Mi semblante era serio. Sabía lo que venía para mí. Pero no sabía que persona era mejor que me regañara: papá o mamá. Si era mi madre quien me regañaba, sus ojos azules me observarían fijamente, pondría sus manos en su cadera o se pasearía por la cocina de un lado a otro, y verla enojada daba miedo. Pero papá, joder, ese hombre enojado era de lo peor, y creo que esa es una de las cualidades que saqué de él. Sus ojos se desorbitaban, su cara enrojecía un poco y una vena resaltaba en su frente. Digamos que era un poco peor que mamá.
―¿Qué demonios voy a hacer contigo? ―pausó. Puso sus manos en la encimera de la cocina y me miraba con atención. Sin embargo, mamá se mantenía en silencio ―. ¿Cuántas veces más tengo que decirte, reclamarte y regañarte para que no andes en la calle buscando problemas y metiéndote en líos?
―No estaba buscando problemas papá, ellos simplemente me provocan.
―¡Tienes quince años Evan! ―alzó la voz ―. ¿No crees que ya deberías dejar esto? Imagínate que por querer resolver todo a golpes, mates a alguien. ¿Sabes a dónde irás? A la cárcel. ¿Es eso lo que quieres? ¿Pasar tu vida detrás de una maldita celda?
―No ―dije con un nudo en la garganta.
―Pues piensa en tu mamá, piensa en tu hermana menor, ¿o acaso quieres que April haga lo mismo que tú?
No quise decir nada. Y al ver la entrada de la cocina, me di cuenta de que Prill estaba observando todo, y me sentí un poco avergonzado. Sí, era mi hermana, pero tampoco me gustaba que me gritaran frente a ella. Papá la observó.
―Ven acá, April ―la llamó.
―Papá, no... ―traté de detenerlo.
―April, ven aquí ―me ignoró. Mierda esto era de lo peor.
Quería decirle a mi hermana que no lo hiciera caso a papá, que fuera a su habitación, que no tenía por qué involucrarse en la discusión. Pero decirle eso, sería una falta de respeto, como si le quitara la autoridad a mi padre, y eso no es lo que me han enseñado.
Prill se acercó, notablemente tímida.
―Mira a tu hermana, Evan ―fijé mis ojos en otro lado ―. Te he dicho que la mires ―resignado, miré a April ―. ¿Crees que ella se merece esta actitud tuya? Mírala, ¿te gustaría verla por ahí armando líos y metiéndose en problemas?
¿Cómo le explico que yo no estaba armando líos, que simplemente me provocan?
―No ―hablé negando con suavidad la cabeza.
―¿Te gustaría verla en una sala de interrogación porque dejó a alguien gravemente herido?
―no dije nada ―. ¡Respóndeme, Evan!
―No ―respondí lo suficientemente alto.
―Ya, puedes volver a tu habitación, April ―dijo mi padre en un tono más suave, pero sin apartar los ojos de mí. April salió de la cocina.
―¿Quieres que te envíe a un reformatorio? ―gruñó ―. ¿Eso tenemos que hacer tu madre y yo para ver si cambias? ―Hizo una pausa ―. Estoy harto de que te metas en problemas, Evan. Ya no tengo voz para regañarte, maldita sea, de tantas veces que lo he hecho. Madura ya, por el amor de Dios. Dale un buen ejemplo a tu hermana.
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El Cuervo © |COMPLETA|
Action''Todos tienen un secreto que ocultar'' Evan Howland es el chico popular de su escuela. Pero toda persona popular siempre tiene algo que esconder. Una hermana menor que ha sido víctima de un abuso, un asesinato, y una decisión que terminará siendo u...