¿Me quedaban lágrimas? No
¿Me sobraban ganas de llorar? Muchísimas.
Era absurdo, muy absurdo pensar que todo esto era un mal sueño. Porque sabía que no lo era, hace mucho tiempo, cuando murió mi hermano mayor Drake, supe que esta vida de mierda no era ningún jodido sueño. Lamentablemente era una realidad cruel y dura, en la que tienes que obligatoriamente tolerar la muerte de las personas que más amas. Viví en una burbuja de felicidad cuando estaba con Evan, una burbuja que me hizo pensar que después de todo, después de tanto dolor y rencor, tendría un final feliz.
No, el destino no puede ser tan genial como para al menos regalarme un poquito de felicidad. El destino era una energía cruel que no le satisface nada. Odiaba el destino, odiaba mi vida ahora mismo, de verdad. Odiaba mi vida solo por el hecho de estar a unos metros lejos desde donde enterraban el cuerpo de Evan, mi novio.
Mis lentes oscuros tapaban mis ojos llenos de lágrimas y los cuales, de seguro, estaban rojos. Sorbia por mi nariz cada cinco segundos quizás, no lo sé. Ya no sabía nada, no esperaba nada, no después de que me quitaran a mi novio de esta forma. ¿Por qué? ¿Quién fue? No era justo.
Por instinto llevé una mano hasta mi vientre y le brindé una leve caricia. Desde anoche mi mente no dejaba de trabajar pensando en escenas donde mi novio cargaba a un bebé, nuestro bebé. De pronto esos pensamientos que él una vez tuvo respecto a nuestro futuro juntos, se convirtieron en una realidad que yo quería vivir.
—No veo a April aquí —oí la voz de mi hermano Ethan. Sabía que tampoco él la estaba pasando bien, lo sabía muy bien. Evan y él tienen una relación única, o bueno... tuvieron.
Dios, es que todavía no lo podía creer, es que no quería creer que Evan estaba casi por ser cubierto por toda esa tierra. No era lo que yo tenía planificado, se supone que esto no debía suceder, que él no debía morir, se supone que se tenía que quedar conmigo, volver a mi como siempre me dijo.
—No cumplió su promesa —susurré y de pronto sentí la mirada de Ethan —. Y no, tampoco veo a April.
—¿Qué crees que haya pasado con ella?
—No lo sé, de seguro... —respiré profundo y luego dejé escapar todo al aire —. De seguro no iba a soportarlo.
Mi voz tembló. Quería llorar, sacarlo todo, todo ese dolor junto a toda esa rabia y confusión que harían que perdiera la cabeza. Es que esto no podía estar pasando, no podía. Primero Drake y después Evan el amor de mi vida.
No quería vivir esta vida, no sin él. Desde el inicio ese chico serio, enojado con Wayne, que amaba con locura a su hermana, fue mi ancla. No lo supe hasta que me demostró todo su apoyo la primera vez que vi a mis padres biológicos.
Decidí quedarme hasta que todo el mundo se marchara, no presté atención a ninguna otra cosa, solo el entierro. En la mirada de su madre, llorosa, sollozaba desconsoladamente sin tener contacto físico con el general Howland, quien solo se encontraba serio. Claramente no podía obviar sus ojeras, su mirada perdida pensando de seguro en... qué se yo, ¿imaginando como lo encontraron con April? ¿Preguntándose quien fue el jodido miserable que lo asesinó? ¿Preguntándose la razón?
O tal vez... Solo tal vez mi suegro hacía lo mismo que yo, imaginar a su hijo feliz, con una vida estable, graduado, con hijos, un buen empleo.
Cuando ya no hubo nadie, caminé con lentitud hacia la tumba recién hecha de Evan. Me acomodé las gafas en mi cabeza haciendo que mi cara quedara libre de mi cabello.
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El Cuervo © |COMPLETA|
Action''Todos tienen un secreto que ocultar'' Evan Howland es el chico popular de su escuela. Pero toda persona popular siempre tiene algo que esconder. Una hermana menor que ha sido víctima de un abuso, un asesinato, y una decisión que terminará siendo u...