16 | ¿Cómo no les dolía?

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    Estaba nervioso, no sabía con qué me encontraría. Me preguntaba si el cuerpo de Zack seguiría ahí o si los oficiales se lo llevaron.

    En el lugar no había nadie, o eso era lo que yo notaba. Tomé mi celular y observé la hora. Era muy tarde, debería ir a casa, y era seguro que April estaría dormida.

    En todo el jodido camino no dejé de sacarme esa imagen de Jackson estirando la esquina de su boca, como si sonriera. Quería pensar que no era lo que yo había visto, creía creer que solo había sido un gesto de incomodidad, pero no una sonrisa.

    Me apresuré a entrar por la puerta principal de aquella casa, y en el fondo esperaba encontrarme con algún Vanser, pero en realidad no había ningún movimiento. Caminé por el lugar con pasos lentos y saqué la Glock, por si acaso, pues no sabía si podría haber algún policía o hasta la misma loca de Emma.

    Comencé a caminar por la casa, fui a cada lugar, alerta, buscando algún indicio de sangre. Recuerdo que se escucharon disparos cuando Liza, Ethan y yo estábamos arriba, muy cerca en realidad.

    Avanzaba por el pasillo del segundo piso con lentitud pero con seguridad, hasta que vi algo en el suelo de una de las piezas. Me tomé la libertad de acercarme, y me di cuenta de que era sangre y estaba fresca. No había ningún cuerpo.

    Me preguntaba cómo era posible que yo no me haya dado cuenta de esto cuando estábamos aquí. Hacía regresión en mi cabeza, y recordé que todas las puertas estaban cerradas. Además, estaba tan concentrado en sacarnos de ahí. Debí llamar a Zack, ¿verdad?

    Si Ethan lo hubiera puesto conmigo, no hubiera pasado. Se supone que los Dominis debemos protegernos, Jackson tuvo que haber salido de ahí con el cuerpo de Zack, tal vez no era tan tarde, algo me decía que no. Eso era lo que más cabreado me tenía, que pudo haberse salvado.

    Intenté recrear la escena mirando a todos lados, así que después traté de hacer algo. Saqué mi celular y marqué el número de Zack, si seguía timbrando, pues algo debía significar, ¿no? O quizás yo solo estaba buscando alguna excusa para no creer que estaba muerto. Pero el celular parecía cortado.

    Salí de aquella casa y entré a mi auto invadido por tantas preguntas que llegaban una detrás de otra. Y mientras conducía más impotencia sentía, me reprochaba en la cabeza que tuve que haber hecho algo, decirle a Ethan que mejor nos acompañara. Pisé el acelerador, con la ira adueñándose de mí.

    Llegué a casa y salí del Jeep, cerrando con fuerza la puerta del mismo. Entré a la gran construcción y subí las escaleras con rapidez y al llegar a mi habitación me quité la chaqueta de cuero y la dejé por ahí. Me paseé por la habitación exasperado.

    ¿Cómo permití que algo así pasara? ¿Cómo permití que ocurriera eso si yo era quien tenía que estar pendiente de él?

    Comencé a golpear el armario, provocando que mis nudillos se lastimaran. Tenía rabia dentro de mí, Jackson debió protegerlo, yo debí estar con él. Si yo hubiera imaginado que eso pasaría, obligaría a Zack a venir con Ethan y conmigo y que Jackson se las arreglara como sea.

    De la rabia tomé un florero que estaba en mi credenza y lo lancé contra mi armario, haciendo que el cristal se hiciera añicos y que el agua mojara el suelo y las flores cayeran. Aventé todo lo que estaba en mi escritorio de estudio, papeles, lápices, libros. Hice lo mismo con mis CD'S y desarreglé mi cama.

    Estaba demasiado enojado, me sentía impotente. No pude proteger a mi hermana de un abuso sexual, asesiné a alguien, encima de eso le grito a ella, y dejo que Zack muera. Yo era un maldito desastre.

El Cuervo © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora