El Cuervo © |COMPLETA|

27 | No fue planificado

    Me sentía como la mierda.

    Ver a mi madre derramar lágrimas me hacía sentir miserable e impotente, aunque sé muy bien que no fui yo quien causó esa tristeza que ella está sintiendo justo ahora mismo.

    Mamá y yo estábamos en la cocina, ella estaba sentada en el taburete de la barra de granito y yo a su lado, quedando así frente a frente.

    —Peter me dijo que lo sabes —fue lo primero que dijo con la voz quebrada —. Esto realmente me avergüenza, me avergüenza que lo sepas. No sé qué hice mal —se encogió de hombros, acto seguido apoyó su codo en la meseta y presionó la coyuntura de sus dedos contra sus labios.

    Ella tenía ojeras, se veía cansada, abrumada. Esto la estaba afectando de una mala manera y el saberla así, la impotencia crecía gradualmente. No era justo, no era justo que estuviera culpándose, no cuando ella ha sido la mejor madre y la mejor esposa.

    —No sé si quiero que April se entere de lo que está sucediendo entre Peter y yo. ¿Ella lo sabe

    —me miró preocupada.

    —Ella fue quien vio el mensaje.

    Mamá arrugó el entrecejo sin dejar de mirarme fijamente.

    —He hablado con ella —agregué —. Le dije que es mejor que nos mantuviéramos al margen, que dejáramos que ustedes dos lo resolvieran.

   —No quiero que esto afecte su relación con Peter.

    —Entendemos que pase lo que pase ustedes seguirán siendo nuestros padres.

    Tomé su delicada mano para reconfortarla, mamá me sonrió sin muchas ganas.

    —Gracias por hablar con tu hermana, Evan. No sé en qué va terminar todo esto, no sé si deba luchar por mi matrimonio, no sé lo que tu padre quiere, no sé nada.

    Mi madre volvió a llorar y me tomé la libertad de abrazarla. Ella se aferró a mí y sollozó. Me contó que papá le había comentado anoche justamente después de haber hablado conmigo. April no estaba en casa, papá tampoco, él estaba en la comisaría resolviendo lo de Olivia y Alexander.

    —Hablen —la alenté —. Sean pacientes con ustedes mismos, sé que esto no es fácil para ti, y tal vez tampoco lo es para él. Ha sido un padre excelente, ustedes han sido los mejores padres para mí y para mi hermana —tomé su rostro entre mis manos y miré sus hermosos ojos azules —. No está mal si quieres tomarte un tiempo separada de él, no está mal la decisión que tomes siempre y cuando no perjudique a los demás y que al mismo tiempo te beneficie. Mamá, eres grandiosa, estás lastimada ahora, pero sé que vas a sanar. No tengas miedo de hablar con papá, estoy muy seguro de que él te va a escuchar y respetará cualquier decisión que tomes.

    Limpié sus mejillas con mis pulgares y deposité un beso en su frente.

    —Gracias por manejar este tipo de cosas de una manera tan madura —habló —. Te has vuelto un hombre de bien, hecho y derecho. Estoy muy segura de que tu novia está más que enamorada de ti.

    Expandí mis ojos al ver que mamá ya sabía que yo tenía una pareja. Ella sonrió pude percibir un poco de felicidad en ese gesto.

    —Tu padre también me lo comentó —explicó —. ¿Cuándo vamos a conocerla?

    —En unos días, hay algunas cosas que tenemos que valorar antes de que todo se haga más oficial que antes.

    Mamá me miraba anonadada. Jamás le he hablado sobre una chica, mucho menos de alguna que me tenga enamorado como lo estoy de Liza.