12 (II)

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— ¡No lo puedo creer! — mi madre chilló riendo como si lo que acababa decir Jungkook fuese lo mas chistoso del mundo—. ¿En serio hizo aquello? — recalcó.

Mi queridísimo amigo había convencido a ambas de hacer un ligero recorrido por el campus, mi madre sonreía como si ver a Jungkook fuese el mejor acontecimiento de su estadía, luego de preguntarle acerca de su familia había aprendido de lo mucho que la vida de él había cambiado desde que ni nos dirigíamos la palabra en la secundaria y aquí, en la universidad. Los padres de Jungkook habían aceptado un trabajo de Japón, por lo que el no frecuentaba visitas de ellos, por otra parte su hermano mayor ya se había graduado de Ingeniero Electrónico y según él ya estaba ejerciendo su carrera en una compañía originaria de Tailandia, inclusive ya tenía una novia de larga duración de la que se había comprometido meses atrás, a él tampoco lo veía muy seguido.

— ¡En serio! — exclamó Jungkook—. Taehyung y yo estuvimos toda la noche despierto pensando que el conserje nos mataría — acotó así terminando en risas.

Su historia de cómo había hecho una broma al rector de su edificio me prestaba todo menos emoción o alegría, estaba harta de la presencia de Jungkook ahí y sinceramente solo esperaba que mi madre se aburriera de él para que simplemente lo sacase a patadas de una buena vez. Aunque sabía que eso no pasaría, al parecer mi madre estaba tan encantada con la presencia de él que me provocaba un asco olímpico. La manera en que él le sonreía a ella y como mi madre parecía disfrutar cada historia que tenía con Taehyung.

— ¿Y donde estaba Jimin en ese momento? — mi madre saco a relucir mi ausencia en casi toda las historias que contaba el castaño.

Tragué grueso al saber que no tenía ni media respuesta concreta, vamos era obvio que yo podía estar en mis asuntos sin importarme en lo más mínimo acerca de sus vidas. Miré a Jungkook retandolo con la mirada para que ni soltara cualquier estupidez que se le ocurriese, estaba lo suficientemente estresada como para que el añadiera algo a mi tarde asquerosa. El pareció entender mis señas, porque claro yo podría decirle cuántas veces yo quisiera que era estúpido, pero yo sabía de antemano que no le faltaban más dedos de frente para saber cómo joder a la perfección. Sonrió de manera tranquilizadora a mi madre y se encogió de hombros.

— Ella nos ayudó a evadirlo — contestó.

— ¡No lo puedo creer! Siguen igual de revoltosos — exclamó la mujer nuevamente—. Dios, ya quiero ver a Taehyung...

Espera, ¿qué?

— ¿Taehyung? — balbucee.

— Claro, ya quiero ver si está igual de grande y guapo que Jungkook. Apuesto a que sí — corazones imaginarios salieron revoloteando por su cabeza. Mierda, si apenas podía aguantar a Jungkook no creo saber cómo sería ambos idiotas.

— No creo que Taehyung este disponible escuché que tenía que estudiar para aún examen y...-

— Para él será una alegría y gusto verla — interrumpió el castaño.

— ¡Pero qué perfecta ocasión para ver a ese trío de revoltosos unidos de nuevo! — sonríe la mujer y yo con todo mi arsenal trataba de mantenerme regia, como si en realidad no me afectara nada de aquello.

No quería a Taehyung cerca, así como tambien me afectaba Jungkook. El idiota era demasiado inocente para saber mentir y se sentiría de la remierda si por alguna razón tendría que faltar respetos a sus mayores; en este caso decirle pequeñas mentiras a mi madre, conocía a Taehyung, él era un libro abierto que podía resumirse a tres palabras; despistado, pervertido y adorable, porque sí podía admitir que el idiota a veces se pasaba de estúpido que pasaba por un gesto adorable, qué decir, nada que pudiese decir en voz alta. Él había sido el idiota que me había mostrado por primera vez porno cuando descubrió un tonto canal de televisión, así como el que más se tropezaba y vivía dándole abrazos al suelo la mayor parte del tiempo. Y algo me decía que el muy patán no había cambiado ni medio cuando lo veía en el campus saludando a alguien sin mirar su camino y terminar por tropezarse con una una chica; para luego mirar de manera disimulada su escote mientras reverenciaba –facilitandole esa tarea– y disculparse diciendo que estaba demasiado distraído como para fijarse que tropezaria contra una hermosura. Sip, exactamente; distraido, pervertido y adorable... Lo que cualquier chica busca.

¡no soy jimin!  ||  bts; jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora