Sentía calidez cada vez que los labios abultados y esponjosos de Namjoon me besaban con ternura, ya no podía sentir los deseos carnales de quitarle la ropa, si no solamente sentir su cariño através de sus besos, y por la manera en que acariciaba mi cabello sabía que ese sentimiento era recíproco. Su lengua húmeda ya no se paseaba por mis labios cuando corto aquella conexión para besar la comisuras de mis labios, bajar para hacerlo con mi labio inferior, seguir su camino en el borde de mis labios y finalizar con un vasto y dulce beso en mi mejilla, exagerando el sonido solamente para hacerme reír.
Sus dedos se colaron en mi estómago y con las yemas tanteaba mis costillas en un intento de hacerme reír, que obviamente había funcionado.
- No, no, no. ¡Para, Joonie! - exigí entre risas mientras que no se detenía en besar mi rostro, haciendo su objetivo mi frente, sien, inclusive la nariz y cejas.
Hasta el día de hoy no podía decir en qué etiqueta estábamos, pero ya le había escuchado mencionar un par de veces decir que era lindo salir conmigo, así que me conformaba con eso, aparte no es como si estuviera demasiado necesitada como para exigirle algún tipo de etiqueta. Aquella noche donde mirábamos Netflix y luego entramos a otras acciones me di cuenta que la compañía de él era bastante concreta para mí, es decir, había imaginado mucho como sería estar con él y que la idea de que fuese exactamente como esperaba que era... Cálida.
— Si, por el amor a Cristo, para que me quiero arrancar los putos ojos — una tercera voz se unió, obviamente no me hizo falta un dedo más de frente para saber que se trataba de Yoongi y su extraño apego a ser un idiota al rededor de mí.
— ¿Mal día para ti? — me burle en voz alta, ganándole una risa sarcástica.
— Cada vez que estás aquí — murmuró y tuve que retenerme para tirarle una que otra maldición.
— Yoongi... — advirtió Namjoon.
— Pues si te hago mal, ¿por qué no te vas? — le sonreí de manera ácida, que fue muy bien recibida cuando río de manera irónica.
— ¿Por qué es mi piso? — bien, buen punto ahí, Min.
Namjoon se rió a medias y trato de sanar el momento tomándome de la barbilla y plantando un beso en mi mejilla.
— De seguro otra chica lo ha dejado — mencionó sobre mis labios, con toda la intención de que escuchará aún así cuando parecía ir a su habitación para hacer yo que sé.
— Apuesta por ello — correspondí.
Recosté mi cabeza en su cuello, siento el calor de su piel contra mi sien, sonreí a medias cuando lo escuché suspirar e inmediatamente yo lo hice por puro reflejo. En la pantalla se transmitía una de ellas tantas series en inglés que Nam veía, The Office le había ayudado bastante en su desenlace con el idioma, claro aparte de Friends que hasta ahora la ha visto cuatro veces. Quizás estaba muy ensimismada en aquella series que casi se me olvidaba el brazo que rodeaba mi cuerpo y el candado que hacía con mi mano. El televisor daba las imágenes de la serie en específico de una escena tonta entre un personaje cómico y juegueton contra un rígido hombre sin muchas expresiones. Quizás no debería pensar aquello, pero ver al muchacho jugarle pequeñas bromillas a aquel estrecho hombre me hizo tomar imágenes en mi mente que me llevaban a aquellos principios de los días donde Jungkook trataba de ser gracioso con el puro afán de molestarme, y ahí está yo siendo toda una aguafiestas.
En otro momento pude reírme sola, pero era poco decir que el sentimiento de alegría y goce se relacionaban con Jungkook ahora mismo. Joder, Jigi, no pienses en el...
— ¿Jigi? — nuevamente Namjoon me hizo volver a la tierra. Un sonido gutural fue mi única respuesta, alentandolo a hablar—. ¿Quieres almorzar conmigo? Podemos comprar comida china - la propuesta de Namjoon era tentadora, bastante diría yo. Pero mi cerebro vagaba un poco por su cuenta luego de que aquel personaje saltará en mi mente. Mordisqueé mi pulgar y bufé a medias por la falta de entusiasmo que mi cuerpo padecía.
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¡no soy jimin! || bts; jungkook
HumorPrimer acto; Jimin, un chico que disfruta de la vida entre fiestas, amigos y cualquier cosa que lo haga feliz. Popular, guapo, amigable, talentoso, solo le falta volar y repartir paz mundial. Segundo acto; Jimin, una chica... que no es Jimin. ¿Como...