapo, amigable, talentoso, solo le falta volar y repartir paz mundial. Segundo acto; Jimin, una chica... que no es Jimin. ¿Como...