— ¿Desertaste? — la pregunta sonó atónita en la boca de Seokjin cuando Namjoon le explicó su situación.
Se habian encontrado de pura casualidad cuando Nam había decidido dejar aquellos libros a los que ya no le daría uso en la biblioteca, cuando hacía su camino al piso que compartía con Yoongi. Seokjin le saludo de lejos y una cómoda conversación empezó a surgir, ambos eran amigables pero Jin no se esperaba que el chico le soltara la bomba de noticia.
— Si, realmente ya no quiero estar aquí haciendo todo esto — confesó Namjoon. Seokjin comprendió su falta de habla, no quería mencionar mucho el tema así que lo dejo pasar con un clara conclusión.
— Está bien, si lo piensas de otra manera. Puedes buscar plan b y c si nada funciona — palmeó su espalda—. Puedes ir a diferentes ramas de lo que te gusta y seguir sacándole provecho a tu talento — Jin tenía razón, Namjoon se dijo a si mismo.
— Gracias, eso me calma un poco — sonrió.
— Que bueno — admitió el chico—. Ahora seguiré con mi lectura, tengo un par de cosas que memorizar de este tonto libro — agitó el objeto el muchacho.
Namjoon analizó un poco el libro y sonrió con algo de pena sin estar seguro de la certeza de sus palabras.
— Ese no es un buen libro de analíticas — señaló, dejando a Jin con cierta duda—. He leído varios de ese autor y su método de teoría es basado en conocimientos avanzados. Trata con el libro azúl, lo leí cuando tenía catorce y fue el que mejor me ayudó... Ah, y es mejor que no lo memorices haz un plan de estudio que involucre el método ERRE, es el más común pero muy funcional — le guiño el ojo amigable y todo la correa de su bolso, dejando a Jin sin habla—. En fin, nos vemos.
No le dio tiempo tan siquiera de decirle un gracias cuando hacía su camino fuera de la biblioteca, tropezando de por medio. Seokjin sonrió a la nada y miró el libro en sus manos, el tenía razón, se le hacía muy díficil entenderlo cuando no tenía muchos conocimientos. Vio de vuelta a donde su amigo se había ido y negó sonriente, cuanto deseaba ser tan inteligente como él. Le era fascinante la mente tan abierta de Namjoon, como podía conjugar las matemáticas más difíciles en cuestiones de segundos y su talento inmaculado para resolver acertijos. Una mente brillante que cualquiera desearía, especialmente él, se dijo a si mismo que su vida universitaria sería más fácil y rápida. Pero el no lo podía tener todo como quisiera y se rebajaba a admirar a Namjoon desde la lejanía.
Jin acomodó sus últimos apuntes dentro de su mochila luego de haber estudiado por varias horas en la biblioteca, su cabeza dolía y su cuerpo se sentía cansado, esperaba una larga siesta pero por los momentos aquello no era posible, ya que tendría que asistir a un seminario de relaciones empresariales al que su padre le recomendó ir.
Tenía muchas cosas en la mente, entre esas era que estaba a la nada de rendirse con sus estudios y preparaciones que el mismo había decidido imprementar. Seokjin era un muchacho joven, pero con un futuro brillante para cualquiera que lo mirara. El había crecido rápidamente y más que una evolución física, era más anímica. Todo tenía su origen y es que desde que su padre cayó en un grave enfermedad se le había cedido el puesto como siguiente sucesor de su compañía. Pero el no estaba listo, por lo que a petición de su moribundo padre postrado en la cama decidió por sí mismo aceptar el trato y formarse como un socio ejemplar.
Sin embargo, nadie le había dicho lo difícil que sería.
Tomo un par de pastillas de camino a su habitación para evitar el seguro dolor de cabeza que le taladraria mientras que corregía su tesis final antes de volver a salir para estar sentado en un taburete por las siguientes horas. Su teléfono sonaba en algunos mensajes amistosos de Jigi pero a pesar de querer contestarlos los evitó cuando su bandeja de entrada brilló en su profesor de Estadísticas avisándole que su trabajo había tenido pequeños errores que corregir. Suspiró profundamente en un intento para desahogarse, pero nada podía evitar que su cabeza empezará a arder y palpitar de la migraña que empezaba a invadirle. Su mente caía en un agujero cuando las cosas no salían como el quería aún cuando se aseguraba que lo fuera.
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¡no soy jimin! || bts; jungkook
HumorPrimer acto; Jimin, un chico que disfruta de la vida entre fiestas, amigos y cualquier cosa que lo haga feliz. Popular, guapo, amigable, talentoso, solo le falta volar y repartir paz mundial. Segundo acto; Jimin, una chica... que no es Jimin. ¿Como...